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Reclamo por la asistencia psicogeriátrica

El 21 de septiembre fue el Día Mundial del Alzheimer y algunas páginas dedicadas a la divulgación del conocimiento geriátrico (Geriatricarea, Espacio de Psiquiatría Geriátrica, Geriatría en el espejo) y los medios de comunicación hicieron publicaciones al respecto.

Yo también he querido honrar tanto en este día como en todos los demás a todas aquellas personas de avanzada edad con patología de la esfera mental, no sólo demencia (entre otras, la enfermedad de Alzheimer), que no tienen un día asignado en el calendario.

Se calcula que, en 2030, 65.7 millones de personas tendrán demencia y, en 2050, 115.4 millones. En España, el 5.2% de personas entre 65-69 años padecerá deterioro cognitivo leve o demencia, cifra que asciende a 45.3% en personas de 85 o más años.

Pero no solo hay demencia… la depresión mayor sucede en el 1-4% de las personas de 65 o más años y su prevalencia aumenta con la edad. Se estima que el 10-15% de los adultos mayores tiene síntomas depresivos clínicamente significativos pese a no cumplir criterios de depresión mayor, y entorno a un 10% presentan trastornos de ansiedad. La psicosis tampoco es un fenómeno aislado en el anciano, con un 27% en aquellos que viven en la comunidad y hasta del 62% en los institucionalizados. El “paciente psicogeriátrico” no es solamente un paciente psiquiátrico con años, sino uno con un manejo clínico complejo en el que coexisten, además de su enfermedad (neuro)psiquiátrica, otras muchas patologías orgánicas, polifarmacia, vulnerabilidad y fragilidad que pueden influir o verse afectadas por la primera y que merman la calidad de vida del afectado y su entorno (sobrecarga del cuidador, institucionalización, negligencia en los cuidados, hospitalizaciones y muerte).

Después de leer estos datos, una se pregunta qué podemos estar haciendo al respecto. Se trata de un auténtico problema en una sociedad cada vez más envejecida en la que hay una alta prevalencia de trastornos psiquiátricos y neuropsiquiátricos, con todas las consecuencias que conllevan a nivel individual, social y económico. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Mundial de Psiquiatría (AMP) se hicieron eco de esta preocupación y en 1996 definieron la “psiquiatría geriátrica”, “gerontopsiquiatría” o “piscogeriatría” (rama de la psiquiatría dedicada a la atención multidisciplinar de la salud mental de personas en edad de jubilación y por encima de ésta que puede variar según los países y las prácticas locales. Se caracteriza por su orientación comunitaria y su aproximación multidisciplinar a la evaluación, diagnóstico y tratamiento); en 1997 elaboraron un documento de consenso sobre la organización de la asistencia psicogeriátrica donde establecieron los principios de dicha asistencia (integral, accesible, ágil, individualizada, transdisciplinar, responsable y sistémica), así como los componentes del entorno para su aplicación basado en un sistema de atención continuada (Figura 1).

Figura 1. Componentes de la red asistencial que deberían ser implantados en los diferentes sistemas sanitarios para conseguir un sistema de atención continuada.

Si bien estamos en el camino, aún queda mucho por recorrer.

España es un ejemplo de los innumerables países con escaso desarrollo de la psicogeriatría, uno de los más bajos de Europa. Para mejorar la calidad asistencial habría que comenzar por aumentar la visibilidad de la psicogeriatría mediante la concienciación ciudadana e incentivar y formar al personal sanitario favoreciendo el desarrollo de la subespecialidad en el ámbito de la medicina, psicología, enfermería, auxiliar, trabajo social, fisioterapia y nutrición. Desde que en 1989 la psicogeriatría fue reconocida como subespecialidad por primera vez en Reino Unido, solo 6 países cuentan con ella, pero solo la contemplan como parte de la formación médica (psiquiatría y/o geriatría) y no de las otras profesiones que deberían de conformar el equipo multidisciplinar. Los esfuerzos actualmente quedan en manos de los profesionales más sensibilizados con el mundo de la neuropsicopatología, que son más bien pocos (sobre todo geriatras), mediante la creación de sociedades de Psicogeriatría o realización de máster.

A nivel estructural, pese a las recomendaciones de la OMS, los servicios de Psicogeriatría apenas han logrado su desarrollo, existiendo una amplia variabilidad en su tipología, estructura, organización, extensión y composición de equipos, por no hablar de la falta de acondicionamiento de los centros sanitarios para este tipo de personas con unas exigencias particulares (pongamos por caso las salas de Urgencias). A nadie se le ocurriría pensar en un hospital sin una unidad coronaria o una sala de reanimación postquirúrgica, sin embargo, sí vería “normal” encontrarse a un paciente anciano gritando durante toda la noche, atado a una cama, solo y a oscuras ya que “pobres, a lo que llegamos”; ¿de verdad a nadie se le pasa por la cabeza qué estamos haciendo mal?

La evidencia científica es escasa acerca de la efectividad de los servicios de Psiquiatría Geriátrica. A modo de resumen, según lo descrito por la OMS, es fuerte para los equipos comunitarios multidisciplinares y débil para las unidades hospitalarias de agudos, con muy pocos estudios controlados llevados a cabo. Este punto, quizá, podría alentarnos a seguir investigando más que servir de excusa para tirar la toalla.

En nuestro país se producen grandes desigualdades en la atención a la persona con problemas de la esfera mental: la primera valoración es por parte del médico de Atención Primaria quien, según su criterio, derivará al psiquiatra, neurólogo o geriatra que, a su vez, según su avidez e implicación por el tema, ayudará al paciente en mayor o menor medida basándose en recomendaciones generales y, en muchas ocasiones, de difícil aplicación por la familia y/o cuidadores.

¡Necesitamos recursos!

No sólo económicos y sociales, por supuesto, sino humanos, en cantidad y calidad. Mentes que piensen en la creación, planificación y organización de los mismos. Como curiosidad, en España hay conocidas 6 unidades de memoria, 116 consultas monográficas de deterioro cognitivo, alguna consulta no contabilizada de psicogeriatría dependiente del servicio de Psiquiatría (como la del hospital geriátrico Virgen del Valle en Toledo), 0 unidades de hospitalización psicogeriátrica de agudos/media estancia en el sector público (sí algunas concertadas, con especial desarrollo en Cataluña) y 306 asociaciones de familiares de enfermos de Alzheimer, lo que nos habla de la profunda demanda social, a la que no se está dando voz.

En suma, y ya finalizando, necesitamos de una sociedad concienciada para poder elevar este problema a lo más alto en la lista de prioridades de nuestros políticos y de un personal cualificado y entregado para planificar la intrincada red de asistencia médica al paciente psicogeriátrico y hacerlo más visible en todos los ámbitos de la vida cotidiana.

Mª Isabel Tornero,

Ciudadana y médico.

Cuidemos al cuidador

Otro curso más que comienza este blog. Pero no voy a mentir que será un año raro. Ya lo fue el anterior, y este lo será más. Y es que el tiempo que uno puede dedicar a las redes, y más concretamente a este blog cada vez es más limitado. Lo que lleva a que el blog no pueda salir con la frecuencia que uno desearía. Pero aquí seguiremos, aunque sea una vez al mes. Y en el mes en que se celebra el dia mundial del Alzheimer, pues está claro que hablaré sobre “uno de mis temas preferidos”.

Y es que en el año del lema omisiones cero,  no sólo es importante el tema del diagnóstico precoz, que es la reivindicación fundamental del reciente día mundial del Alzheimer. Sino que añadiría que lo que no se puede omitir es apoyar a los que están ahí continuamente, los cuidadores: hijas e hijos, esposas y esposos, sin olvidar muchas veces a los sobrinos y a veces también vecinos. Esas personas que aunque no tienen directamente esta enfermedad, son los que muchas veces más la sufren.

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Consejos de una enfermera #DiaInternacionalDeLaEnfermera

Esta semana pasada se ha celebrado un día muy importante, el #diainternacionaldelaenfermera, y aunque sea con un poco de retraso, nos gustaría comentar las reflexiones de una compañera enfermera, que como dice Cervantes, de cuyo nombre no quiero acordarme, para facilitar el trabajo en una planta de hospitalización. Sabemos que cada equipo tiene sus características, pero nosotros trabajamos sobretodo en la hospitalización de agudos/subagudos, y por esto nos vamos a centrar en esto.

Un aplauso para toda las enfermeras, sin olvidar a las auxiliares de enfermería
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La valoración geriátrica, ahora más que nunca

En la última entrada os hablé de reconocer a «mis maestros» la creación de algo tan útil como es la evaluación geriátrica. Pero ahora que comienza, o ya estamos metidos de llenos en la tercera ola, creo que por fin llego a tiempo a escribir algo de lo que tenía ganas hace tiempo.

Y es que ha habido mucha preocupación y jaleo con lo de los ingresos hospitalarios y las residencias. Es más, hasta amnistía internacional publicó un documento en diciembre recogiendo esto.

Un documento para leer

No penséis que esto de las residencias sólo ha pasado aquí. Sólo hay que echar un vistazo a las noticias o prensa científica internacional, para ver que ha sido similar el desastre. Por ejemplo en Canadá sólo el 11% de los casos COVID que hubo fueron en residencias, pero con una mortalidad altísima (el 73% de todos los muertos). Esto da idea de lo horrible que es esta enfermedad en estos centros.

Pero lo que también os quiero decir es que los recursos sanitarios son escasos, y por eso hay que “escoger”. Porque os pregunto, si tú con 20, 30 (sí digo 20 o 30 años), 40, 50, 60 años que tienes COVID y lo tiene también tu pareja, tu hermano y tu padre, y te digo que sólo hay una cama de UCI, a quién escoges.

Porque sí, hay gente de 20-30 años con COVID en las UCIs, y sí las camas de UCI no son infinitas. Pues entonces si te digo que por respeto a la edad y a que la ambulancia ha llegado antes esa cama va para tu padre de 70 u 80 años, qué dirías. Pues eso es lo que se han tenido y tienen que plantearse diariamente los intensivistas. Así que para evitar esto «pórtate bien» y cumple las recomendaciones para evitar la COVID19. Así conseguirás que no tengamos que ponernos en el dilema de escoger.

Pero como bien dice el tuit previo, también os digo que a veces tampoco están indicados usar los recursos hospitalarios. Sí, no está indicado el uso de recursos hospitalarios. Y me refiero no sólo a las UCIs, sino incluso a la hospitalización en si misma. Pero no lo digo ahora por lo de la COVID, sino que antes de esta pandemia ya no estaba indicado en muchas ocasiones.

Y esto no tiene que ver con la edad, sino por su situación clínica, funcional, mental y social. Es decir, lo que consigo saber a través de la valoración geriátrica. Pero también es importante porque gracias a esa valoración geriátrica quizás sé que el padre de 80 años tiene más indicación de esa cama de hospitalización o de UCI que el hijo de 50 años. Sobretodo cuando las cosas se ponen feas como se están volviendo a poner.

Da miedito ver hasta donde puede llegar a subir

Sí que con la pandemia se ha puesto de moda una escala de valoración de fragilidad llamada CFS, que ya tiene unos cuantos años, y que puede ayudar de forma rápida y visual. Es más es una escala que ya era conocida y usada en las UCIs (referencia 1,2), y en otras especialidades (referencia 3)

Como veis la CFS es «muy fácil», sólo hay que hacerla bien

Pero para hacer una valoración lo importante no es dar las cosas por hecho, sino que hay que preguntar porque como os decía en la última entrada, tenemos mal «ojo clínico» con los mayores.

Y muchos diréis que esto de usar escalas para decidir, es para «quitarnos» la culpa. Que es autoprotección. Pero no, es ciencia, es lo que vemos y usamos diariamente. Y es que gracias a la ciencia sabemos que la supervivencia al año de una persona mayor ingresada tras una UCI es alrededor del 46% (4). Podréis decir que es mucho, pero no lo es tanto cuando la supervivencia esperada a los 80 años es de hasta 10 años. Es decir que alguien que llega a los 80 años, es bastante probable que llegue hasta los 90.

Pero no sólo la edad de por sí es importante, sino que la edad «mal llevada» lo es más. Y es que se sabe que las personas mayores frágiles, tienen una peor respuesta al ingreso a la UCI que las no frágiles (referencia 2 y 5). Y por frágil, como bien dice la escala CFS no os imaginéis a la persona en silla de ruedas, que no reconoce a sus familiares. Esa persona no sólo es dependiente, sino que probablemente ya se puede considerar que está incluso en fase terminal. Y no es algo que se diga ahora por la pandemia, sino que es algo que ya está reconocido hace años. Con frágil nos referimos al CFS 5, una persona que bien vive sola, pero que ya necesita algo de ayuda, aunque sea mínima, aunque sea para apañarse con la medicación. Porque la fragilidad digamos que es el riesgo de tener que necesitar gran ayuda de otra persona si le sucede algo.

Añadido a 08.03.21: Pero es que además el uso de esta escala, como bien podéis ver en los siguiente tuits, ha demostrado su utilidad también con la COVID. Y es que aquellos con CSF de 4 o 5 mueren más que los de CSF más bajo. Y si el CSF es 6 o más, la mortalidad se dispara. Es decir cuanto más frágil o dependiente es una persona, más fácil es que muera por la COVID.

Así que en una enfermedad como la COVID, en que una primera no fue ola sino tsunami, y en la que ahora se ve que la mayor parte de los intentos terapeúticos fueron un fiasco, ahora que ya estamos de llenos en la tercera ola igual de inclemente que la primera, quizás puede volver a suceder el llanto por las residencias.

Ahora estamos «más organizados y protegidos», pero está pasando igual que en la primera ola, que residencias y centros similares donde entra la COVID, más vale prepararse para un requiem, como por desgracia estoy viviendo muy de cerca.

Así que el trabajo que se hizo en la primera ola de organización, de planificación y adecuación de cuidados, es decir de un buen trabajo en geriatría, son igual de válidos que entonces. Y es que cuando los tratamientos sí que han ido cambiado continuamente, hasta dejarse de usar casi todos salvo una medicación que se puede dar por boca como son los corticoides y el apoyo de oxígeno, y poco más, mal vamos.

Sin embargo estas medidas de preparación previa, que se basan en una buen trabajo y valoración geriátrica, siguen siendo igual de válidas. Para ello hay que hablar con las personas con tiento, y con las familias a tumba abierta, porque como bien dice las siguientes recomendaciones de muchas entidades científicas (7) han sido, son y serán decisiones difíciles.

Cuando muchas sociedades científicas se ponen tan pronto de acuerdo es por algo, porque la situación es muy mala. Lo malo es que es igual de válido que hace casi un año

Pero mejor que las sepamos de antemano, porque por desgracia no podemos obviar que la COVID actúa de forma horrorosa con nuestros mayores, ante lo cuál poco podemos hacer ni siquiera dentro de los hospitales. Es más si el tratamiento es una pastilla por boca y un poco de oxigeno que también se puede poner en una residencia, por qué ir a un hospital cuando están que ya no dan más de sí. Y si son muy frágiles, como ocurre muchísimas veces con las personas que viven en las residencias, pues aún la duda de trasladar aumenta mucho más. Así que cuando todo esto pasa en las personas mayores frágiles, donde sigue siendo igual de horrendo si caes enfermo, como veo de primera mano, te piensas que sólo nos queda cuidar y nuestro «primum non nocere», «primero no hacer daño», o lo que es lo mismo ante esta enfermedad, que no sufra.

Cuál es el problema, que no solo se ponen los mayores que viven en las residencias enfermos, sino también sus cuidadores, los trabajadores. Porque como bien dice una gran compañera enfermera y experta en psicogeriatría, ahora misma en cama con 39.5ºC por el maldito bicho, que como bien dice «estaba esperando resignadamente a que esto sucediera». Porque cuando se trabaja en una residencia o en una unidad de psicogeriatría, donde las personas no entienden de espacios, mascarillas, higiene, ni de no dar besos o abrazar, pues uno sabe que se va a contagiar. Porque es muy difícil o casi imposible que el bicho no entre en estas unidades, a no ser que haya un buen aislamiento social total, del que tampoco creo que los trabajadores y residentes tengan que sufrirlo, cuando gran parte de la gente pasa del tema. El problema es ahora quién la substituye en su papel, que a día de hoy no es importante, sino vital.

Así que no esperes que la vacuna sea efectiva, además con todo esto de la variante inglesa a saber lo que pasa. Quizás es mejor no tener que escoger entre tú o tu hermano, tu pareja y tu padre quien se queda la última cama de UCI. O tener que decidir si es trasladable al hospital tu padre que vive en una residencia. O peor aún, tener que escuchar que el escaso tratamiento del que disponemos no es eficaz, como sigue siendo habitual, y tienes que oir que tu padre se está muriendo. Quizás es más rentable hacer caso. Ponte la mascarilla, lávate las manos, mantén la distancia social, limita tu burbuja social y no creas que no es para tanto o esto es un invento chino, porque «el que con fuego juega, con fuego se quema».

Bibliografía

  1. Rockwood K et al. A global clinical measure of fitness and frailty in elderly people. CMAJ. 2005 Aug 30;173(5):489-95. doi: 10.1503/cmaj.050051. PMID: 16129869; PMCID: PMC1188185.
  2. Flaatten H et al; VIP1 study group. The impact of frailty on ICU and 30-day mortality and the level of care in very elderly patients (≥ 80 years). Intensive Care Med. 2017 Dec;43(12):1820-1828. doi: 10.1007/s00134-017-4940-8. Epub 2017 Sep 21. PMID: 28936626.
  3. Díez-Villanueva P et al. Recomendaciones de la Sección de Cardiología Geriátrica de la Sociedad Española de Cardiología para la valoración de la fragilidad en el anciano con cardiopatía. Rev Española Cardiol. doi:10.1016/j.recesp.2018.06.015
  4. Dempsey G, Hungerford D, McHale P, McGarey L, Benison E, Morton B. Long term outcomes for elderly patients after emergency intensive care admission: A cohort study. PLoS One. 2020 Oct 29;15(10):e0241244. doi: 10.1371/journal.pone.0241244. PMID: 33119649; PMCID: PMC7595304.
  5. Guidet B et al; VIP2 study group. The contribution of frailty, cognition, activity of daily life and comorbidities on outcome in acutely admitted patients over 80 years in European ICUs: the VIP2 study. Intensive Care Med. 2020 Jan;46(1):57-69. doi: 10.1007/s00134-019-05853-1. Epub 2019 Nov 29. PMID: 31784798; PMCID: PMC7223711.
  6. Gómez-Batiste X et al. Identificación de personas con enfermedades crónicas avanzadas y necesidad de atención paliativa en servicios sanitarios y sociales: elaboración del instrumento NECPAL CCOMS-ICO(©) [Identification of people with chronic advanced diseases and need of palliative care in sociosanitary services: elaboration of the NECPAL CCOMS-ICO© tool]. Med Clin (Barc). 2013 Mar 16;140(6):241-5. Spanish. doi: 10.1016/j.medcli.2012.06.027. Epub 2012 Oct 25. PMID: 23103110.
  7. Recomendaciones generales relacionadas con las decisiones éticas difíciles y la adecuación de la intensidad asistencial. 19.03.20

Como evitar la demencia

Hoy es el día internacional del Alzheimer, y qué mejor forma de celebrarlo que comentar el recién artículo del lancet donde se recogen las medidas para intentar prevenir la demencia, ya que no está tan claro la eficiencia de su tratamiento farmacológico.

Y es que hay que recordar, que aunque el número de mayores crece, la aparición de la demencia ha disminuido proporcionalmente en algunos países. Por lo tanto sí que existen cosas que podemos hacer para intentar evitar su aparición.

Porque uno de los objetivos de la geriatría es intentar prevenir, en especial prevenir la discapacidad,  y cuanto antes se empiece a hacer esto mejor. Y que mejor que intentar prevenir la discapacidad que intentar prevenir la aparición de una demencia. Y no hay que empezar cuando uno ya tiene 80 años. Hay llegamos no tarde, tardísimo. Sino que hay que empezar desde la niñez. Porque muchas de estas medidas cuanto antes comienzan a hacerse más eficaces son.

  • Intenta mantener la tensión arterial sistólica de 130 mm Hg o menos a partir de los 40 años. Es más, el tratamiento para la hipertensión es el único tratamiento farmacológico preventivo eficaz para la demencia.
  • Intenta reducir la pérdida de audición, y si es necesario fomenta el uso de audífonos. Aunque no lo creas este es uno de los factores con mayor potencial para evitar desarrollar demencia.
Cuidando tu oído cuidas tu cerebro
  • Evita el tabaco, o intenta dejarlo lo antes posible. Dejar el tabaco de mayor es de lo poco que reduce el riesgo de demencia incluso en la edad adulta.
  • Reduce la obesidad, es uno de los factores cardiovasculares más importantes, y por tanto uno de las medidas para evitar la demencia.
  • Evita la inactividad física, no cuando ya eres muy mayor, sino lo antes posible.
  • Cuidado con la depresión. Está asociada con la demencia, es más a veces se confunde con ella sobretodo en sus inicios.
  • Evita la soledad. El contacto social es un factor protector de la demencia bien conocido, que favorece muchos comportamientos beneficiosos,  como es la actividad física, y lo que esta conlleva.
  • Evite los traumatismos en la cabeza.
  • Haz lo necesario para controlar tu diabetes lo mejor posible
  • Reduce la exposición a la contaminación atmosférica, sin olvidarte también del humo de tabaco.
  • Limite el consumo de alcohol, evitando el consumo de más de 21 unidades a la semana. Para hacerte una idea una copa de vino o una cerveza es una unidad.

También se ha visto que hay otras medidas que protegen de desarrollar demencia, como favorecer el sueño, que también mejora la salud en general.

Pero algunas medidas no sólo tienen que ser individuales, sino que tienen un importante componente político, social, o de políticas sanitarias.

  • Favorecer la formación lo máximo posible, intentando llegar al menos a la educación secundaria.
  • Implementar políticas de salud pública, no sólo para evitar la hipertensión, sino también la obesidad, el tabaquismo y el alcoholismo.
  • Implementación de medidas de fomentarla actividad social y las relaciones sociales.
  • Reducir la exposición al ruido excesivo (por ejemplo usando cascos para los oídos), especialmente a partir de la edad media.
  • Valoración no sólo de la diabetes, sino también de sus probables complicaciones.
  • Reducir el riesgo de traumatismos craneales en los trabajos (cascos de obreros) y en el trasporte (cinturón de seguridad…)
  • Desarrollo de políticas a nivel no sólo nacional, sino internacional, para reducir la contaminación aérea.

Es decir trabajar en los nueve puntos protectores ya bien conocidos desde hace tiempo como son la hipertensión, la obesidad, la diabetes, el tabaco, la inactividad física, la pérdida de audición, la soledad, la depresión y la baja educación; a los que en esta revisión se han añadido los tres siguientes: evitar el alcohol, los traumatismos craneales y la polución; son las medidas más importantes  “a trabajar” para evitar llegar a tener una demencia.

Pero a veces uno no llega a prevenirla, por lo que este artículo también da algunas recomendaciones para la atención tras el diagnóstico.

  • La atención debe incluir la salud física. La mayoría de las personas con demencia padecen otras enfermedades y podría tener dificultades para cuidar su salud y esto podría resultar en hospitalizaciones potencialmente prevenibles.
  • También la salud mental. Trata de manejar los síntomas neuropsiquiátricos que tanto afectan no sólo a las personas, sino también a los cuidadores.
  • Sin olvidar la parte social. Cuida al cuidador. Las intervenciones específicas para los cuidadores/familiares tienen efectos sobre los síntomas de depresión y ansiedad. No sólo aumentan la calidad de vida sino que también son rentables y pueden ahorrar dinero.

Pero como decía al principio es mejor prevenir este síndrome que las consecuencias de él. Así que lo “tienes fácil” aquí te recuerdo los puntos que “tienes que trabajar” de forma más sencilla.

Livingston G, Huntley J, Sommerlad A, et al. Dementia prevention, intervention, and care: 2020 report of the Lancet Commission. Lancet. 2020;396(10248):413-446. doi:10.1016/S0140-6736(20)30367-6

Las alteraciones de conducta en demencia pueden tratarse

Lo bueno de trabajar en un hospital con residentes es tener la suerte de tener que repasar a menudo los mismos temas. Esto ayuda a convertirse en un experto en “su tema”. Pero más a menudo de lo que uno se puede creer, viene alguien que «te abre los ojos”. Te hace ver las cosas que estás acostumbrado a ver de una manera distinta. Y no es necesario ir a una megacharla de un megaexperto traído de allende los mares. A veces “una simple residente de familia”, como la gran dra de Oca, lo consigue con algo tan sencillo como una pizarra y un rotulador.

No hay nada mejor para estudiar un tema que una pizarra vacía, o casi

Y es que por más como geriatra con consultas de demencia, uno está acostumbrado a tratar las alteraciones de conducta. Y esto es porque más del 90% de las personas que sufren demencia van a presentar alguna de las alteraciones de conducta que se asocian a la demencia. Algunas de estas conductas como el insomnio, la agitación, la agresividad cuando son graves obligan a tratar con fármacos o incluso favorecen no sólo la institucionalización, sino una muerte precoz. Tratar con fármacos es algo que se intenta evitar, ya que se sabe que los tratamientos que se usan pueden aumentar la mortalidad, da igual el tipo de fármaco que se use.

Pero antes de todo lo primero que hay que hacer para poder tratar la conducta “patológica” es comprender lo que es la demencia1, y de ahí la importancia de la educación, tanto al cuidador en casa, como al cuidador profesional. Es muy importante enseñar que el comportamiento y los síntomas psicológicos no son «malos comportamientos» por parte de la persona. Estos comportamientos forman parte de la enfermedad. Se deben a cambios que se producen a nivel cerebral, incluso a nivel bioquímico. Pero algunos de ellos también se pueden producir por factores sociales o ambientales desencadenantes, como es el cambio de casa o la aparición de un nuevo cuidador.

También es muy importante enseñar a “tratar” estas conductas. Y para ello como siempre, empezamos con los tratamientos no farmacológicos. Estos tratamientos suelen ser muy genéricos, siendo alguno de ellos 2,3 los siguientes:

  • Ocupa el tiempo. Si la persona hace cosas no sólo el tiempo pasa más rápido, sino que se mantiene activa, con todo lo que conlleva.
  • Crea rutinas, y si una es la de hacer ejercicio, aún mejor. El ejercicio es una de los mejores actividades que una persona puede realizar.
  • Las conductas pueden ser modificadas por «técnicas» o medidas conductuales, que por muy simples que parezcan son muy útiles. Algunas de estas técnicas como la distracción, el redirigir la atención hacia otra cosa, el tranquilizar a la persona o la reorientación son de las medidas conductuales que pueden ser usadas en cualquier sitio, ya sea en la casa, en una residencia o en un hospital, y requieren poco más que el tiempo del cuidador o personal para poderlas hacer. Qué técnica usar depende de la conducta existente.
  • Un punto importante es observar cuál es el desencadenante de cada conducta. Si la conducta problemática solo ocurre en momentos del baño, de la comida, o en algún otro momento puntual y vemos por qué se produce sabremos más fácil como evitar que reaparezca.
  • Separa a la persona de aquello que parezca que le produzca molestias o inquietud. Incluso si eres tú mismo el que lo produce, sal de la habitación por algo de tiempo.
  • Mantén el contacto ocular y habla lentamente y con calma. Los chillidos sacan de quicio a todo el mundo.
  • Usar sujeciones como cinturones en la cama o en la silla se deben evitar, ya que pueden producir caídas, lesiones en la piel o favorecer la incontinencia.
  • Otro mecanismo que se suele usar es cerrar las puertas con llave. Esto es algo que aprendí de bien pequeño en casa. Era obligado hacerlo, no por miedo a que alguien entrara, sino para que mi abuela no se fuera. El riesgo es hacerlo cuando están solos, es un riesgo que es mejor no probar.

Algunos de estos tratamientos los podéis ver en unas magnificas infografías4 que la Fundación Matia ha realizado a propósito del confinamiento de la covid.

Sencillas, pero muy útiles estas infografias de @MatiaFundazioa

Pero a veces la alteración de conducta es tan grave que es imposible no usar medicamentos. Quién puede no tener que tratar con fármacos cuando tu pareja está agresiva y ves peligrar incluso tu propia persona. Algunas recomendaciones muy claras, pero sobretodo útiles al usar los fármacos2 son:

• Antes de iniciar un fármaco busca si hay un desencadenante de la conducta. A veces el dolor, una infección, una sobreestimulación o un cambio en el ambiente/cuidador (incluso un corte de pelo que cambie mucho la forma de la cara) pueden producirlo.

• Escoge el fármaco según el síntoma que esté presente. Es probable que las alucinaciones y los delirios respondan a los antipsicóticos. Para la agitación y la ansiedad, el uso de un ansiolítico es más apropiado, y el insomnio persistente podría indicar un papel a corto plazo para un hipnótico.

• El gran axioma de los fármacos en geriatría: “Start low, go slow”. Es decir empieza con un fármaco a baja dosis y haz los cambios de dosis muy despacio.

• Usa un medicamento sólo, a la dosis efectiva más baja. Si usas varios y aparece algún síntoma no deseado, ¿cuál es el fármaco responsable?.

• Revisa cada poco, y con frecuencia, la aparición de efectos adversos. Quizás es mejor hacer 5 llamadas en un mes de 5 minutos, que no una visita presencial de 30 minutos al mes, aunque la recomendación establecida es valorar el efecto cada 6 semanas1,5. El tiempo total es casi el mismo, pero la seguridad es mucho mayor. Y es que hay efectos no deseados que aparecen tempranamente, y otros como los efectos extrapiramidales, que a menudo surgen más tarde.

Otro gran punto, que por ser el último a tratar no es menos importante, es el apoyo social. No sólo el aceptar las ayudas sociales, que a veces tanto cuesta a la persona mayor, no sólo a aquella que sufre demencia, sino el conseguirlas. Este es uno de los grandes déficits de la gran ley de la dependencia. Y como se ha visto durante el confinamiento por la COVID el mantenerlas. Aún a día de hoy las personas con demencia y sus cuidadores sufren las consecuencias de esta pandemia. No sólo al verse disminuido los recursos sociales, con el aumento de alteraciones de conducta que hemos visto todos los que nos dedicamos total o parcialmente a este serio problema. Sino sobretodo en aquellas personas que viven en residencia, al sufrir un importante aislamiento social. Pero este es un tema que da para toda una entrada.

Muy interesante este comunicado de la SEGG sobre el aislamiento en las residencias

Pero no olvidemos que lo más importante de todo como siempre es una buena base, y no hay mejor base que una buena «formación «. Y para ello todo es válido, incluso usar una novela como «arrugas».

Bibliografía

1.          Alzheimer, Society. Optimising Treatment and Care for Behavioural and Psychological Symptoms of Dementia: A Best Practice Guide. Full Colour Version. https://www.alzheimers.org.uk/sites/default/files/2018-08/Optimising treatment and care – best practice guide.pdf?downloadID=609. Accessed August 29, 2020.

2.          Macfarlane S, O’Connor D. Managing behavioural and psychological symptoms in dementia. Aust Prescr. 2016;39(4):123-125. doi:10.18773/austprescr.2016.052

3.          Alzheimer, Society. Alzheimer’s Association Position Statement on Treatment of BPSD. https://www.alz.org/media/Documents/dementia-related-behaviors-statement.pdf. Published 2015. Accessed August 29, 2020.

4.          Documentación COVID-19 | Matia Fundazioa. https://www.matiafundazioa.eus/es/covid-19. Accessed August 29, 2020.

5.          Decision Aid for Dementia: Assessment, Management and Support for People Living with Dementia and Their Carers Decision Aid Antipsychotic Medicines for Treating Agitation, Aggression and Distress in People Living with Dementia.; 2018.

Conducir y demencia: un dúo maldito

Quién de vosotros conduce. Es algo que es “normal”, forma parte de nuestra vida. Seguro que no sabéis cómo puede ser vuestra vida sin poder conducir. Y es que conducir es parte de la vida cotidiana de un adulto. Quizás el mayor símbolo de independencia.

Sin embargo, algo se rompe cuando comienza la demencia. Y es que con la demencia se altera tanto la concentración enfocada como el tiempo de reacción rápido, que tan necesarios son para conducir de manera segura.

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Así que hoy os hablaré de cómo abordar este tema, con ayuda de algunas páginas anglosajonas que tratan este tema. Y es que en muchas ocasiones el dejar de conducir es lo primero que uno tiene que tratar cuando se diagnostica una demencia.

Seguir leyendo Conducir y demencia: un dúo maldito

Protocolo del Ministerio de Sanidad y de la Generalitat para las residencias y centros sociosanitarios

Actualizado a 09.03. a 23:30h

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La velocidad que está cogiendo este tema creo que supera a todos, especialmente a mí, que no me considero un experto en infecciones. Intentaré tener esto al día con actualizaciones, pero no sé hasta cuando podré hacerlo sin estar ya atrasado. Y es que una entrada publicada hace 48h ya es antigua, ante la publicación de nuevos protocolos.

El pasado 06.03 salió el protocolo del Ministerio de Sanidad y el de la Generalitat de Catalunya, que es la zona donde trabajo (actualizado a las 17h del 07.03) para residencias y centros sociosanitarios para el covid19 o coronavirus, y hoy mismo ha salido (09.03) un nuevo documento de recomendaciones para las residencias de la Generalitat, aunque ni siquiera está en la web (a 09.03 23:30h). Aquí podrás ver un resumen y mis impresiones.

Y porqué me centro en este ámbito. Porque empieza a parecer que es un virus especialmente grave para nuestros mayores. Y dónde hay gran cantidad de ellos juntos. Justo en las residencias. Así que es donde hay que tener más cuidado. No por ti trabajador que parece ser que será como una gripe molestia o lo pasarás sin notarlo. Sino para la persona mayor que cuidas que tendrá un riesgo muy alto de morir(datos del 04.02.20 de un estudio chino de 72000 pacientes).

Sí que casi desde el principio han salido recomendaciones para «la población general». Pero desde el ámbito sociosanitario se esperaba algo específico, ya que somos unos de los grandes afectados por esta nueva epidemia.

Y cuáles son las recomendaciones específicas tan esperadas:

1 Si trabajas y tienes sintomas respiratorios consulta (TAMBIÉN DEBERÍAMOS HACERLO CON LA GRIPE).
2 si eres residente y tienes sintomas quédate en una habitación, mejor ventilada y con baño propio (todo un lujo por lo que conozco). Y al ser atendido lleva una mascarilla, quirúrgica vale, (en las personas con demencia creéis que esto será posible, yo no). El trabajador que contacte con él, debe ser en lo posible el mínimo posible, y con un equipo de protección individual (EPI) con mascarilla quirúrgica (aunque el de la Generalitat refiere que mejor una mascarilla FPP2, que aún es más difícil de conseguir y con mucho mayor gasto), gafas, guantes y bata. En las residencias tipo que conozco (100 o menos residentes), por no decir en los centros de día esto me parece impensable. Sé que hay residencias muy grandes, donde no sé si será viable. Además, las mascarillas y gafas tras ser usadas (SON DE USO ÚNICO) hay que desecharlas en una bolsa y llevarlas al centro de atención primaria para que se deshagan de ellos de forma adecuada. 

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La famosa mascarilla FPP2 a 30€ las 5 unidades más baratas en la famosa tienda virtual. Y la tienes que tirar tras usarla una vez. ¿Qué residencia se lo puede permitir?

Por fin se recomienda a partir del 09.03 que si tienes síntomas respiratorios o fiebre, y acudes a un centro de día, como debería ocurrir con otras viriasis, que no vayas. 

El primer protocolo de la Generalitat sí que incluye un aspecto interesante, como es el de cuándo se puede atender una sospecha de caso de coronavirus en las residencias. Es en ausencia de enfermedades crónicas. Y la primera es… hipertensión¡¡¡. Además lo destacan como un factor grave. Creo que con esto se excluye a casi todos.

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Con estos requisitos a excluir, dime que persona mayor incluyes para ser atendido en una residencia 

Otra condición del protocolo de la Generalitat son los requisitos que debe tener una residencia, cosa que no dice el Ministerio. Te dejo a ti mismo pensar tus propias conclusiones:

  1. Habitación individual, con buena ventilación y baño (el mismo que el del Ministerio, y creo igual de difícil).
  2. Teléfono del equipo asistencial de la residencia de teléfono permanente para contactar con el equipo de atención primaria hasta la resolución de síntomas.
  3. Todos (residente, familia, trabajadores) han de entender y realizar las normas básicas de prevención.
  4. Disponibilidad de recursos materiales necesarios (el famoso EPI, con sus gafas, mascarillas, batas y guantes de úso único, entre otras cosas).


3a si eres familiar y tienes síntomas respiratorios no acudas a la residencia (RECUERDALO TAMBIÉN CUANDO TENGAS LA GRIPE)
3b si eres y familiar y has viajado a una zona de riesgo (ver https://t.co/5JIabFdvdR ) no vayas a la resi en 14 días a no ser por fuerza mayor
4 (por no decir 1,2,3,4,5,6…) que haya pañuelos y sobretodo solución alcohólica por todos lados (y cubos con pedal para los pañuelos)
Y LAVATE LAS MANOS

Esto no viene pero te lo digo yo, tose al codo (el kétchup es el #coronavirus #gripe…)
Y mantente a 2 metros del que tose

4b si las manos están visiblemente limpias, la higiene de manos se hará con productos de base alcohólica; si estuvieran sucias o manchadas con fluidos se hará con agua y jabón antiséptico
4c El haber utilizado guantes no exime de realizar la correcta higiene de manos tras su retirada. Los guantes deben ser cambiados siempre con cada residente y se ha de realizar higiene de manos tras su retirada y antes de colocarse unos nuevos
Y NO LLEVES NADA EN LAS MANOS/MUÑECAS. Y las uñas cortas, por favor. Y LAVATE LAS MANOS ☺️

5 de la limpieza de habitación habla el protocolo cuando hay un caso en una residencia, o eso me parece. Porque para que ponerse un EPI (equipo de protección individual) si no? Y si hay que enviar al hospital con enfermedades graves como HTA, como va a ser capaz una residencia de atenderlos
Casi mejor leerlo cada uno. Asumo que la limpieza es la habitual si no hay caso.

6 Gestión de residuos. Si hay un residente afectado se podrán eliminar de la misma forma que se eliminan los residuos habituales, sólo que en bolsa aparte. Sino pues nada.

7 Vajilla y ropa de cama. No se requiere un tratamiento especial ( al lavavajillas y lavadora 60-90°)

8 El protocolo de la Generalitat especifica muy bien cómo se debe hacer un traslado en ambulancia de sospecha de COVID-19, y como bien imagináis, es también con toda la parafernalia habitual.  

Finalmente el 09.03 se ha publicado una serie de recomendaciones generales de prevención para las residencias desde la Generalitat, a destacar las siguientes:

  • Regulación de las visitas de familiares. No ir si tienes síntomas respiratorios o contacto con infecciones o has viajado a zona de riesgo, como ya había dicho más arriba.
  • Limitar el número de visitas a una por vez.
  • Suspender las actividades externas, ya sea para salir o que le venga a la residencia (voluntariado, estudiantes en prácticas, actividades intergeneracionales).
  • Que sólo haya un punto de entrada donde se registraran los visitantes, con el fin de facilitar el estudio de contactos, en caso necesario. 
  • Que en caso de que haya una infección respiratoria de un residente, al ser atendido, el residente lleve mascarilla. (pero quién encuentra ahora mascarillas para poner)
  • El trabajador ha de seguir estrictamente las medidas de prevención y control de transmisión del coronavirus (actualmente es lavarse las manos y estar a 2 metros de alguien que tose a no ser que tenga mascarilla). Se han de proteger según los riesgos a los que están expuestos de acuerdo con lo que establezcan los servicios de prevención de riesgos laborales. 

 

Y ya está

Pero recuerda LÁVATE LAS MANOS. Estas recomendaciones en la próxima epidemia de #gripe que haya, intenta hacerlas igual. Son igual de eficaces. Porque la gripe también es muy mala (6300 muertes en España)

Y es que cuando las recomendaciones para prevenir el #Coronavirus son las mismas que para la #gripe hay que pensar cuanto tiempo lo llevamos haciendo mal para no tenerlas ya interiorizadas. Igual ya toca tenerlos todos claro.

Y como no podía ser de otra manera. Faltan las recomendaciones estructurales/laborales que tan bien nos recuerdan así. A ver si algún día las podemos ver en un protocolo.

https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov-China/documentos.htm

https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/advice-for-public

http://canalsalut.gencat.cat/web/.content/_A-Z/C/coronavirus-2019-ncov/material-divulgatiu/coronavirus-maneig-residencial.pdf

 

Haz clic para acceder a coronavirus-maneig-residencial.pdf

Motivos para ingresar en una residencia

A principio de mes os comentaba que soy un «médico DE residencia». No sólo por trabajar en una, si no también porque muchas veces he tenido que recomendar el ingreso de alguien en una de ellas.

Pero para saber cuándo recomendar su ingreso, es bueno conocer cuándo o por qué motivos, lo que «nosotros, los sanitarios» llamamos factores de riesgo, se suele haber.

Algunos factores de riesgo para ingresar podemos decir que cuando los cuente veréis que son «lógicos». Pero no por ello está bien que se sepan. Si conocemos las razones más habituales, estaremos atentos a cuándo tener que empezar a ayudar a recomendar y apoyar a la persona o a las familias sobre este ingreso.

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Una residencia en la que todos nos gustaría estar. Foto de Thomas Bjørkan CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=23829953

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Recordando entradas para el podcast. «Cuidadores, los profesionales que curan dedican su tiempo»

Este año, como ya empezamos el año pasado traeremos algunas de las entradas con más éxito, o a las que tengo «más cariño» pero en un nuevo formato.

Entradas que gracias a una joven actriz, Cristina Martínez Reig, sentiréis más vivos, y espero más cercanos.

El año pasado comenzamos con uno muy especial para mi. Y hoy os traigo uno muy especial para una gran colaboradora, como es Gema, pero sobretodo amiga. 

Si no habéis leído esta entrada os pediría que dediquéis unos escasos 5 minutos, no os arrepentiréis. 

 
 
 

Por si acaso prefieres leerla en vez de escucharla, acá va de nuevo

Cuidadores, los profesionales que curan dedicando su tiempo