Vuelvo a escribir después de muchísimo tiempo, sé que demasiado. Uno da para lo que da, y las prioridades van cambiando con el tiempo. Pero la semana pasada tuve la fortuna de volver a poder formarme de forma presencial con el congreso SEMEG celebrado en Albacete. Como todos los congresos ha sido intenso. Pero ha sido sobretodo estimulante, así que aquí me veo de nuevo.
El título del congreso creo que ha sido más que acertado, MEDICINA GERIÁTRICA: LA CIENCIA DE LA FUNCIÓN.
Pocos congresos he visto con un título tan acertado. Os animo a echar un vistazo el programa, y veáis lo que os habéis llegado a perder.
Pero no escribo para contar lo que he oído, sino para intentar convencer a los próximos MIR el por qué apuntaros a este apasionante mundo de la geriatría. Y es que la geriatría no sólo es la mejor medicina de la función, sino que LA GERIATRÍA ES LA MEJOR MEDICINA PARA LA PREVENCIÓN.
Sí, lo has oído bien. Todas las ramas sanitarias tenemos como objetivo prevenir, y me atrevo a decir que una geriatra es mejor que cualquier otro médico especialista en ello.
Y digo esto convencido porque intentamos prevenir cualquier cosa que podáis llegar a pensar, para conseguir nuestro objetivo máximo que es «dar vida a los años, y no años a la vida». Pero tenemos que reconocer que no podemos prevenir una, como bien dice el dr López Otín. No sé si adivinarás que es esta única cosa que no podemos evitar. Pero lo siento, para saberlo tendrás que leer esto hasta el final.
Esta semana estando hablando con un “urgenciólogo”, por cierto que injusto que aún no exista esta especialidad, y hablábamos de “lo bonito” de cada especialidad. Él comentaba el uso de todo el conocimiento médico, de una buena realización de la historia clínica y el buen uso de las pruebas diagnósticas para llegar a un diagnóstico, y yo le comentaba que eso también se hace en geriatría. Creo además de forma mucho más difícil porque tenemos que valorar “la agresividad” de lo que hacemos.
Pero es que también tenemos una cosa “única” en el mundo hospitalario, como es el trabajo multidisciplinar, tanto en las unidades de agudos de geriatría, como en las unidades de recuperación funcional (media estancia, convalecencia o como queráis llamarlo), con un fin que parece tan poco “sanitario” como vital para las personas mayores. Y es que es todo un placer ver como distintos profesionales de distintas ramas (personal auxiliar, enfermería, medicina, terapia ocupacional, trabajo social, farmacia, logopedia, fisioterapia, rehabilitación…) trabajamos coordinados con un fin común, como es el de no sólo intentar que la enfermedad produzca el menor daño posible, sino intentar conseguir que la persona mayor vuelva a andar. Sin olvidar el aspecto emocional, mental y social, para intentar conseguir volver a casa intentando promover un envejecimiento saludable. Por cierto, del envejecimiento saludable y de cómo conseguirla os he hablado hace nada.
Pero para conseguir esto se necesita reconocer algo que es básico y fundamental. Y es, que la persona mayor no sólo no puede, sino que TIENE Y DEBE HACER EJERCICIO. Sé que ya os he hablado alguna vez de esto aquí mismo, pero de vez en cuando es bueno ser pesado y repetirse para no olvidar algo que es tan vital. Una muestra de esta importancia es el último examen MIR donde se reconoce esto. También hay que decir que visto lo visto con la famosa pregunta sobre la eutanasia tampoco es mucho decir que salga en el examen MIR.
la respuesta es fácil #menospastillasymaszapatillas
Sola, en la habitación, Mercedes ve pasar las horas a través de una ventana sin vistas. Unas horas extrañas, que parecen trascurrir a su propio ritmo, sin ningún reloj que las guie. Horas que se convierten en noches que mueren en días. Solo las chicas disfrazadas rompen la monotonía, con sus entradas enérgicas, trayendo bandejas, aseándola, dándole las pastillas. Siempre ataviadas con esos extraños plásticos, donde solo queda un borrador de mirada tras ellos. Se oyen palabras, pero no hay sonrisas. En una se esas horas, en un preciso minuto, Mercedes deja de esperar. Ya no sabe a qué espera, no lo recuerda. Entra una muchacha sin plásticos, solo con la cara tapada “Ya está Mercedes, ya puedes salir”. Le tiende la mano. “Vamos, ven a la sala, ya no hace falta que estés en la habitación. La prueba ha salido bien. No tienes coronavirus”. Mercedes la mira sin comprender. Intenta levantarse. Da un par de pasos. Pero parece que las horas en la habitación han sido caprichosas y se han encariñado de los pasos de Mercedes, llevándoselos. Al menos por un tiempo.
Mercedes sale de la habitación, solo era un aislamiento preventivo. Un día o dos para nosotros. Para ella; un mundo. Sale sí, pero la estancia no ha sido gratuita. Necesita ayuda para caminar y no tiene ni la más remota idea de dónde está.
Fuimos cautos aislándola. Debemos serlo. Debemos protegernos y proteger, nadie lo duda. Pero a veces tengo la sensación de que el covid no solo nos está pasando factura en si mismo. También pasa factura “el por si acaso covid”. Y también el “todo es covid”. Porque antes de todo esto, antes de que nos viéramos arrastrados por esta vorágine, éramos otra cosa.
Nuestra principal preocupación era recuperar, preservar. Mantener la reserva cognitiva y la función. ¿No era nuestro principal objetivo rehabilitar? ¿Estabilizar? Y ahora demasiado frecuentemente les pedimos a unas personas muy frágiles, unas personas que ya han soportado un confinamiento largo, que de nuevo estén solos, sin estímulos. Quietos. Aislados.
¿No se nos está olvidando el objetivo de nuestra profesión? ¿No nos estamos dejando arrastrar? No tengo soluciones mágicas. Quizás ahora, más que nunca, es tiempo de ser creativos…o no tanto. Porque quizás con cuatro cosas prácticas, sin descubrir América, podamos mejorar la situación. ¿Qué podríamos hacer?
– Mantener una correcta iluminación en la habitación, natural mientras sea posible.
– Medidas para favorecer la orientación como tener un reloj y un calendario cerca, visibles.
– Facilitar la comunicación con la familia, de forma directa o indirecta, mediante llamadas o preferiblemente videollamadas.
– Mantener a cada persona estimulada y a su vez entretenida: una radio, un libro, pasatiempos o una revista. Si está en nuestras manos podemos elaborar una pequeña carpeta con ejercicios de estimulación cognitiva individualizados para cada uno.
– Mantener la funcionalidad. Micción programada. Incentivar la movilidad. Quizás al aprovechar las entradas para otras cuestiones, sin consumir más EPIs ni aumentar la exposición, podemos intentar que la persona deambule acompañada por la habitación.
– Personalizar un poco la estancia; traer algún objeto personal, algunas fotografías, recuerdos…
– Podemos establecer un organigrama diario, de forma que haya unos tempos dedicados a cada actividad, para dar consistencia al día a día. A su vez esto ayudará a que cada miembro del equipo sepa cuál es su papel, cuál es su intervención.
Quizás podamos crear puentes entre seguridad y miedo. Entre proteger y encerrar. Al fin y al cabo, entre lo que fuimos y lo que somos.
Sabemos que nuestra sociedad está sufriendo un envejecimiento, por lo que podemos deducir que habrá un incremento en el número de personas mayores con carnet de conducir. Si a día de hoy hay más de 1 millón de conductores mayores de 64 años, de los cuales 312.255 tienen más de 74 años, cuántos conductores mayores nos cruzaremos en el futuro en nuestro camino, incluso en trayectos largos.
A principio de mes os comentaba que soy un «médico DE residencia». No sólo por trabajar en una, si no también porque muchas veces he tenido que recomendar el ingreso de alguien en una de ellas.
Pero para saber cuándo recomendar su ingreso, es bueno conocer cuándo o por qué motivos, lo que «nosotros, los sanitarios» llamamos factores de riesgo, se suele haber.
Algunos factores de riesgo para ingresar podemos decir que cuando los cuente veréis que son «lógicos». Pero no por ello está bien que se sepan. Si conocemos las razones más habituales, estaremos atentos a cuándo tener que empezar a ayudar a recomendar y apoyar a la persona o a las familias sobre este ingreso.
Aunque intento escribir sobre distintos temas, sé que alguna vez me repito. Pero es que hay cosas por las que merece la pena repetirse.
Y si la excusa para repetirse es que ha salido una nueva guía clínica, pues más razón para repetirse y volver a hablar aquí de la importancia del ejercicio. Y no sólo aquí, también en otro blog de referencia, como es el de la SEMEG.
Así que esta semana os vengo a hablar de las recomendaciones que el gobierno de EEUU ha publicado en noviembre del 2018 sobre el ejercicio. Este es un documento bastante largo, de más de 100 páginas. Así que sólo me centraré en lo que dicen sobre los mayores. Lo que sí os puedo decir como frase resumen para todas las edades, es que cuanto más, y antes hagas ejercicio, mejor. Ya desde los tres años.
Puedes hacer cientos de ejercicios, sólo tienes que escoger el tuyo
No sé si alguno de vosotros corre. Si lo hacéis, seguro que alguna vez cuando lo comentáis, seguro os han dicho: «correr es cosa de cobardes». Y si hacéis otro deporte seguro que os habrán dicho algo similar para desanimaros a seguir haciendo deporte.
Pues no hagáis caso. Como decíamos la semana pasadahaced ejercicio, deporte, actividad física, algo, da igual la edad que tengáis. Por vosotros, por vuestra salud.
Y es que el ejercicio no es que sea bueno, es que mejora la salud de todos. Pero no lo digo yo, es que acaba de decir un artículo del lancet, que es una de las mejoras revistas sanitarias del mundo.
Y es que tengo una cruzada personal con ellas. Creía perdida de antemano, pero me divierte seguir intentandolo. Pienso perdida, primero por las propias personas que muchas veces las piden «por seguridad», como decía Eva en un comentario en la entrada previa. Aunque otras veces agradecen que les preguntes si les importa no tenerlas.
Pero tenerlas cuando alguien se está muriendo y está sedado, creo que es totalmente innecesario. Y de eso va la pregunta maliciosa de este mes.
Hoy retomando el tema nuestros videos favoritos, recomendamos no un vídeo, sino un canal de YouTube donde están recogidos desde el servicio de neurología del sector I de Zaragoza videos de como realizar determinados cuidados como la higiene o la movilización en cama, el uso de ayudas técnicas…, de forma muy instructiva.