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La valoración geriátrica, ahora más que nunca

En la última entrada os hablé de reconocer a «mis maestros» la creación de algo tan útil como es la evaluación geriátrica. Pero ahora que comienza, o ya estamos metidos de llenos en la tercera ola, creo que por fin llego a tiempo a escribir algo de lo que tenía ganas hace tiempo.

Y es que ha habido mucha preocupación y jaleo con lo de los ingresos hospitalarios y las residencias. Es más, hasta amnistía internacional publicó un documento en diciembre recogiendo esto.

Un documento para leer

No penséis que esto de las residencias sólo ha pasado aquí. Sólo hay que echar un vistazo a las noticias o prensa científica internacional, para ver que ha sido similar el desastre. Por ejemplo en Canadá sólo el 11% de los casos COVID que hubo fueron en residencias, pero con una mortalidad altísima (el 73% de todos los muertos). Esto da idea de lo horrible que es esta enfermedad en estos centros.

Pero lo que también os quiero decir es que los recursos sanitarios son escasos, y por eso hay que “escoger”. Porque os pregunto, si tú con 20, 30 (sí digo 20 o 30 años), 40, 50, 60 años que tienes COVID y lo tiene también tu pareja, tu hermano y tu padre, y te digo que sólo hay una cama de UCI, a quién escoges.

Porque sí, hay gente de 20-30 años con COVID en las UCIs, y sí las camas de UCI no son infinitas. Pues entonces si te digo que por respeto a la edad y a que la ambulancia ha llegado antes esa cama va para tu padre de 70 u 80 años, qué dirías. Pues eso es lo que se han tenido y tienen que plantearse diariamente los intensivistas. Así que para evitar esto «pórtate bien» y cumple las recomendaciones para evitar la COVID19. Así conseguirás que no tengamos que ponernos en el dilema de escoger.

Pero como bien dice el tuit previo, también os digo que a veces tampoco están indicados usar los recursos hospitalarios. Sí, no está indicado el uso de recursos hospitalarios. Y me refiero no sólo a las UCIs, sino incluso a la hospitalización en si misma. Pero no lo digo ahora por lo de la COVID, sino que antes de esta pandemia ya no estaba indicado en muchas ocasiones.

Y esto no tiene que ver con la edad, sino por su situación clínica, funcional, mental y social. Es decir, lo que consigo saber a través de la valoración geriátrica. Pero también es importante porque gracias a esa valoración geriátrica quizás sé que el padre de 80 años tiene más indicación de esa cama de hospitalización o de UCI que el hijo de 50 años. Sobretodo cuando las cosas se ponen feas como se están volviendo a poner.

Da miedito ver hasta donde puede llegar a subir

Sí que con la pandemia se ha puesto de moda una escala de valoración de fragilidad llamada CFS, que ya tiene unos cuantos años, y que puede ayudar de forma rápida y visual. Es más es una escala que ya era conocida y usada en las UCIs (referencia 1,2), y en otras especialidades (referencia 3)

Como veis la CFS es «muy fácil», sólo hay que hacerla bien

Pero para hacer una valoración lo importante no es dar las cosas por hecho, sino que hay que preguntar porque como os decía en la última entrada, tenemos mal «ojo clínico» con los mayores.

Y muchos diréis que esto de usar escalas para decidir, es para «quitarnos» la culpa. Que es autoprotección. Pero no, es ciencia, es lo que vemos y usamos diariamente. Y es que gracias a la ciencia sabemos que la supervivencia al año de una persona mayor ingresada tras una UCI es alrededor del 46% (4). Podréis decir que es mucho, pero no lo es tanto cuando la supervivencia esperada a los 80 años es de hasta 10 años. Es decir que alguien que llega a los 80 años, es bastante probable que llegue hasta los 90.

Pero no sólo la edad de por sí es importante, sino que la edad «mal llevada» lo es más. Y es que se sabe que las personas mayores frágiles, tienen una peor respuesta al ingreso a la UCI que las no frágiles (referencia 2 y 5). Y por frágil, como bien dice la escala CFS no os imaginéis a la persona en silla de ruedas, que no reconoce a sus familiares. Esa persona no sólo es dependiente, sino que probablemente ya se puede considerar que está incluso en fase terminal. Y no es algo que se diga ahora por la pandemia, sino que es algo que ya está reconocido hace años. Con frágil nos referimos al CFS 5, una persona que bien vive sola, pero que ya necesita algo de ayuda, aunque sea mínima, aunque sea para apañarse con la medicación. Porque la fragilidad digamos que es el riesgo de tener que necesitar gran ayuda de otra persona si le sucede algo.

Añadido a 08.03.21: Pero es que además el uso de esta escala, como bien podéis ver en los siguiente tuits, ha demostrado su utilidad también con la COVID. Y es que aquellos con CSF de 4 o 5 mueren más que los de CSF más bajo. Y si el CSF es 6 o más, la mortalidad se dispara. Es decir cuanto más frágil o dependiente es una persona, más fácil es que muera por la COVID.

Así que en una enfermedad como la COVID, en que una primera no fue ola sino tsunami, y en la que ahora se ve que la mayor parte de los intentos terapeúticos fueron un fiasco, ahora que ya estamos de llenos en la tercera ola igual de inclemente que la primera, quizás puede volver a suceder el llanto por las residencias.

Ahora estamos «más organizados y protegidos», pero está pasando igual que en la primera ola, que residencias y centros similares donde entra la COVID, más vale prepararse para un requiem, como por desgracia estoy viviendo muy de cerca.

Así que el trabajo que se hizo en la primera ola de organización, de planificación y adecuación de cuidados, es decir de un buen trabajo en geriatría, son igual de válidos que entonces. Y es que cuando los tratamientos sí que han ido cambiado continuamente, hasta dejarse de usar casi todos salvo una medicación que se puede dar por boca como son los corticoides y el apoyo de oxígeno, y poco más, mal vamos.

Sin embargo estas medidas de preparación previa, que se basan en una buen trabajo y valoración geriátrica, siguen siendo igual de válidas. Para ello hay que hablar con las personas con tiento, y con las familias a tumba abierta, porque como bien dice las siguientes recomendaciones de muchas entidades científicas (7) han sido, son y serán decisiones difíciles.

Cuando muchas sociedades científicas se ponen tan pronto de acuerdo es por algo, porque la situación es muy mala. Lo malo es que es igual de válido que hace casi un año

Pero mejor que las sepamos de antemano, porque por desgracia no podemos obviar que la COVID actúa de forma horrorosa con nuestros mayores, ante lo cuál poco podemos hacer ni siquiera dentro de los hospitales. Es más si el tratamiento es una pastilla por boca y un poco de oxigeno que también se puede poner en una residencia, por qué ir a un hospital cuando están que ya no dan más de sí. Y si son muy frágiles, como ocurre muchísimas veces con las personas que viven en las residencias, pues aún la duda de trasladar aumenta mucho más. Así que cuando todo esto pasa en las personas mayores frágiles, donde sigue siendo igual de horrendo si caes enfermo, como veo de primera mano, te piensas que sólo nos queda cuidar y nuestro «primum non nocere», «primero no hacer daño», o lo que es lo mismo ante esta enfermedad, que no sufra.

Cuál es el problema, que no solo se ponen los mayores que viven en las residencias enfermos, sino también sus cuidadores, los trabajadores. Porque como bien dice una gran compañera enfermera y experta en psicogeriatría, ahora misma en cama con 39.5ºC por el maldito bicho, que como bien dice «estaba esperando resignadamente a que esto sucediera». Porque cuando se trabaja en una residencia o en una unidad de psicogeriatría, donde las personas no entienden de espacios, mascarillas, higiene, ni de no dar besos o abrazar, pues uno sabe que se va a contagiar. Porque es muy difícil o casi imposible que el bicho no entre en estas unidades, a no ser que haya un buen aislamiento social total, del que tampoco creo que los trabajadores y residentes tengan que sufrirlo, cuando gran parte de la gente pasa del tema. El problema es ahora quién la substituye en su papel, que a día de hoy no es importante, sino vital.

Así que no esperes que la vacuna sea efectiva, además con todo esto de la variante inglesa a saber lo que pasa. Quizás es mejor no tener que escoger entre tú o tu hermano, tu pareja y tu padre quien se queda la última cama de UCI. O tener que decidir si es trasladable al hospital tu padre que vive en una residencia. O peor aún, tener que escuchar que el escaso tratamiento del que disponemos no es eficaz, como sigue siendo habitual, y tienes que oir que tu padre se está muriendo. Quizás es más rentable hacer caso. Ponte la mascarilla, lávate las manos, mantén la distancia social, limita tu burbuja social y no creas que no es para tanto o esto es un invento chino, porque «el que con fuego juega, con fuego se quema».

Bibliografía

  1. Rockwood K et al. A global clinical measure of fitness and frailty in elderly people. CMAJ. 2005 Aug 30;173(5):489-95. doi: 10.1503/cmaj.050051. PMID: 16129869; PMCID: PMC1188185.
  2. Flaatten H et al; VIP1 study group. The impact of frailty on ICU and 30-day mortality and the level of care in very elderly patients (≥ 80 years). Intensive Care Med. 2017 Dec;43(12):1820-1828. doi: 10.1007/s00134-017-4940-8. Epub 2017 Sep 21. PMID: 28936626.
  3. Díez-Villanueva P et al. Recomendaciones de la Sección de Cardiología Geriátrica de la Sociedad Española de Cardiología para la valoración de la fragilidad en el anciano con cardiopatía. Rev Española Cardiol. doi:10.1016/j.recesp.2018.06.015
  4. Dempsey G, Hungerford D, McHale P, McGarey L, Benison E, Morton B. Long term outcomes for elderly patients after emergency intensive care admission: A cohort study. PLoS One. 2020 Oct 29;15(10):e0241244. doi: 10.1371/journal.pone.0241244. PMID: 33119649; PMCID: PMC7595304.
  5. Guidet B et al; VIP2 study group. The contribution of frailty, cognition, activity of daily life and comorbidities on outcome in acutely admitted patients over 80 years in European ICUs: the VIP2 study. Intensive Care Med. 2020 Jan;46(1):57-69. doi: 10.1007/s00134-019-05853-1. Epub 2019 Nov 29. PMID: 31784798; PMCID: PMC7223711.
  6. Gómez-Batiste X et al. Identificación de personas con enfermedades crónicas avanzadas y necesidad de atención paliativa en servicios sanitarios y sociales: elaboración del instrumento NECPAL CCOMS-ICO(©) [Identification of people with chronic advanced diseases and need of palliative care in sociosanitary services: elaboration of the NECPAL CCOMS-ICO© tool]. Med Clin (Barc). 2013 Mar 16;140(6):241-5. Spanish. doi: 10.1016/j.medcli.2012.06.027. Epub 2012 Oct 25. PMID: 23103110.
  7. Recomendaciones generales relacionadas con las decisiones éticas difíciles y la adecuación de la intensidad asistencial. 19.03.20

Covid o no covid, ¿Esa es la cuestión?

Sola, en la habitación, Mercedes ve pasar las horas a través de una ventana sin vistas. Unas horas extrañas, que parecen trascurrir a su propio ritmo, sin ningún reloj que las guie. Horas que se convierten en noches que mueren en días. Solo las chicas disfrazadas rompen la monotonía, con sus entradas enérgicas, trayendo bandejas, aseándola, dándole las pastillas. Siempre ataviadas con esos extraños plásticos, donde solo queda un borrador de mirada tras ellos. Se oyen palabras, pero no hay sonrisas.  En una se esas horas, en un preciso minuto, Mercedes deja de esperar. Ya no sabe a qué espera, no lo recuerda. Entra una muchacha sin plásticos, solo con la cara tapada “Ya está Mercedes, ya puedes salir”. Le tiende la mano. “Vamos, ven a la sala, ya no hace falta que estés en la habitación. La prueba ha salido bien. No tienes coronavirus”. Mercedes la mira sin comprender. Intenta levantarse.  Da un par de pasos.  Pero parece que las horas en la habitación han sido caprichosas y se han encariñado de los pasos de Mercedes, llevándoselos. Al menos por un tiempo.

Mercedes sale de la habitación, solo era un aislamiento preventivo. Un día o dos para nosotros. Para ella; un mundo. Sale sí, pero la estancia no ha sido gratuita. Necesita ayuda para caminar y no tiene ni la más remota idea de dónde está.

Fuimos cautos aislándola. Debemos serlo. Debemos protegernos y proteger, nadie lo duda. Pero a veces tengo la sensación de que el covid no solo nos está pasando factura en si mismo. También pasa factura “el por si acaso covid”. Y también el “todo es covid”. Porque antes de todo esto, antes de que nos viéramos arrastrados por esta vorágine, éramos otra cosa.  

Nuestra principal preocupación era recuperar, preservar. Mantener la reserva cognitiva y la función. ¿No era nuestro principal objetivo rehabilitar? ¿Estabilizar? Y ahora demasiado frecuentemente les pedimos a unas personas muy frágiles, unas personas que ya han soportado un confinamiento largo, que de nuevo estén solos, sin estímulos. Quietos. Aislados.

¿No se nos está olvidando el objetivo de nuestra profesión? ¿No nos estamos dejando arrastrar? No tengo soluciones mágicas.  Quizás ahora, más que nunca, es tiempo de ser creativos…o no tanto. Porque quizás con cuatro cosas prácticas, sin descubrir América, podamos mejorar la situación.  ¿Qué podríamos hacer?  

– Mantener una correcta iluminación en la habitación, natural mientras sea posible.

– Medidas para favorecer la orientación como tener un reloj y un calendario cerca, visibles.

– Facilitar la comunicación con la familia, de forma directa o indirecta, mediante llamadas o preferiblemente videollamadas.

– Mantener a cada persona estimulada y a su vez entretenida: una radio, un libro, pasatiempos o una revista. Si está en nuestras manos podemos elaborar una pequeña carpeta con ejercicios de estimulación cognitiva individualizados para cada uno.

– Mantener la funcionalidad. Micción programada. Incentivar la movilidad. Quizás al aprovechar las entradas para otras cuestiones, sin consumir más EPIs ni aumentar la exposición, podemos intentar que la persona deambule acompañada por la habitación.

– Personalizar un poco la estancia; traer algún objeto personal, algunas fotografías, recuerdos…

– Podemos establecer un organigrama diario, de forma que haya unos tempos dedicados a cada actividad, para dar consistencia al día a día.  A su vez esto ayudará a que cada miembro del equipo sepa cuál es su papel, cuál es su intervención.

Quizás podamos crear puentes entre seguridad y miedo. Entre proteger y encerrar. Al fin y al cabo, entre lo que fuimos y lo que somos.

¿Se te ocurre a ti algo?  Esa es la cuestión.

Esa es la #preguntamaliciosa.

Leire Narvaiza Grau

Protocolo del Ministerio de Sanidad y de la Generalitat para las residencias y centros sociosanitarios

Actualizado a 09.03. a 23:30h

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La velocidad que está cogiendo este tema creo que supera a todos, especialmente a mí, que no me considero un experto en infecciones. Intentaré tener esto al día con actualizaciones, pero no sé hasta cuando podré hacerlo sin estar ya atrasado. Y es que una entrada publicada hace 48h ya es antigua, ante la publicación de nuevos protocolos.

El pasado 06.03 salió el protocolo del Ministerio de Sanidad y el de la Generalitat de Catalunya, que es la zona donde trabajo (actualizado a las 17h del 07.03) para residencias y centros sociosanitarios para el covid19 o coronavirus, y hoy mismo ha salido (09.03) un nuevo documento de recomendaciones para las residencias de la Generalitat, aunque ni siquiera está en la web (a 09.03 23:30h). Aquí podrás ver un resumen y mis impresiones.

Y porqué me centro en este ámbito. Porque empieza a parecer que es un virus especialmente grave para nuestros mayores. Y dónde hay gran cantidad de ellos juntos. Justo en las residencias. Así que es donde hay que tener más cuidado. No por ti trabajador que parece ser que será como una gripe molestia o lo pasarás sin notarlo. Sino para la persona mayor que cuidas que tendrá un riesgo muy alto de morir(datos del 04.02.20 de un estudio chino de 72000 pacientes).

Sí que casi desde el principio han salido recomendaciones para «la población general». Pero desde el ámbito sociosanitario se esperaba algo específico, ya que somos unos de los grandes afectados por esta nueva epidemia.

Y cuáles son las recomendaciones específicas tan esperadas:

1 Si trabajas y tienes sintomas respiratorios consulta (TAMBIÉN DEBERÍAMOS HACERLO CON LA GRIPE).
2 si eres residente y tienes sintomas quédate en una habitación, mejor ventilada y con baño propio (todo un lujo por lo que conozco). Y al ser atendido lleva una mascarilla, quirúrgica vale, (en las personas con demencia creéis que esto será posible, yo no). El trabajador que contacte con él, debe ser en lo posible el mínimo posible, y con un equipo de protección individual (EPI) con mascarilla quirúrgica (aunque el de la Generalitat refiere que mejor una mascarilla FPP2, que aún es más difícil de conseguir y con mucho mayor gasto), gafas, guantes y bata. En las residencias tipo que conozco (100 o menos residentes), por no decir en los centros de día esto me parece impensable. Sé que hay residencias muy grandes, donde no sé si será viable. Además, las mascarillas y gafas tras ser usadas (SON DE USO ÚNICO) hay que desecharlas en una bolsa y llevarlas al centro de atención primaria para que se deshagan de ellos de forma adecuada. 

mascarilla
La famosa mascarilla FPP2 a 30€ las 5 unidades más baratas en la famosa tienda virtual. Y la tienes que tirar tras usarla una vez. ¿Qué residencia se lo puede permitir?

Por fin se recomienda a partir del 09.03 que si tienes síntomas respiratorios o fiebre, y acudes a un centro de día, como debería ocurrir con otras viriasis, que no vayas. 

El primer protocolo de la Generalitat sí que incluye un aspecto interesante, como es el de cuándo se puede atender una sospecha de caso de coronavirus en las residencias. Es en ausencia de enfermedades crónicas. Y la primera es… hipertensión¡¡¡. Además lo destacan como un factor grave. Creo que con esto se excluye a casi todos.

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Con estos requisitos a excluir, dime que persona mayor incluyes para ser atendido en una residencia 

Otra condición del protocolo de la Generalitat son los requisitos que debe tener una residencia, cosa que no dice el Ministerio. Te dejo a ti mismo pensar tus propias conclusiones:

  1. Habitación individual, con buena ventilación y baño (el mismo que el del Ministerio, y creo igual de difícil).
  2. Teléfono del equipo asistencial de la residencia de teléfono permanente para contactar con el equipo de atención primaria hasta la resolución de síntomas.
  3. Todos (residente, familia, trabajadores) han de entender y realizar las normas básicas de prevención.
  4. Disponibilidad de recursos materiales necesarios (el famoso EPI, con sus gafas, mascarillas, batas y guantes de úso único, entre otras cosas).


3a si eres familiar y tienes síntomas respiratorios no acudas a la residencia (RECUERDALO TAMBIÉN CUANDO TENGAS LA GRIPE)
3b si eres y familiar y has viajado a una zona de riesgo (ver https://t.co/5JIabFdvdR ) no vayas a la resi en 14 días a no ser por fuerza mayor
4 (por no decir 1,2,3,4,5,6…) que haya pañuelos y sobretodo solución alcohólica por todos lados (y cubos con pedal para los pañuelos)
Y LAVATE LAS MANOS

Esto no viene pero te lo digo yo, tose al codo (el kétchup es el #coronavirus #gripe…)
Y mantente a 2 metros del que tose

4b si las manos están visiblemente limpias, la higiene de manos se hará con productos de base alcohólica; si estuvieran sucias o manchadas con fluidos se hará con agua y jabón antiséptico
4c El haber utilizado guantes no exime de realizar la correcta higiene de manos tras su retirada. Los guantes deben ser cambiados siempre con cada residente y se ha de realizar higiene de manos tras su retirada y antes de colocarse unos nuevos
Y NO LLEVES NADA EN LAS MANOS/MUÑECAS. Y las uñas cortas, por favor. Y LAVATE LAS MANOS ☺️

5 de la limpieza de habitación habla el protocolo cuando hay un caso en una residencia, o eso me parece. Porque para que ponerse un EPI (equipo de protección individual) si no? Y si hay que enviar al hospital con enfermedades graves como HTA, como va a ser capaz una residencia de atenderlos
Casi mejor leerlo cada uno. Asumo que la limpieza es la habitual si no hay caso.

6 Gestión de residuos. Si hay un residente afectado se podrán eliminar de la misma forma que se eliminan los residuos habituales, sólo que en bolsa aparte. Sino pues nada.

7 Vajilla y ropa de cama. No se requiere un tratamiento especial ( al lavavajillas y lavadora 60-90°)

8 El protocolo de la Generalitat especifica muy bien cómo se debe hacer un traslado en ambulancia de sospecha de COVID-19, y como bien imagináis, es también con toda la parafernalia habitual.  

Finalmente el 09.03 se ha publicado una serie de recomendaciones generales de prevención para las residencias desde la Generalitat, a destacar las siguientes:

  • Regulación de las visitas de familiares. No ir si tienes síntomas respiratorios o contacto con infecciones o has viajado a zona de riesgo, como ya había dicho más arriba.
  • Limitar el número de visitas a una por vez.
  • Suspender las actividades externas, ya sea para salir o que le venga a la residencia (voluntariado, estudiantes en prácticas, actividades intergeneracionales).
  • Que sólo haya un punto de entrada donde se registraran los visitantes, con el fin de facilitar el estudio de contactos, en caso necesario. 
  • Que en caso de que haya una infección respiratoria de un residente, al ser atendido, el residente lleve mascarilla. (pero quién encuentra ahora mascarillas para poner)
  • El trabajador ha de seguir estrictamente las medidas de prevención y control de transmisión del coronavirus (actualmente es lavarse las manos y estar a 2 metros de alguien que tose a no ser que tenga mascarilla). Se han de proteger según los riesgos a los que están expuestos de acuerdo con lo que establezcan los servicios de prevención de riesgos laborales. 

 

Y ya está

Pero recuerda LÁVATE LAS MANOS. Estas recomendaciones en la próxima epidemia de #gripe que haya, intenta hacerlas igual. Son igual de eficaces. Porque la gripe también es muy mala (6300 muertes en España)

Y es que cuando las recomendaciones para prevenir el #Coronavirus son las mismas que para la #gripe hay que pensar cuanto tiempo lo llevamos haciendo mal para no tenerlas ya interiorizadas. Igual ya toca tenerlos todos claro.

Y como no podía ser de otra manera. Faltan las recomendaciones estructurales/laborales que tan bien nos recuerdan así. A ver si algún día las podemos ver en un protocolo.

https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov-China/documentos.htm

https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/advice-for-public

http://canalsalut.gencat.cat/web/.content/_A-Z/C/coronavirus-2019-ncov/material-divulgatiu/coronavirus-maneig-residencial.pdf

 

Haz clic para acceder a coronavirus-maneig-residencial.pdf

Residencias: espacio libre de barreras ¿al sexo?

En la anterior entrada sobre el sexo en residencias comentábamos que el deseo sexual puede permanecer a lo largo de la vida de una persona, sin embargo, en los centros de asistencia a mayores no abundan las prácticas sexuales. En esta entrada analizaremos qué barreras dificultan la vida sexual de los usuarios de una residencia.

Exceptuando los motivos patológicos o farmacológicos, los principales factores que influyen en la escasez de relaciones sexuales en residencias son: (1)

  • Cultura institucional
  • Valores del usuario y/o familia
  • Actitudes de los trabajadores

Cultura institucional:

La cultura institucional es el conjunto de valores, prácticas, usos y costumbres que una institución aplica para su funcionamiento y resolución de problemas. Una de las preguntas para analizar esta cultura es ¿Crea problemas en la residencia que los usuarios mantengan relaciones sexuales? Si la respuesta es afirmativa significa que carecen de herramientas para gestionar estos casos. Según el documento de F. Villar et al. (2) cuanto más desarrollada esté la atención centrada en la persona mejores actuaciones se toman ante situaciones conflictivas reduciendo así las conductas restrictivas y ofreciendo un atención más integradora.

Una cosa que tiene que quedar clara ya en el ingreso de una persona es que tiene derecho a la vida sexual, se le debe preguntar sobre su historia sexual o facilitar la expresión de tal necesidad, incluso se puede canalizar la conversación hacia el tema para que sea el propio usuario el que se manifieste al respecto. Si en el ingreso es difícil abordar la vida sexual se pospondrá hasta que la confianza mutua entre residente y trabajadores sea la adecuada para abordarlo. Los datos obtenidos en la valoración deben incluirse en el plan de atención individualizada y los cuidados deben orientarse al logro de los objetivos establecidos en ese plan. Resumiendo, normalizar e intentar proteger esta necesidad como un cuidado más, es decir como hacemos con el resto de las actividades de la vida diaria.

Valores del usuario y/o familia

El valor que le da el usuario a su vida sexual es fundamental, tanto si quiere ser sexualmente activo como si no lo desea, tanto si quiere hacer sexo en pareja como él sólo, tanto si es heterosexual como si no lo es. Es el residente el que debe decidir sobre estas cuestiones y con quien compartirlas. En muchos casos la actitud de los mayores, fruto de su educación estricta, es la que pone obstáculos a la sexualidad, bien por convicción bien por miedo a su imagen y autoimagen. Hay que tener en cuenta que vivir en una residencia es vivir en una comunidad que, al fin y al cabo, termina pareciéndose a un pueblo donde «todo se sabe» y desencadena el temor a ser el centro de los comentarios, miedo a «el qué dirán», desanimando así a tener una vida sexual libre.

En cuanto a las familias el problema surge cuando su padre/madre inicia una nueva relación durante su vida residencial. Aparecen dudas de  su capacidad mental, de si estará siendo objeto de abusos, dicen que en casa nunca había expresado tal necesidad sexual e incluso ponen en duda la calidad de atención de la institución por no haber impedido que esto sucediera.

Actitud de los trabajadores

A veces la actitud del personal va dirigida a reñir, prohibir o ridiculizar las actividades sexuales de los mayores. También es frecuente el “chismorreo” de modo que al descubrirse algún tipo de relación sexual automáticamente lo sabe todo el equipo, aumentando así la vergüenza y humillación en el mayor inhibiendo las ganas de tener nuevas relaciones. Los mayores que sufren estas situaciones humillantes se mostrarán temerosos a ser descubiertos reduciendo así su actividad sexual.

Estas actitudes del personal y la perpetuación «iatrogénica» de estereotipos edadistas son fruto de una deficiente formación en salud sexual del mayor y en atención centrada en la persona. También la falta de directrices claras, la inexistencia de un marco de actuación bien definido y una cultura institucional obsoleta son el alimento perfecto para que estas nefastas maneras de cuidar se perpetúen.

¿Cómo solucionamos esto?

Fundamentalmente cambiando el modelo de residencias, transitar del modelo biomédico u hospitalario a uno centrado en la persona. Incluyendo en las entrevistas, en la carta de derechos y en demás documentos el derecho a la vida sexual (2). Conocer los valores del usuario en cuanto a su vida sexual y su reflejo en el plan de cuidados nos ayudará a adaptar la atención a sus preferencias. En cuanto a las familias, habrá que formarles, informarles y abordar las dudas multidisciplinarmente.

Además de modificar el modelo de atención y la cultura de la institución, hay que dotar de recursos el centro para no obstaculizar la vida sexual de los residentes. Por ejemplo:

  • Disponer de camas de matrimonio para las parejas que ingresen o las nuevas parejas formadas o, al menos, poder juntar las camas individuales aunque sean más dificultosas de hacer y entorpezcan los cuidados nocturnos
  • Lugares donde mantener relaciones, si se me permite algo tipo “vis a vis”, porque  por ejemplo si un usuario comparte habitación con otro señor y viene su mujer y quieren tener relaciones ¿Dónde lo hacen?
  • Pestillos, carteles de “no molestar” o la posibilidad de solicitar que no se entre en la habitación a horas determinadas. Esto es lo más conflictivo por el sobreproteccionismo que hacemos y por el miedo a que le pase algo al usuario y tardemos en actuar o no nos demos cuenta del accidente hasta la mañana siguiente. Sin embargo, erradicarle al mayor el “miedo a ser descubierto” le garantiza una seguridad para disfrutar del sexo con más tranquilidad.
  • Algunos autores van más allá sugiriendo que haya acceso a pornografía o incluso asistentes sexuales para personas con diversidad funcional. Lo cierto es que no tengo experiencia con estos recursos ni formación específica en ello como para valorar su legalidad e idoneidad, pero sirva para la reflexión del lector.

En conclusión, aceptemos que los mayores tienen vida sexual, que es un derecho reconocido por la Organización Mundial de la Salud, que los profesionales somos los garantes de sus derechos y que nuestro trabajo tiene que centrarse en las personas que cuidamos. Normalicemos, interioricemos y desarrollemos actitudes proactivas para la vida sexual de los mayores, o por lo menos eliminemos las actitudes que impiden la vida sexual en las residencias. Y luchemos incansablemente por erradicar mitos y estereotipos que estigmatizan a los mayores.

La intimidad es fundamental para la vida sexual (Icons made by Freepik from www.flaticon.com)
  1. Villar, F., Celdrán, M., Fabà, J., Serrat, R., y Martínez, T. (2017). Sexualidad en entornos residenciales de personas mayores. Guía de actuación para profesionales. Madrid: Fundación Pilares para la Autonomía Personal.
  2. Villar, F., Celdrán, M., Serrat, R, Fabà. J., y Martínez, T. (2017). Sexualidad en centros residenciales para personas mayores: actitudes de los profesionales y políticas institucionales. Resumen de resultados. Serie Documentos ACP-gerontología, nº 5. Disponible en http://www.acpgerontologia.com

 

¿Existe el sexo en las residencias de mayores?

Empezamos el año con nuevos colabores. Y es que llevar un blog lleva mucho trabajo y sin la ayuda de mucha gente es imposible. Tengo que dar gracias a mucha gente de mi alrededor que ha estado ayudándome, pero llega el momento de «expandirse». Y qué mejor que con ayuda de las redes. Hay muchos profesionales que estamos en twiter, instagram, youtube, podcast o en otros medios que tienen mucho que decir. 

Así que para empezar este nuevo año qué mejor que empezar con uno de los grandes profesionales de la enfermería geriátrica que sigo por twitter por sus impresionantes y certeras reflexiones, como es Jonathan Caro. Y qué mejor que empezar con una gran #preguntamaliciosa  como:

¿Existe el sexo en las residencias de mayores?

Esa fue la pregunta que me lanzó un alumno entre las risas del resto de la clase. No sé si realmente quería saber la respuesta o solamente soltar un chascarrillo al hilo del tema que se estaba tratando.

El caso es que la respuesta dio para mucho porque interactuando con los alumnos empezaron a salir los estereotipos que tiene la sociedad sobre la sexualidad de las personas mayores. Se empezó a hablar de impotencias, de fragilidad que impide las relaciones, incluso del desinterés de los mayores por el sexo.

Todos estaban pensando en el coito cuando hablábamos de relaciones íntimas. Entonces pregunté si consideraban como sexo las caricias, los besos, la masturbación, el sexo oral etc. En ese momento empezaron a ver que muchas de estas prácticas pueden realizarse sin una gran capacidad física. Sin embargo, ninguno había tenido conocimiento de la existencia de relaciones íntimas en las residencias donde habían hecho las prácticas universitarias. ¿Por qué? Ahí está la clave del asunto. Los motivos que hacen que en las residencias escaseen las relaciones sexuales son:

  • Falta de pareja: es el mayor motivo al igual que en la población mayor no institucionalizada según la encuesta de salud del CIS de 2009.
  • Falta de intimidad: ocasionada por habitaciones compartidas, falta de espacios íntimos y exceso de espacios compartidos, atención sobreprotectora que conlleva vigilancia continua, etcétera.
  • Problemas físicos, psíquicos y emocionales.
  • Fármacos que reducen la libido y la capacidad sexual
  • Y quizá el más importante sea  “la mochila cultural” que llevan a sus espaldas por una educación restrictiva que les impide tener nuevas parejas sexuales tras enviudar o por la excesiva preocupación por la imagen que van a trasladar por sus hábitos «¿qué van a pensar los demás de mi?” La autoimagen, la autoestima y el autoedadismo suponen un peso importante dentro de esta mochila.

Estudios revelan que el deseo se mantiene a lo largo de la vida y como cuidadores es un aspecto que debemos tener en cuenta en la cotidianidad residencial. En las valoraciones al ingreso y durante la estancia debemos preguntar por la esfera sexual (cosa que no se suele hacer) y evitar que la actividad sexual, ya sea con la pareja habitual, con una nueva pareja o con uno mismo, se vea truncada por el ingreso en una residencia. No podemos estar hablando de atención centrada en la persona, de humanizar los servicios asistenciales y otras tendencias actuales para después olvidar la necesidad sexual en nuestra labor diaria como profesionales de la geriatría.

Debemos formarnos y eliminar de nuestra mente lo mitos y los estereotipos sobre la vejez. Como que los mayores ya no tienen pensamientos sobre el sexo; que un anciano con deseos sexuales es «un viejo verde»; que los mayores con alta necesidad sexual son depravados o tienen problemas cognitivos; etcétera. Una de las ideas que tenemos que interiorizar es: en las personas mayores existe tanto el deseo como las prácticas sexuales y por supuesto que existe también el enamoramiento con todas sus características (nervios, ilusión, “mariposillas”…). Todos estos impulsos y sentimientos no son patrimonio exclusivo de los jóvenes. 

Para finalizar dejo unas preguntas en el aire para la reflexión y así enlazar próximamente con una segunda parte de este tema. Algunas preguntas están sacadas de mi propia reflexión profesional y otras del documento que os dejo referenciado al final : ¿Se informa del derecho a la vida sexual al mayor cuando ingresa? ¿Tenemos algún ítem en nuestras valoraciones donde anotar hábitos, problemas o necesidades sexuales? ¿Se intentan evitar tratamientos y cuidados que dificulten las relaciones sexuales? y ¿Se informa sobre estos efectos al usuario?, ¿Son necesarios protocolos de actuación para abordar las relaciones sexuales en la residencia o es suficiente con «el buen hacer» de cada profesional del centro?

Villar, F., Celdrán, M., Fabà, J., Serrat, R., y Martínez, T. (2017). Sexualidad en entornos residenciales de personas mayores. Guía de actuación para profesionales. Madrid: Fundación Pilares para la Autonomía Personal.

Motivos para ingresar en una residencia

A principio de mes os comentaba que soy un «médico DE residencia». No sólo por trabajar en una, si no también porque muchas veces he tenido que recomendar el ingreso de alguien en una de ellas.

Pero para saber cuándo recomendar su ingreso, es bueno conocer cuándo o por qué motivos, lo que «nosotros, los sanitarios» llamamos factores de riesgo, se suele haber.

Algunos factores de riesgo para ingresar podemos decir que cuando los cuente veréis que son «lógicos». Pero no por ello está bien que se sepan. Si conocemos las razones más habituales, estaremos atentos a cuándo tener que empezar a ayudar a recomendar y apoyar a la persona o a las familias sobre este ingreso.

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Una residencia en la que todos nos gustaría estar. Foto de Thomas Bjørkan CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=23829953

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Doctor (de) residencia

Un familiar me puso un mote, me llamó «doctor residencia». Es un mote que creo me gané a pulso. Pero ahora que no sólo trabajo en un servicio hospitalario, sino también en una residencia, llevo mejor. Es más lo llevo con orgullo.

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Reflexiones de alguien que comienza y otra que termina la formación especializada en geriatría.

Hace justo un año afronté el comienzo como médico residente con muchas ganas y alegría, temerosa ante el reto que sabía que iba a suponer este cambio de vida, pero igualmente convencida de que había elegido la especialidad médica más bonita, aquella que es capaz de integrar la medicina en su hábitat natural, la sociedad. Un arte que busca la singularidad de  cada caso con el objetivo de hacerlo suyo y así, en una labor un tanto detectivesca, ofrecer a cada persona la solución a su problema. Para mí, la más humana de las ciencias médicas, la que recuerda a los olvidados y los cuida, esa que continuamente crece y madura.

¿Qué? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Cuándo? ¿Dónde?… ¡¿Geriatría?!… En multitud de ocasiones preguntas como éstas venían como una avalancha. Familiares, amigos y compañeros del gremio, asombrados a la vez que preocupados, cuestionaban mis deseos. Incluso yo misma, en esa amalgama de inseguridades post-examen, me fundía con las impresiones en contra – o simplemente no a favor –  sobre mi especialidad: una disciplina médica que, como cualquier otra, guiada en mayor o menor medida por tu instinto, escoges de entre esa lista que los recién llamados a ser MIR solemos titular “Especialidad y lugar por orden de preferencia”, y que te acompaña al Ministerio de Sanidad en el tan esperado y monstruoso día de la elección de plaza. Aunque, como pueden apreciar, finalmente hice lo que mi voz interior me repetía y obvié lo que mi cerebro, influido por el “factor ambiente”, se preguntaba sin parar: “¿Cómo que Geriatría?”. Era el inicio de una nueva etapa, mi nueva vida.

Mis años de residencia ya están llegando a su fin, es más hoy es mi último día oficialmente como MIR. Desde aquel día en el Ministerio de Sanidad cuando se hizo realidad la elección de mi primera opción, hasta el día en que escribo este texto, han pasado ya cuatro años. Murciana, pero de la escuela de Albacete (como las escuelas de los grandes filósofos); quién habría imaginado que estudiar Medicina en esa ciudad me permitiría conocer la que está siendo mi vocación en la vida, la Geriatría.

Hemos elegido una especialidad completa, pero también compleja; de las que, cuanto más sabes, más te das cuenta de lo que te queda por aprender. Debido a esto y a la negativa a que se quede algo en el tintero o a la necesidad de llevarnos lo mejor de esta experiencia, ser residente se convierte en algo duro y sacrificado, pero especial y gratificante.

Y es que en la vida de todo médico, este período marca mucho. Marca porque te descubres como trabajador, como especialista, como urgenciólogo y como persona. Aprendes «a base de palos» además de libros, sesiones, geriatras, y mentores que nos inspiran a ser buenos profesionales y a dar lo máximo en las mejores y peores situaciones. Pues no todo está en los libros, ni en el último artículo publicado, sino en el paciente, en la escucha activa… en el deseo diario de mejorar por y para ellos.

Así que, cierro una etapa y abro otra, habiendo aprendido que la calidad de ésta dependerá de cómo equilibre mi vida personal y laboral. Encajar proyectos profesionales y personales puede llegar a ser tan difícil como implicación tengas en ambas cosas, pues aunque sabemos que el paciente debe de ser el centro, a veces, por nuestra situación vital, no puede ser así. Y creo que, en este equilibrio desequilibrado, tenemos derecho a no estar siempre de buen humor ni en la cúspide de nuestra carrera profesional.

A dos meses de finalizar mi primer año de residencia en el Hospital Universitario de Getafe, puedo decir que creo no haberme equivocado. Aunque no todo es bello, continúa patente la indiferencia y apatía de compañeros y de la sociedad española hacia la Geriatría y más todavía, hacia la tercera edad en su conjunto, algo que tendría que sorprender teniendo en cuenta que España es el segundo país más envejecido a nivel mundial. Me planteo entonces el importante y laborioso trabajo que tenemos los que creemos en esta disciplina para ampliar el ángulo a esos “glaucomatosos”, demostrándoles que podemos y debemos ser un complemento, el que demanda esta sociedad tan anciana.

No dejemos de disfrutar junto a nuestros pacientes porque todo lo que empieza, acaba, y no hay mejor residencia que lo que te pueden enseñar aquellos que ya le deben años a la vida.

 

María Isabel Tornero López, MIR1 de Geriatría. Hospital Universitario de Getafe. @MissTorneLo

Carmen Alcaraz López, MIR4 de Geriatría. Hospital Central de la Cruz Roja de Madrid. @Mencitas

Consejos para los nuevos R1 desde la geriatría por @FatimaBranas y @ojedathies (modificados por la covid)

Actualizado a 13.09.20

 Retomo estos consejos a partir

La idea surgió no sólo de @fonenvillamocos, mi R mayor y maestra bloguera y su estupendo post «consejos que me hubiera gustado recibir de R1», sino que gracias a dos supergeriatras @FatimaBranas y  @ojedathies (sí es trauma, pero es nuestra geriatra honoris causa), sino sobretodo a raíz de la propuesta de los siempre interesantes @YourMedLife/@amontanersan y @mgalandejuana. Es algo tan sencillo, pero tan interesante, como la propuesta que hicieron ya hace un par de años de #consejospararesis. Así que este año retomo los consejos que recogí con el permiso de los cuatro, y os traigo un resumen de lo que creo que es más importante. Eso sí con una nueva visión como es la #covid. Y es que estos consejos  no por ser del año pasado, o de hace 10, dejan de ser útiles. 

Así que esta entrada puedo decir que se ha hecho sola gracias a ellos, y a unos cuantos más que respondieron en twitter.

  • Llama a la puerta antes de entrar en la habitación de un paciente (y luego ciérrala para preservar su intimidad).
  • Preséntate, dí buenos días y como te llamas y que papel cumples en el manejo de esa persona (#Hellomynameis). Y si ya puedes escribir tu nombre y profesión en el EPI mejor.
  • Ahora en tiempos de mascarilla puede ser más difícil la comunicación por los problemas de oído en muchos mayores. Así que ingeniatelas. Puedes hacer como @ojedathies o intenta conseguir que en tu trabajo consigan una especie de micrófono asociado a unos cascos como se usan en algunas residencias.
  • Dirígete PRIMERO SIEMPRE al paciente, a los familiares después. Y en el caso de que no haya familiares por aislamiento llámales lo antes posible, la falta de información produce gran inquietud.
  • Pide disculpas si has hecho esperar mucho (esto es de cosecha propia).
  • Respeta su intimidad, no lleves conversaciones paralelas en la habitación.
  • Mira al paciente a la cara, a los ojos mejor, que además muchas veces será lo único que te vea (y si para ello te tienes que agachar o sentar de cuclillas, pues nada hazlo, no pasa nada).
  • Si tienes que usar ordenador y mirar a la pantalla a menudo explícalo, y discúlpate por no poderlo mirar. También estaría bien que digas que le escuchas con toda tu atención.
  • Explícale que le vas a explorar y pídele permiso para hacerlo.
  • Escucha, mucho. Los detalles te darán el diagnóstico especialmente en la gente mayor. Si dejas hablar al paciente sin interrumpirle, te acabará diciendo qué la pasa y qué necesita.
  • Al pedir una prueba, pregúntate si la estás pidiendo por el bien del paciente o por tu propia tranquilidad. ¿Te cambiará la actitud?
  • Si la persona está aislada aprovecha a hacer tú mismo alguna videollamada con la familia, no sólo te lo agradecerán, también te enterarás de muchas cosas.
  • No todos los pacientes con los mismos diagnósticos necesitan el mismo tratamiento. A veces es un arte acertar.
  • Que sea mayor, ni aún en aislamiento no significa que no pueda y deba andar, intenta que se levante y ande, muchas veces te llevarás una sorpresa.
  • Al terminar una conversación con el paciente, pregunta siempre si tiene alguna pregunta. Deja claro cómo pueden contactarte si la tienen.
  • Es normal que no sepas algo. No lo ocultes. Sé honesto, y comprométete a averiguar la respuesta.
  • Pregunta, pregunta, pregunta y pregunta. Aunque te sientas que eres «pesado/a». Hay mucho conocimiento que no se adquiere de los libros. Aunque crea que las preguntas son «tontas». Piensa primero en las personas que atiendes. De @martinfd78
  • Aprende a guardar silencio cuando toque acompañar, no siempre hay que hablar
  • NO JUZGUES. Eres médico, no juez.
  • Sonríe, aunque uses mascarilla se nota.
  • Sé positivo que nada tiene que ver con ser tonto pero….por favor no entres en la espiral de quejarte constantemente! Cuando algo no esté bien dilo dónde lo tengas que decir y pasa del chismorreo.
  • Y por supuesto….ESTUDIA!!!!! todos los días. La residencia se pasa volando y ese tiempo es oro. Estudia mucho.
  • Las enfermeras no te cuestionan, es que tienen experiencia y quieren estar seguras con la info. Escucha sus consejos, tienen bastante ojo clínico.
  • Todos son compañeros, cada uno fundamental en su rol e insustituible. Del celador al adjunto.
  • Escuchad al resto de personal que tiene más mili que el palo de la bandera. De @desselebrada
  • Aunque estés súper ocupado de guardia, trata el momento con TU paciente como un momento VUESTRO, sin interrupciones. Es importante que sepa que tiene toda vuestra atención.
  • Sonreír, coger la mano, decir “gracias” son gestos baratos pero muy eficaces, la higiene de manos la vas a tener que hacer igual.
  • Eres sanitario y representas a tus colegas y al hospital desde el momento que llegas al curro. No sólo cuando estás delante de un paciente. Las actitudes de patio de instituto las puedes dejar para cuando salgas del curro. Que ya tienes veintipico años y cobras.
  • Los momentos que más me tocaron cuando era resi, de actitudes de los “jefes”, se resumen en HUMILDAD y HUMANIDAD.
  • El adjunto que se sienta con el paciente, sabiendo ambos que no va a poder curarlo; entre ambos establecen una hoja de ruta para el tiempo que les queda. 
  • Utiliza un lenguaje fácilmente comprensible y evita el uso de siglas! De @BLGvbl
  • Cuídate. Es un trabajo agotador, tanto física como mentalmente, e inevitablemente tendrás horas altas y bajas. Recuerda, no estás solo y siempre habrá alguien que pueda ayudarte. De @je_pala
  • Y para terminar como bien nos recuerda @cobmed tras publicar esta entrada, también es importante recordar que somos trabajadores con deberes y derechos: «conoce tu convenio laboral, tú derecho a descansos obligatorios tras guardias de 24 h o conoce la normativa de supervisión en tu centro o comunidad»

@ojedathies tiene también unas recomendaciones específicas para dentro del quirófano. Pero como los que leen esto creo que pocas veces lo pisaremos como parte del personal, os recomiendo ir directamente a su timeline.

Por último aparte de los hilos originales al final, también adjunto otras recomendaciones de otros cracks tuiteros sanitarios que no os podéis perder.

 

 

Tan buena es la idea, que alguno sigue este año con ella 

 

Y hay muchos más consejos sabios e interesantes en este hastahg que no te puedes perder #ConsejosParaResis

Pero sobretodo recuerda que, aunque no te lo creas, pronto serás R mayor, y serás tú el que dé consejos.

 

¿Con quién viviremos cuando seamos mayores?

Para finalizar el curso, se suponía que os traeríamos al ganador del premio #Calamar17. Pero este año no ha habido ninguna propuesta. Pero no os preocupeis, os traemos un tema que no producirá ninguna sonrisilla, pero si que espero os sirva para reflexionar.

Y es que es el tema de mi futuro, y sobre del vuestro, y el de todos los que seremos mayores. Y es que trata de algo tan sencillo y original como si nuestros hijos cuidarán de nosotros cuando seamos mayores.

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