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Lo más fácil

Hace unos meses, en realidad una eternidad, me medio enfadé con una compañera del hospital, cuando me soltó al comentar una señora que se estaba muriendo que solía hacer «lo más fácil». Y es que para eso nos formamos todos, para hacer lo difícil, fácil, incluso si estamos ante una persona que se está muriendo.

No me pidáis entrar en un quirófano, porque me desmayo. Ni siquiera me pidáis cambiar una lámpara, porque para mi es una cosa casi de ciencia ficción. Ni usando un tutorial de youtube lo intento por si acaso. Pero en esto sí que me consido un “experto”, y hasta creo que podría grabarme para youtube o para un podcast, sino fuera porque me da bastante corte hablar en público.

Y es que cuando uno trabaja en geriatría tiene una gran ventaja, la de poder superespecializarse fácilmente. Uno puede desde trabajar en urgencias, a trabajar en psicogeriatría, o en ortogeriatría, o en una residencia, o en una planta de hospitalización de agudos entre muchos otros sitios.

Pues yo he decidido “superespecializarme” en dos o tres cosas, como creo que ya habéis comprobado. Una de ellas es algo que nos suele tocar hacer en geriatría, estemos donde estemos, y es la preparación al final de la vida. Así que sí, me considero superespecialicista en los momentos de final de vida.


Cuando le pregunté a qué se refería con lo más fácil, me dijo «no hacer nada». Lo malo de escribir un blog, es que inmediatamente le pasas un enlace diciendo justamente lo contrario. Porque lo más fácil es hacer lo que dicen que tenemos que hacer los libros/protocolos de turno y esperar a ver que pasa.

Pero los que hemos optado por hacer geriatría, hacemos “lo más fácil”, que es valorar el equilibrio entre iatrogenia (pasarse de hacer cosas sin ningún objetivo curativo) y nihilismo (no hacer lo suficiente). Pero esto no es un arte, sino que es una ciencia. Y esa ciencia, perdón por mi subidón, se llama, como digo entre otras, geriatría. Digo que no es la única especialidad médica que hace esto, pero sí que es una donde se ve más claro. Sí que en todas las especialidades hay un equilibrio, pero el débil equilibrio que existe muchísimas veces en geriatría, donde en un lado suele estar habitualmente la muerte, creo que es clarísimo. Y para ello nos formamos en «lo más fácil» que es conocer la medicina, hablar y escuchar.

Esta es una de las imágenes que más he usado como geriatra, una simple balanza

En medicina nos preparan para actuar, y en general para actuar con decisión. Hay momentos en los que está clarísimo, porque no hacer nada produce la muerte, como en una parada cardiaca.  Pero en el mundo de la geriatría, todo es debatible. Porque lo habitual es que una parada cardiaca, no lo sea, sino que es “la muerte”. Por eso como decía en la última entrada una buena valoración geriátrica ayuda, y mucho, a tomar decisiones. Porque las personas mayores no son sólo una situación clínica. Pero al final, como toda herramienta, depende de algo tan fácil, pero a la vez tan difícil, como es la comunicación.

Así que a lo que mi compañera se refería de no hacer nada, le respondo fácilmente. Hago lo más fácil que es intentar todos los días seguir aprendiendo medicina a través de literatura científica y evitando los bulos. Pero otra cosa que hago es “sentarme y hablar el tiempo que sea necesario” para tomar la decisión más adecuada. ¿Esto “es no hacer nada”?. Si acaso es en lo que consiste, o debería consistir la medicina: en conocer a la persona, sus pros y contras, aunque sea de forma rápida, y según ello actuar en consecuencia.

Así que en lugar de “explico lo que le pasa y el tratamiento que toca y hablamos mañana”, paro a “sentarme el tiempo que sea necesario, explico, respondo, vuelvo más tarde por si tienen dudas, y vuelvo a responder”, no es lo más fácil, es lo más difícil. Y si se está ante una persona en sus últimos momentos de vida, aún es más difícil. La prueba es que hacerlo bien lleva mucho más tiempo. Porque el final de vida es una de las mayores urgencias a las que me enfrento.

Además hay que pensar que en geriatría el proceso de toma de decisiones se complica por múltiples factores: barreras de comunicación por problemas de audición o por problemas de memoria. También es en general una generación donde el paternalismo médico es lo habitual, donde no suelen existir las decisiones avanzadas, o no se suele hablar/escuchar que hacer en caso de ponerse mal. Donde lo normal es dar “la voz” a los familiares. Pero también existen barreras “técnicas”. Y es que habitualmente gran parte de la literatura científica en la que basamos nuestro conocimiento, excluye a las personas mayores, y si son frágiles aún más.

Así que lo que hacemos creo que no es fácil, es difícil. Pero aún es más difícil si no nos sentamos y hablamos. No sólo con la persona a quien nos debemos como profesionales, sino no vamos a mentir, con la familia. Porque al final la familia es la que en general no sólo apoya y cuida en los momentos difíciles, sino que también es la que se queda aquí llorando la pérdida.

Sí que para comunicarse hay una serie de recomendaciones. Pueden ser de andar por casa, como bien nos resumieron @ojeda-thies y @FatimaBranas entre otras en una entrada obligada para todos.

Pero si son regladas mucho mejor. Así que comuniquémonos, pero también formémonos en ello, no nos conformemos con las de andar por casa. Porque existe un gran déficit de formación en comunicación, tanto en las universidades, como durante toda nuestra carrera profesional. Cuántos cursos o artículos sobre comunicación existen en comparación con los que explican la última guía o medicamento de turno.

Para empezar, quizás unas recomendaciones básicas son las dadas en el modelo de Ruiz, y que podéis profundizar más en este artículo

  • Conectar con el paciente/familia
  • Identificar y Comprender los problemas de salud del paciente/familia
  • Acordar con el paciente/familia sobre el/los problemas, las decisiones y las acciones
  • Ayudar al paciente/familia a entender, elegir y actuar

Así que sí os recomiendo hacer como yo, «hacer lo más fácil»: formarme, hablar y escuchar. Esto último aunque lo hago desde que tenía más o menos un año, sé que aún me queda mucho por aprender. Y más ahora cuando la interacción personal se ha perdido en muchas ocasiones por una conversación rápida con la persona enferma, y con una voz al otro lado de un teléfono.

Bibliografía

Voumard, R., Rubli Truchard, E., Benaroyo, L. et al. Geriatric palliative care: a view of its concept, challenges and strategies. BMC Geriatr18, 220 (2018).  

Rivera-Rey A et al. Análisis de la formación en comunicación y la relación médico-paciente en los grados de medicina en España. index comunicacion nº 6 (1) 2016 Pág 27-51

Sobrino López A. Comunicación con el paciente al final de la vida: procurando el bienestar, reduciendo el sufrimiento. AMF 2010;6(3):134-141

Eutanasia vs cuidados paliativos, que cansino

Igual esta entrada está algo «pasada de moda». Pero en los meses de Noviembre suelo hablar de cosas relacionadas con «la muerte». Ahora por cuestiones por las que no tengo mucho tiempo para redes sociales me he guardado una respuesta para aquí, para hacerlo con más calma. Y es que ya hace un par de meses volvió a rebrotar un debate en twitter a raíz de uno de los trámites legales sobre la ley de eutanasia.

Ya expliqué mi posición personal de estar a favor de la legalización de esta ley. Y como bien decían algunos en internet este septiembre, yo también me sumo al cansancio de mezclar en un debate «de combate a todo o nada» a la eutanasia contra los cuidados paliativos. Así un debate que da para mucho más, en algo que deberían ir de la mano, se convierte en una «lucha fratricida» sin sentido y que hace que no hablemos del fondo de la cuestión.

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#yoelijogeriatria

Este año no sabemos cuándo será, parece que el 26 de junio, cuando empieza la elección MIR. Así que aunque no sé cuando será, pero creo que ya toca, os vengo a dar la tabarra sobre, para mi opinión, una de las cosas más importantes que sucede a nivel sanitario en España. Y es que vuelve la elección de plazas EIR, PIR, FIR, QIR, RFIR, BIR y MIR, este año, creo que no me olvido de nadie.

Como años previos me voy a centrar en MIR y EIR que son las que pueden escoger geriatría.

Así que este mes he retrasado la #preguntamaliciosa para contar con los nuevos videos de difusión sobre por qué es tan bueno escoger geriatría. Además este año muchos #MIR habrán oído, esta palabra a cuenta del examen MIR, ya que ha sido una de los temas con más preguntas.

No tengas dudas, aquí te dejo cientos de razones para que escojáis la, para mí, la especialidad sanitaria más bonita y reconfortante, como es la geriatría. Así que vuelvo a recomendaros que las veáis con calma. Ved un poquitín lo que puedes llegar a ser capaz de hacer si escoges geriatría, y porque si eres enfermera o médica porque deberías escogerla.

Así que no lo olvides #yoelijogeriatria ayer, hoy, mañana y siempre.

También podéis ver las razones de

@Wally_Gator_MD

o de @FatimaBranas para volver a escoger geriatría

Y no olvidéis echar un vistazo a porque una buena amiga te dice que escojas geriatría

Captura

Estas son las razones de nuestra colaboradora Gema para hacer geriatría

o este post de @marcoinzi, y acabaréis de convenceros.

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Así que esperamos que dentro de poco nos veamos como colegas.

¿Es malo estar a favor de la regularización de la eutanasia?

Esta entrada es la que más me ha costado escribir, y a la vez la que menos.

Tengo tan clara mi opinión, que no me ha costado nada escribirla. Pero me ha costado varios años atreverme a hacerlo.

Ser médico y decir que estoy a favor de que se regularice la eutanasia creo que es algo que no está bien visto, es más puede ser hasta peligroso.

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Consejos para los nuevos R1 desde la geriatría por @FatimaBranas y @ojedathies (modificados por la covid)

Actualizado a 13.09.20

 Retomo estos consejos a partir

La idea surgió no sólo de @fonenvillamocos, mi R mayor y maestra bloguera y su estupendo post «consejos que me hubiera gustado recibir de R1», sino que gracias a dos supergeriatras @FatimaBranas y  @ojedathies (sí es trauma, pero es nuestra geriatra honoris causa), sino sobretodo a raíz de la propuesta de los siempre interesantes @YourMedLife/@amontanersan y @mgalandejuana. Es algo tan sencillo, pero tan interesante, como la propuesta que hicieron ya hace un par de años de #consejospararesis. Así que este año retomo los consejos que recogí con el permiso de los cuatro, y os traigo un resumen de lo que creo que es más importante. Eso sí con una nueva visión como es la #covid. Y es que estos consejos  no por ser del año pasado, o de hace 10, dejan de ser útiles. 

Así que esta entrada puedo decir que se ha hecho sola gracias a ellos, y a unos cuantos más que respondieron en twitter.

  • Llama a la puerta antes de entrar en la habitación de un paciente (y luego ciérrala para preservar su intimidad).
  • Preséntate, dí buenos días y como te llamas y que papel cumples en el manejo de esa persona (#Hellomynameis). Y si ya puedes escribir tu nombre y profesión en el EPI mejor.
  • Ahora en tiempos de mascarilla puede ser más difícil la comunicación por los problemas de oído en muchos mayores. Así que ingeniatelas. Puedes hacer como @ojedathies o intenta conseguir que en tu trabajo consigan una especie de micrófono asociado a unos cascos como se usan en algunas residencias.
  • Dirígete PRIMERO SIEMPRE al paciente, a los familiares después. Y en el caso de que no haya familiares por aislamiento llámales lo antes posible, la falta de información produce gran inquietud.
  • Pide disculpas si has hecho esperar mucho (esto es de cosecha propia).
  • Respeta su intimidad, no lleves conversaciones paralelas en la habitación.
  • Mira al paciente a la cara, a los ojos mejor, que además muchas veces será lo único que te vea (y si para ello te tienes que agachar o sentar de cuclillas, pues nada hazlo, no pasa nada).
  • Si tienes que usar ordenador y mirar a la pantalla a menudo explícalo, y discúlpate por no poderlo mirar. También estaría bien que digas que le escuchas con toda tu atención.
  • Explícale que le vas a explorar y pídele permiso para hacerlo.
  • Escucha, mucho. Los detalles te darán el diagnóstico especialmente en la gente mayor. Si dejas hablar al paciente sin interrumpirle, te acabará diciendo qué la pasa y qué necesita.
  • Al pedir una prueba, pregúntate si la estás pidiendo por el bien del paciente o por tu propia tranquilidad. ¿Te cambiará la actitud?
  • Si la persona está aislada aprovecha a hacer tú mismo alguna videollamada con la familia, no sólo te lo agradecerán, también te enterarás de muchas cosas.
  • No todos los pacientes con los mismos diagnósticos necesitan el mismo tratamiento. A veces es un arte acertar.
  • Que sea mayor, ni aún en aislamiento no significa que no pueda y deba andar, intenta que se levante y ande, muchas veces te llevarás una sorpresa.
  • Al terminar una conversación con el paciente, pregunta siempre si tiene alguna pregunta. Deja claro cómo pueden contactarte si la tienen.
  • Es normal que no sepas algo. No lo ocultes. Sé honesto, y comprométete a averiguar la respuesta.
  • Pregunta, pregunta, pregunta y pregunta. Aunque te sientas que eres «pesado/a». Hay mucho conocimiento que no se adquiere de los libros. Aunque crea que las preguntas son «tontas». Piensa primero en las personas que atiendes. De @martinfd78
  • Aprende a guardar silencio cuando toque acompañar, no siempre hay que hablar
  • NO JUZGUES. Eres médico, no juez.
  • Sonríe, aunque uses mascarilla se nota.
  • Sé positivo que nada tiene que ver con ser tonto pero….por favor no entres en la espiral de quejarte constantemente! Cuando algo no esté bien dilo dónde lo tengas que decir y pasa del chismorreo.
  • Y por supuesto….ESTUDIA!!!!! todos los días. La residencia se pasa volando y ese tiempo es oro. Estudia mucho.
  • Las enfermeras no te cuestionan, es que tienen experiencia y quieren estar seguras con la info. Escucha sus consejos, tienen bastante ojo clínico.
  • Todos son compañeros, cada uno fundamental en su rol e insustituible. Del celador al adjunto.
  • Escuchad al resto de personal que tiene más mili que el palo de la bandera. De @desselebrada
  • Aunque estés súper ocupado de guardia, trata el momento con TU paciente como un momento VUESTRO, sin interrupciones. Es importante que sepa que tiene toda vuestra atención.
  • Sonreír, coger la mano, decir “gracias” son gestos baratos pero muy eficaces, la higiene de manos la vas a tener que hacer igual.
  • Eres sanitario y representas a tus colegas y al hospital desde el momento que llegas al curro. No sólo cuando estás delante de un paciente. Las actitudes de patio de instituto las puedes dejar para cuando salgas del curro. Que ya tienes veintipico años y cobras.
  • Los momentos que más me tocaron cuando era resi, de actitudes de los “jefes”, se resumen en HUMILDAD y HUMANIDAD.
  • El adjunto que se sienta con el paciente, sabiendo ambos que no va a poder curarlo; entre ambos establecen una hoja de ruta para el tiempo que les queda. 
  • Utiliza un lenguaje fácilmente comprensible y evita el uso de siglas! De @BLGvbl
  • Cuídate. Es un trabajo agotador, tanto física como mentalmente, e inevitablemente tendrás horas altas y bajas. Recuerda, no estás solo y siempre habrá alguien que pueda ayudarte. De @je_pala
  • Y para terminar como bien nos recuerda @cobmed tras publicar esta entrada, también es importante recordar que somos trabajadores con deberes y derechos: «conoce tu convenio laboral, tú derecho a descansos obligatorios tras guardias de 24 h o conoce la normativa de supervisión en tu centro o comunidad»

@ojedathies tiene también unas recomendaciones específicas para dentro del quirófano. Pero como los que leen esto creo que pocas veces lo pisaremos como parte del personal, os recomiendo ir directamente a su timeline.

Por último aparte de los hilos originales al final, también adjunto otras recomendaciones de otros cracks tuiteros sanitarios que no os podéis perder.

 

 

Tan buena es la idea, que alguno sigue este año con ella 

 

Y hay muchos más consejos sabios e interesantes en este hastahg que no te puedes perder #ConsejosParaResis

Pero sobretodo recuerda que, aunque no te lo creas, pronto serás R mayor, y serás tú el que dé consejos.

 

Por qué tienes que escoger geriatría #yoelijogeriatria

 

Volvemos a estar a un mes para la fecha más importante a nivel sanitario en España. Y es que vuelve la elección de plazas EIR, PIR, FIR, QIR, RFIR, BIR y MIR, este año, creo que no me olvido de nadie.

Pero me voy a centrar en MIR y EIR que son las que pueden escoger geriatría.

Así que este mes como #preguntamaliciosa, lanzo una repetida, pero sencilla, cómo es que no vas a escoger geriatría con lo maravillosa que es.

No tengas dudas, aquí te dejo cientos de razones para que escojáis la, para mi, especialidad sanitaria más bonita y reconfortante, como es geriatría. Así que vuelvo a recomendaros unos cuantos vídeos sobre qué es la geriatría, tanto para médicas, como para enfermeras, lo que hacemos y porque escogerla.

Así que no lo olvides #yoelijogeriatria  ayer, hoy, mañana y siempre.

 

 

 

También podéis ver las razones de

@Wally_Gator_MD

o de @FatimaBranas para volver a escoger geriatría

Y no olvidéis echar un vistazo a porque una buena amiga te dice que escojas geriatría

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Estas son las razones de nuestra colaboradora Gema para hacer geriatría

este post de @marcoinzi, y acabaréis de convenceros.

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Así que esperamos que dentro de poco nos veamos como colegas.

«Por la senda de Roy Basch» por Eduardo Delgado

Hoy en el apartado #geriatriacultural está invitado uno de los pocos superespecialistas en psicogeriatría. Sí que somos muchos los que nos llamamos psicogeriatras, pero creo que son pocos los verdaderos. Y por qué digo superespecialista, porque es de los pocos médicos en España que han hecho la especialidad de geriatría y psiquiatría, una detrás de otra. Eso quiere decir que se han formado como mínimo durante ocho, sí lo digo bien, ocho años (dos periodos MIR) para poder valorar, diagnosticar y tratar a una persona. Así que tener aquí a Eduardo Delgado @edudelgadod para contarnos la historia del, quizás, psiquiatra más famoso, y de, quizás, la historia médica escrita más famosa es todo un honor. En espera, claro, de que escriba él su historia de psicogeriatria.

La casa de Dios

Cuando conocí a Roy Basch me sedujo “el Gordo”. La Casa de Dios, libro de cabecera de los estudiantes de medicina en Norteamérica, cayó en mis manos para que pudiese trazar una línea diferencial entre la geriatría y la medicina interna. Todo encajaba. El Gordo, un personaje lacónico, cínico, perspicaz y despojado de convencionalismos lograba con un talante afable unos resultados de salud excepcionales. Obviamente era el geriatra. A través de términos irreverentes y provocadores se sucedían historias hilarantes con final feliz. Sus pacientes iban mejor, acicalados y largados. No había lecciones magistrales. Su manejo biopsicosocial contrastaba con la meticulosa búsqueda de la enfermedad de “Jo“, su compañera internista. Ésta garantizaba un billete para una travesía por la iatrogenia con resultados nefastos para los gomers. Tengo el diagnóstico, puesto el tratamiento, pero ¿y ahora qué? Ya no camina y vive en un cuarto sin ascensor. ¿Por qué no camina? Radiografía, biopsia muscular…

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En nuestro entorno, La Casa de Dios se considera un texto gamberro, proscrito por sectores de una medicina rancia y paternalista, poco ávida de autocrítica, y con la geriatría como especialidad marginal dentro de un sistema sanitario que atiende fundamentalmente ancianos. Kafkiano. Real.

Reparé en Roy Basch al releer El Monte Miseria cuando empezaba en esto de la psiquiatría. ¿Primero geriatría y luego psiquiatría? Aún sin mitomanía puede entenderse mi debilidad por el autor de la saga, Samuel Shem (seudónimo que utiliza el psiquiatra Stephen J. Bergman). Lo cierto es que cuando leí por primera vez Monte Miseria me resultó esperpéntico y alejado de mi realidad. En ese momento no existía nada más allá de la valoración geriátrica integral. Años más tarde y con muchos más encima, mientras el fonendo y los seguriles se escurrían poco a poco de la bata, Roy Basch centró mi atención.

Todo un periplo compartido, inimaginable cuando conocí a Roy la primera vez. Los primeros años fueron de formación y dedicación exclusiva al anciano, cuya atención casi nunca era especializada ni considerada. Niveles asistenciales, funcionalidad, fragilidad, trabajo multidisciplinar. Expertos en enfermos. Luego se sucedieron experiencias y enseñanzas variopintas sin fonendo ni exclusividad de grupo etario. Sin nada. Y con todo. Maestros asombrosos y expertos decepcionantes. Pude descubrir vericuetos de la salud mental caricaturizados magistralmente por Roy para finalmente compartir el elemento terapéutico que presenta como transgresor: la conexión; el valor terapéutico de lo interpersonal (relación paciente-bata blanca).

Este recorrido me lleva inevitablemente a reflexionar sobre nuestra realidad asistencial, absolutamente determinada por políticas sanitarias caleidoscópicas que ni entiendo ni comparto. Continúan sin centrarse en el más prevalente de sus usuarios, el anciano. O lo hacen a través de programas de cronicidad abanderados por oráculos de la enfermedad, de la pluripatología o de la polimedicación. No es país para viejos, pero es lo que hay. Y quienes les atienden avalan cada acto clínico con el poderoso respaldo empírico experiencial acumulativo de “he visto a muchos ancianos” (ley VIII de Monte Miseria). Expertos en enfermedades con una particular sensibilidad para su diagnóstico que específicamente son los que más se alejan del enfermo. Medicina Basada en la Evidencia en la que es sencillo encontrar datos relacionados con enfermedades, pero resulta costoso encontrarlos de ancianos o para ellos. Tomar conciencia de la sinciencia. Esa es mi realidad. Y Samuel Shem lo dejó por escrito. Y con excelsa incorrección política. No dejéis de conocerle.

Eduardo Delgado

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Leyes de la psiquiatría de Monte Miseria

Cuál es tu burrocracia preferida

Yo participo en otro blog totalmente recomendable para los profesionales interesados en la geriatría. Es el blog de la SCGiG o #geribloc. Pues en una de mis últimas entradas hablé sobre el tiempo que pasamos delante del ordenador y lancé un par de preguntas:

¿Se ha ganado tiempo para el paciente al usar el ordenador en vez del papel?, y si no ¿por qué?. Dónde se ha ido ese tiempo, que el ordenador se supone nos hace ganar.

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#yoelijogeriatria otra vez

Sólo estamos a un mes para, quizás, la fecha más importante a nivel sanitario en España. Otro año más vuelve la elección de plazas EIR, PIR, FIR y MIR, espero no olvidarme ninguna que sino luego me llueven cántaros.

Así que este año, perdonadme la repetición, pero vuelvo a reclamar vuestra atención para que escojáis la, para mi, especialidad sanitaria más bonita y reconfortante, que es geriatría. Así que vuelvo a recomendaros unos cuantos vídeos sobre qué es la geriatría, tanto para médic@s, como para enfermer@s, lo que hacemos y porque escogerla.

Así que no lo olvides #yoelijogeriatria  una, dos o cientos de veces.

Y no olvidéis echar un vistazo a este post de @marcoinzi, y acabaréis de convenceros.

Así que esperamos que dentro de poco nos veamos como colegas.

Perseguimos la buena vida, necesitamos la buena muerte

“Nadie quiere morir, ni siquiera quien quiere ir al cielo”, entonaba Rosana en una de sus canciones.

Hoy no me quiero morir. Quizá mañana sí. O quizá sea como Albina. Con 93 años, cada vez que ingresaba me decía que no se quería morir, que todavía tenía muchas cosas que hacer.

Desde el momento en que nacemos llevamos una compañera, escondida, innombrable… pero siempre está ahí. La muerte nos acompaña nada más dar la primera bocanada de vida.

Morir. No suele gustarnos hablar del tema.

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