Este blog es sobre geriatría, pero su idea inicial es que fuera hecho para y por residentes de geriatría. Así que ahora que entra una nueva hornada de residentes me gustaría contaros cuáles son las «aplicaciones médicas» que más uso en mi «ordenador». Seguro que faltarán muchas, pero por alguna hay que empezar. Para empezar siempre trabajo con android, por lo que si alguien me dice que en la «manzanita» hay mejores o más completas, pues no os sé decir, pero encantado de escucharos.
Lo único, no empezaré con las que más uso. Esa las dejaré al final porque aunque no lo penséis, seguro que son las que más usáis todos.
Vuelvo a escribir después de muchísimo tiempo, sé que demasiado. Uno da para lo que da, y las prioridades van cambiando con el tiempo. Pero la semana pasada tuve la fortuna de volver a poder formarme de forma presencial con el congreso SEMEG celebrado en Albacete. Como todos los congresos ha sido intenso. Pero ha sido sobretodo estimulante, así que aquí me veo de nuevo.
El título del congreso creo que ha sido más que acertado, MEDICINA GERIÁTRICA: LA CIENCIA DE LA FUNCIÓN.
Pocos congresos he visto con un título tan acertado. Os animo a echar un vistazo el programa, y veáis lo que os habéis llegado a perder.
Pero no escribo para contar lo que he oído, sino para intentar convencer a los próximos MIR el por qué apuntaros a este apasionante mundo de la geriatría. Y es que la geriatría no sólo es la mejor medicina de la función, sino que LA GERIATRÍA ES LA MEJOR MEDICINA PARA LA PREVENCIÓN.
Sí, lo has oído bien. Todas las ramas sanitarias tenemos como objetivo prevenir, y me atrevo a decir que una geriatra es mejor que cualquier otro médico especialista en ello.
Y digo esto convencido porque intentamos prevenir cualquier cosa que podáis llegar a pensar, para conseguir nuestro objetivo máximo que es «dar vida a los años, y no años a la vida». Pero tenemos que reconocer que no podemos prevenir una, como bien dice el dr López Otín. No sé si adivinarás que es esta única cosa que no podemos evitar. Pero lo siento, para saberlo tendrás que leer esto hasta el final.
Esta semana pasada se ha celebrado un día muy importante, el #diainternacionaldelaenfermera, y aunque sea con un poco de retraso, nos gustaría comentar las reflexiones de una compañera enfermera, que como dice Cervantes, de cuyo nombre no quiero acordarme, para facilitar el trabajo en una planta de hospitalización. Sabemos que cada equipo tiene sus características, pero nosotros trabajamos sobretodo en la hospitalización de agudos/subagudos, y por esto nos vamos a centrar en esto.
Un aplauso para toda las enfermeras, sin olvidar a las auxiliares de enfermería
Hace unos meses, en realidad una eternidad, me medio enfadé con una compañera del hospital, cuando me soltó al comentar una señora que se estaba muriendo que solía hacer «lo más fácil». Y es que para eso nos formamos todos, para hacer lo difícil, fácil, incluso si estamos ante una persona que se está muriendo.
No me pidáis entrar en un quirófano, porque me desmayo. Ni siquiera me pidáis cambiar una lámpara, porque para mi es una cosa casi de ciencia ficción. Ni usando un tutorial de youtube lo intento por si acaso. Pero en esto sí que me consido un “experto”, y hasta creo que podría grabarme para youtube o para un podcast, sino fuera porque me da bastante corte hablar en público.
Y es que cuando uno trabaja en geriatría tiene una gran ventaja, la de poder superespecializarse fácilmente. Uno puede desde trabajar en urgencias, a trabajar en psicogeriatría, o en ortogeriatría, o en una residencia, o en una planta de hospitalización de agudos entre muchos otros sitios.
Pues yo he decidido “superespecializarme” en dos o tres cosas, como creo que ya habéis comprobado. Una de ellas es algo que nos suele tocar hacer en geriatría, estemos donde estemos, y es la preparación al final de la vida. Así que sí, me considero superespecialicista en los momentos de final de vida.
Cuando le pregunté a qué se refería con lo más fácil, me dijo «no hacer nada». Lo malo de escribir un blog, es que inmediatamente le pasas un enlace diciendo justamente lo contrario. Porque lo más fácil es hacer lo que dicen que tenemos que hacer los libros/protocolos de turno y esperar a ver que pasa.
Pero los que hemos optado por hacer geriatría, hacemos “lo más fácil”, que es valorar el equilibrio entre iatrogenia (pasarse de hacer cosas sin ningún objetivo curativo) y nihilismo (no hacer lo suficiente). Pero esto no es un arte, sino que es una ciencia. Y esa ciencia, perdón por mi subidón, se llama, como digo entre otras, geriatría. Digo que no es la única especialidad médica que hace esto, pero sí que es una donde se ve más claro. Sí que en todas las especialidades hay un equilibrio, pero el débil equilibrio que existe muchísimas veces en geriatría, donde en un lado suele estar habitualmente la muerte, creo que es clarísimo. Y para ello nos formamos en «lo más fácil» que es conocer la medicina, hablar y escuchar.
Esta es una de las imágenes que más he usado como geriatra, una simple balanza
En medicina nos preparan para actuar, y en general para actuar con decisión. Hay momentos en los que está clarísimo, porque no hacer nada produce la muerte, como en una parada cardiaca. Pero en el mundo de la geriatría, todo es debatible. Porque lo habitual es que una parada cardiaca, no lo sea, sino que es “la muerte”. Por eso como decía en la última entrada una buena valoración geriátrica ayuda, y mucho, a tomar decisiones. Porque las personas mayores no son sólo una situación clínica. Pero al final, como toda herramienta, depende de algo tan fácil, pero a la vez tan difícil, como es la comunicación.
Así que a lo que mi compañera se refería de no hacer nada, le respondo fácilmente. Hago lo más fácil que es intentar todos los días seguir aprendiendo medicina a través de literatura científica y evitando los bulos. Pero otra cosa que hago es “sentarme y hablar el tiempo que sea necesario” para tomar la decisión más adecuada. ¿Esto “es no hacer nada”?. Si acaso es en lo que consiste, o debería consistir la medicina: en conocer a la persona, sus pros y contras, aunque sea de forma rápida, y según ello actuar en consecuencia.
Así que en lugar de “explico lo que le pasa y el tratamiento que toca y hablamos mañana”, paro a “sentarme el tiempo que sea necesario, explico, respondo, vuelvo más tarde por si tienen dudas, y vuelvo a responder”, no es lo más fácil, es lo más difícil. Y si se está ante una persona en sus últimos momentos de vida, aún es más difícil. La prueba es que hacerlo bien lleva mucho más tiempo. Porque el final de vida es una de las mayores urgencias a las que me enfrento.
Además hay que pensar que en geriatría el proceso de toma de decisiones se complica por múltiples factores: barreras de comunicación por problemas de audición o por problemas de memoria. También es en general una generación donde el paternalismo médico es lo habitual, donde no suelen existir las decisiones avanzadas, o no se suele hablar/escuchar que hacer en caso de ponerse mal. Donde lo normal es dar “la voz” a los familiares. Pero también existen barreras “técnicas”. Y es que habitualmente gran parte de la literatura científica en la que basamos nuestro conocimiento, excluye a las personas mayores, y si son frágiles aún más.
Así que lo que hacemos creo que no es fácil, es difícil. Pero aún es más difícil si no nos sentamos y hablamos. No sólo con la persona a quien nos debemos como profesionales, sino no vamos a mentir, con la familia. Porque al final la familia es la que en general no sólo apoya y cuida en los momentos difíciles, sino que también es la que se queda aquí llorando la pérdida.
Para empezar, quizás unas recomendaciones básicas son las dadas en el modelo de Ruiz, y que podéis profundizar más en este artículo
Conectar con el paciente/familia
Identificar y Comprender los problemas de salud del paciente/familia
Acordar con el paciente/familia sobre el/los problemas, las decisiones y las acciones
Ayudar al paciente/familia a entender, elegir y actuar
Así que sí os recomiendo hacer como yo, «hacer lo más fácil»: formarme, hablar y escuchar. Esto último aunque lo hago desde que tenía más o menos un año, sé que aún me queda mucho por aprender. Y más ahora cuando la interacción personal se ha perdido en muchas ocasiones por una conversación rápida con la persona enferma, y con una voz al otro lado de un teléfono.
No penséis que esto de las residencias sólo ha pasado aquí. Sólo hay que echar un vistazo a las noticias o prensa científica internacional, para ver que ha sido similar el desastre. Por ejemplo en Canadá sólo el 11% de los casos COVID que hubo fueron en residencias, pero con una mortalidad altísima (el 73% de todos los muertos). Esto da idea de lo horrible que es esta enfermedad en estos centros.
Pero lo que también os quiero decir es que los recursos sanitarios son escasos, y por eso hay que “escoger”. Porque os pregunto, si tú con 20, 30 (sí digo 20 o 30 años), 40, 50, 60 años que tienes COVID y lo tiene también tu pareja, tu hermano y tu padre, y te digo que sólo hay una cama de UCI, a quién escoges.
Porque sí, hay gente de 20-30 años con COVID en las UCIs, y sí las camas de UCI no son infinitas. Pues entonces si te digo que por respeto a la edad y a que la ambulancia ha llegado antes esa cama va para tu padre de 70 u 80 años, qué dirías. Pues eso es lo que se han tenido y tienen que plantearse diariamente los intensivistas. Así que para evitar esto «pórtate bien» y cumple las recomendaciones para evitar la COVID19. Así conseguirás que no tengamos que ponernos en el dilema de escoger.
Ahora que parece que empieza tercera ola, quiero recordar: 1. No todo el mundo debe ir a la UCI. Ni aunque estén todas las camas vacías. 2. La valoración de quién se beneficia de una UCI le corresponde al equipo clínico. Ni a un juez, ni a la familia, ni a los periódicos.
Y esto no tiene que ver con la edad, sino por su situación clínica, funcional, mental y social. Es decir, lo que consigo saber a través de la valoración geriátrica. Pero también es importante porque gracias a esa valoración geriátrica quizás sé que el padre de 80 años tiene más indicación de esa cama de hospitalización o de UCI que el hijo de 50 años. Sobretodo cuando las cosas se ponen feas como se están volviendo a poner.
Respecto a 19/Enero
Agudos: ⬆️ ingresados (+614) y ⬆️ 4 puntos el % de ocupación (28%)
Críticos: ⬆️ ingresados (+73… twitter.com/i/web/status/1…— COVID19 MADRID-S.P.M (@covid19_m) January 22, 2021
Da miedito ver hasta donde puede llegar a subir
Sí que con la pandemia se ha puesto de moda una escala de valoración de fragilidad llamada CFS, que ya tiene unos cuantos años, y que puede ayudar de forma rápida y visual. Es más es una escala que ya era conocida y usada en las UCIs (referencia 1,2), y en otras especialidades (referencia 3)
Como veis la CFS es «muy fácil», sólo hay que hacerla bien
Pero no sólo la edad de por sí es importante, sino que la edad «mal llevada» lo es más. Y es que se sabe que las personas mayores frágiles, tienen una peor respuesta al ingreso a la UCI que las no frágiles (referencia 2 y 5). Y por frágil, como bien dice la escala CFS no os imaginéis a la persona en silla de ruedas, que no reconoce a sus familiares. Esa persona no sólo es dependiente, sino que probablemente ya se puede considerar que está incluso en fase terminal. Y no es algo que se diga ahora por la pandemia, sino que es algo que ya está reconocido hace años. Con frágil nos referimos al CFS 5, una persona que bien vive sola, pero que ya necesita algo de ayuda, aunque sea mínima, aunque sea para apañarse con la medicación. Porque la fragilidad digamos que es el riesgo de tener que necesitar gran ayuda de otra persona si le sucede algo.
Añadido a 08.03.21: Pero es que además el uso de esta escala, como bien podéis ver en los siguiente tuits, ha demostrado su utilidad también con la COVID. Y es que aquellos con CSF de 4 o 5 mueren más que los de CSF más bajo. Y si el CSF es 6 o más, la mortalidad se dispara. Es decir cuanto más frágil o dependiente es una persona, más fácil es que muera por la COVID.
La Guía rápida NICE para la atención al COVID-19 recomendó el uso de esta escala ya el 20 de marzo de 2020https://t.co/miJGJ4sPVV
— Juan I González Montalvo (@Wally_Gator_MD) March 7, 2021
Así que en una enfermedad como la COVID, en que una primera no fue ola sino tsunami, y en la que ahora se ve que la mayor parte de los intentos terapeúticos fueron un fiasco, ahora que ya estamos de llenos en la tercera ola igual de inclemente que la primera, quizás puede volver a suceder el llanto por las residencias.
Ahora estamos «más organizados y protegidos», pero está pasando igual que en la primera ola, que residencias y centros similares donde entra la COVID, más vale prepararse para un requiem, como por desgracia estoy viviendo muy de cerca.
Así que el trabajo que se hizo en la primera ola de organización, de planificación y adecuación de cuidados, es decir de un buen trabajo en geriatría, son igual de válidos que entonces. Y es que cuando los tratamientos sí que han ido cambiado continuamente, hasta dejarse de usar casi todos salvo una medicación que se puede dar por boca como son los corticoides y el apoyo de oxígeno, y poco más, mal vamos.
Sin embargo estas medidas de preparación previa, que se basan en una buen trabajo y valoración geriátrica, siguen siendo igual de válidas. Para ello hay que hablar con las personas con tiento, y con las familias a tumba abierta, porque como bien dice las siguientes recomendaciones de muchas entidades científicas (7) han sido, son y serán decisiones difíciles.
Cuando muchas sociedades científicas se ponen tan pronto de acuerdo es por algo, porque la situación es muy mala. Lo malo es que es igual de válido que hace casi un año
Pero mejor que las sepamos de antemano, porque por desgracia no podemos obviar que la COVID actúa de forma horrorosa con nuestros mayores, ante lo cuál poco podemos hacer ni siquiera dentro de los hospitales. Es más si el tratamiento es una pastilla por boca y un poco de oxigeno que también se puede poner en una residencia, por qué ir a un hospital cuando están que ya no dan más de sí. Y si son muy frágiles, como ocurre muchísimas veces con las personas que viven en las residencias, pues aún la duda de trasladar aumenta mucho más. Así que cuando todo esto pasa en las personas mayores frágiles, donde sigue siendo igual de horrendo si caes enfermo, como veo de primera mano, te piensas que sólo nos queda cuidar y nuestro «primum non nocere», «primero no hacer daño», o lo que es lo mismo ante esta enfermedad, que no sufra.
Cuál es el problema, que no solo se ponen los mayores que viven en las residencias enfermos, sino también sus cuidadores, los trabajadores. Porque como bien dice una gran compañera enfermera y experta en psicogeriatría, ahora misma en cama con 39.5ºC por el maldito bicho, que como bien dice «estaba esperando resignadamente a que esto sucediera». Porque cuando se trabaja en una residencia o en una unidad de psicogeriatría, donde las personas no entienden de espacios, mascarillas, higiene, ni de no dar besos o abrazar, pues uno sabe que se va a contagiar. Porque es muy difícil o casi imposible que el bicho no entre en estas unidades, a no ser que haya un buen aislamiento social total, del que tampoco creo que los trabajadores y residentes tengan que sufrirlo, cuando gran parte de la gente pasa del tema. El problema es ahora quién la substituye en su papel, que a día de hoy no es importante, sino vital.
Así que no esperes que la vacuna sea efectiva, además con todo esto de la variante inglesa a saber lo que pasa. Quizás es mejor no tener que escoger entre tú o tu hermano, tu pareja y tu padre quien se queda la última cama de UCI. O tener que decidir si es trasladable al hospital tu padre que vive en una residencia. O peor aún, tener que escuchar que el escaso tratamiento del que disponemos no es eficaz, como sigue siendo habitual, y tienes que oir que tu padre se está muriendo. Quizás es más rentable hacer caso. Ponte la mascarilla, lávate las manos, mantén la distancia social, limita tu burbuja social y no creas que no es para tanto o esto es un invento chino, porque «el que con fuego juega, con fuego se quema».
Lo bueno de trabajar en un hospital con residentes es tener la suerte de tener que repasar a menudo los mismos temas. Esto ayuda a convertirse en un experto en “su tema”. Pero más a menudo de lo que uno se puede creer, viene alguien que «te abre los ojos”. Te hace ver las cosas que estás acostumbrado a ver de una manera distinta. Y no es necesario ir a una megacharla de un megaexperto traído de allende los mares. A veces “una simple residente de familia”, como la gran dra de Oca, lo consigue con algo tan sencillo como una pizarra y un rotulador.
No hay nada mejor para estudiar un tema que una pizarra vacía, o casi
Y es que por más como geriatra con consultas de demencia, uno está acostumbrado a tratar las alteraciones de conducta. Y esto es porque más del 90% de las personas que sufren demencia van a presentar alguna de las alteraciones de conducta que se asocian a la demencia. Algunas de estas conductas como el insomnio, la agitación, la agresividad cuando son graves obligan a tratar con fármacos o incluso favorecen no sólo la institucionalización, sino una muerte precoz. Tratar con fármacos es algo que se intenta evitar, ya que se sabe que los tratamientos que se usan pueden aumentar la mortalidad, da igual el tipo de fármaco que se use.
Pero antes de todo lo primero que hay que hacer para poder tratar la conducta “patológica” es comprender lo que es la demencia1, y de ahí la importancia de la educación, tanto al cuidador en casa, como al cuidador profesional. Es muy importante enseñar que el comportamiento y los síntomas psicológicos no son «malos comportamientos» por parte de la persona. Estos comportamientos forman parte de la enfermedad. Se deben a cambios que se producen a nivel cerebral, incluso a nivel bioquímico. Pero algunos de ellos también se pueden producir por factores sociales o ambientales desencadenantes, como es el cambio de casa o la aparición de un nuevo cuidador.
También es muy importante enseñar a “tratar” estas conductas. Y para ello como siempre, empezamos con los tratamientos no farmacológicos. Estos tratamientos suelen ser muy genéricos, siendo alguno de ellos 2,3 los siguientes:
Ocupa el tiempo. Si la persona hace cosas no sólo el tiempo pasa más rápido, sino que se mantiene activa, con todo lo que conlleva.
Las conductas pueden ser modificadas por «técnicas» o medidas conductuales, que por muy simples que parezcan son muy útiles. Algunas de estas técnicas como la distracción, el redirigir la atención hacia otra cosa, el tranquilizar a la persona o la reorientación son de las medidas conductuales que pueden ser usadas en cualquier sitio, ya sea en la casa, en una residencia o en un hospital, y requieren poco más que el tiempo del cuidador o personal para poderlas hacer. Qué técnica usar depende de la conducta existente.
Un punto importante es observar cuál es el desencadenante de cada conducta. Si la conducta problemática solo ocurre en momentos del baño, de la comida, o en algún otro momento puntual y vemos por qué se produce sabremos más fácil como evitar que reaparezca.
Separa a la persona de aquello que parezca que le produzca molestias o inquietud. Incluso si eres tú mismo el que lo produce, sal de la habitación por algo de tiempo.
Mantén el contacto ocular y habla lentamente y con calma. Los chillidos sacan de quicio a todo el mundo.
Usar sujeciones como cinturones en la cama o en la silla se deben evitar, ya que pueden producir caídas, lesiones en la piel o favorecer la incontinencia.
Otro mecanismo que se suele usar es cerrar las puertas con llave. Esto es algo que aprendí de bien pequeño en casa. Era obligado hacerlo, no por miedo a que alguien entrara, sino para que mi abuela no se fuera. El riesgo es hacerlo cuando están solos, es un riesgo que es mejor no probar.
Sencillas, pero muy útiles estas infografias de @MatiaFundazioa
Pero a veces la alteración de conducta es tan grave que es imposible no usar medicamentos. Quién puede no tener que tratar con fármacos cuando tu pareja está agresiva y ves peligrar incluso tu propia persona. Algunas recomendaciones muy claras, pero sobretodo útiles al usar los fármacos2 son:
• Antes de iniciar un fármaco busca si hay un desencadenante de la conducta. A veces el dolor, una infección, una sobreestimulación o un cambio en el ambiente/cuidador (incluso un corte de pelo que cambie mucho la forma de la cara) pueden producirlo.
• Escoge el fármaco según el síntoma que esté presente. Es probable que las alucinaciones y los delirios respondan a los antipsicóticos. Para la agitación y la ansiedad, el uso de un ansiolítico es más apropiado, y el insomnio persistente podría indicar un papel a corto plazo para un hipnótico.
• El gran axioma de los fármacos en geriatría: “Start low, go slow”. Es decir empieza con un fármaco a baja dosis y haz los cambios de dosis muy despacio.
• Usa un medicamento sólo, a la dosis efectiva más baja. Si usas varios y aparece algún síntoma no deseado, ¿cuál es el fármaco responsable?.
• Revisa cada poco, y con frecuencia, la aparición de efectos adversos. Quizás es mejor hacer 5 llamadas en un mes de 5 minutos, que no una visita presencial de 30 minutos al mes, aunque la recomendación establecida es valorar el efecto cada 6 semanas1,5. El tiempo total es casi el mismo, pero la seguridad es mucho mayor. Y es que hay efectos no deseados que aparecen tempranamente, y otros como los efectos extrapiramidales, que a menudo surgen más tarde.
Otro gran punto, que por ser el último a tratar no es menos importante, es el apoyo social. No sólo el aceptar las ayudas sociales, que a veces tanto cuesta a la persona mayor, no sólo a aquella que sufre demencia, sino el conseguirlas. Este es uno de los grandes déficits de la gran ley de la dependencia. Y como se ha visto durante el confinamiento por la COVID el mantenerlas. Aún a día de hoy las personas con demencia y sus cuidadores sufren las consecuencias de esta pandemia. No sólo al verse disminuido los recursos sociales, con el aumento de alteraciones de conducta que hemos visto todos los que nos dedicamos total o parcialmente a este serio problema. Sino sobretodo en aquellas personas que viven en residencia, al sufrir un importante aislamiento social. Pero este es un tema que da para toda una entrada.
Pero no olvidemos que lo más importante de todo como siempre es una buena base, y no hay mejor base que una buena «formación «. Y para ello todo es válido, incluso usar una novela como «arrugas».
Bibliografía
1. Alzheimer, Society. Optimising Treatment and Care for Behavioural and Psychological Symptoms of Dementia: A Best Practice Guide. Full Colour Version. https://www.alzheimers.org.uk/sites/default/files/2018-08/Optimising treatment and care – best practice guide.pdf?downloadID=609. Accessed August 29, 2020.
2. Macfarlane S, O’Connor D. Managing behavioural and psychological symptoms in dementia. Aust Prescr. 2016;39(4):123-125. doi:10.18773/austprescr.2016.052
5. Decision Aid for Dementia: Assessment, Management and Support for People Living with Dementia and Their Carers Decision Aid Antipsychotic Medicines for Treating Agitation, Aggression and Distress in People Living with Dementia.; 2018.
Hola a todos. Dadas las circunstancias actuales en que sólo existe una prioridad, lanzo esta entrada con datos que he ido recogiendo a lo largo de estas semanas, y que se puede ver en la siguiente lista de distribición: https://t.me/infocovidger19
Lo he ordenado por temas para intentar tenerlo lo más organizado posible, sin olvidar cosas para los niños.
Empiezo con unas recomendaciones generales, para después ya seguir con cosas más técnicas. Al final de todo podréis ver algunas recomendaciones a nivel psicológico para llevar todo esto, como también recomendaciones culturales, de ejercicio o para los niños.
Y para terminar páginas donde se recogen y se explican los distintos bulos que hay. Porque no sólo es importante estar informado, sino que sobretodo no desinformar.
Iré ampliando según vaya viendo. De todas formas en el canal de telegram https://t.me/infocovidger19 iré añadiendo lo que vaya apareciendo que crea interesante.
Espero os sirva
Gran infografía a recordar. Y es que hay que quedarse en casa para no saturar el sistema sanitario, porque muchos nos pondremos malos a la vez. Lo único no nos fiemos que con el aumento de la temperatura ambiental se solucione esto. No está tan claro su efecto sobre el virus como dice la OMS
Recomendaciones basadas en los datos actuales sobre la #ANOSMIA y #COVIDー19 . Son recomendaciones dado que actualmente no hay evidencias sobre el tema. Aspecto importante y no sustituyen el criterio médico individualizado. pic.twitter.com/OfrPk3pssY
— Jesús Porta-Etessam #QuedateEnCasa (@DrJesusPorta) March 21, 2020
Desde la Sociedad Española de Neurología recomiendan que si tienes pérdida de olfato (anosmia) o de gusto (ageusia) te aisles en casa, ya que puede ser un síntoma inicial de COVID19
Por qué se pide mantener la distancia, lavarse las manos, toser al codo…
Recomendaciones de consenso respecto al soporte respiratorio no invasivo en el paciente adulto con insuficiencia respiratoria aguda secundaria a infección por SARS-CoV-2
clicar a continuación Consenso Sociedades-Soporte respiratorio no invasivo
Algo que puede ser muy tonto, pero muy molesto, las gafas empañadas. Gracias a @ojedathies por recordarnos como evitarlo
Veo muchos sufriendo porque se les empañaban las gafas con las mascarillas. Ajuste mascarilla: dedos corazón en la nariz y apretando con ambos índices a los laterales. Soplar después fuerte, y asegurarse de que no salga aire hacia arriba. Ajuste gafas: agachándose y apretando
Recursos información práctica en videos HU la Paz Enlace que han hecho en el HU la Paz para que por favor lo difundáis. Realizado por el personal de Rea con videos, tutoriales…. de cara a ayudar a enfermeria que no tiene experiencia en Ucis, Hospitalizacion
He creado un hilo para ver cine de manera gratuita y legal durante el COVID-19 para todos aquellos que no tienen acceso o pueden costearse una plataforma. Lo iré actualizando con todas las novedades y puedes acceder a más de 300 películas gratis aquí: https://t.co/ApVakEmisR
¡Practica la músicoterapia! Pon la lista colaborativa de KnowAlzheimer de @SpotifySpain y jugad a descubrir la #canción 🎶🥰 Y si falta alguna, déjala en los comentarios y la añadiremos https://t.co/3AxfmtydMz
Libros
LA UNESCO ha colgado en internet la biblioteca digital mundial. Reúne mapas, textos, fotos, grabaciones y películas de todos los tiempos y explica en siete idiomas las joyas y reliquias culturales de todas las bibliotecas del planeta.
Quién de vosotros conduce. Es algo que es “normal”, forma parte de nuestra vida. Seguro que no sabéis cómo puede ser vuestra vida sin poder conducir. Y es que conducir es parte de la vida cotidiana de un adulto. Quizás el mayor símbolo de independencia.
Sin embargo, algo se rompe cuando comienza la demencia. Y es que con la demencia se altera tanto la concentración enfocada como el tiempo de reacción rápido, que tan necesarios son para conducir de manera segura.
Así que hoy os hablaré de cómo abordar este tema, con ayuda de algunas páginas anglosajonas que tratan este tema. Y es que en muchas ocasiones el dejar de conducir es lo primero que uno tiene que tratar cuando se diagnostica una demencia.
En la anterior entrada sobre el sexo en residencias comentábamos que el deseo sexual puede permanecer a lo largo de la vida de una persona, sin embargo, en los centros de asistencia a mayores no abundan las prácticas sexuales. En esta entrada analizaremos qué barreras dificultan la vida sexual de los usuarios de una residencia.
Exceptuando los motivos patológicos o farmacológicos, los principales factores que influyen en la escasez de relaciones sexuales en residencias son: (1)
Cultura institucional
Valores del usuario y/o familia
Actitudes de los trabajadores
Cultura institucional:
La cultura institucional es el conjunto de valores, prácticas, usos y costumbres que una institución aplica para su funcionamiento y resolución de problemas. Una de las preguntas para analizar esta cultura es ¿Crea problemas en la residencia que los usuarios mantengan relaciones sexuales? Si la respuesta es afirmativa significa que carecen de herramientas para gestionar estos casos. Según el documento de F. Villar et al. (2) cuanto más desarrollada esté la atención centrada en la persona mejores actuaciones se toman ante situaciones conflictivas reduciendo así las conductas restrictivas y ofreciendo un atención más integradora.
Una cosa que tiene que quedar clara ya en el ingreso de una persona es que tiene derecho a la vida sexual, se le debe preguntar sobre su historia sexual o facilitar la expresión de tal necesidad, incluso se puede canalizar la conversación hacia el tema para que sea el propio usuario el que se manifieste al respecto. Si en el ingreso es difícil abordar la vida sexual se pospondrá hasta que la confianza mutua entre residente y trabajadores sea la adecuada para abordarlo. Los datos obtenidos en la valoración deben incluirse en el plan de atención individualizada y los cuidados deben orientarse al logro de los objetivos establecidos en ese plan. Resumiendo, normalizar e intentar proteger esta necesidad como un cuidado más, es decir como hacemos con el resto de las actividades de la vida diaria.
Valores del usuario y/o familia
El valor que le da el usuario a su vida sexual es fundamental, tanto si quiere ser sexualmente activo como si no lo desea, tanto si quiere hacer sexo en pareja como él sólo, tanto si es heterosexual como si no lo es. Es el residente el que debe decidir sobre estas cuestiones y con quien compartirlas. En muchos casos la actitud de los mayores, fruto de su educación estricta, es la que pone obstáculos a la sexualidad, bien por convicción bien por miedo a su imagen y autoimagen. Hay que tener en cuenta que vivir en una residencia es vivir en una comunidad que, al fin y al cabo, termina pareciéndose a un pueblo donde «todo se sabe» y desencadena el temor a ser el centro de los comentarios, miedo a «el qué dirán», desanimando así a tener una vida sexual libre.
En cuanto a las familias el problema surge cuando su padre/madre inicia una nueva relación durante su vida residencial. Aparecen dudas de su capacidad mental, de si estará siendo objeto de abusos, dicen que en casa nunca había expresado tal necesidad sexual e incluso ponen en duda la calidad de atención de la institución por no haber impedido que esto sucediera.
Actitud de los trabajadores
A veces la actitud del personal va dirigida a reñir, prohibir o ridiculizar las actividades sexuales de los mayores. También es frecuente el “chismorreo” de modo que al descubrirse algún tipo de relación sexual automáticamente lo sabe todo el equipo, aumentando así la vergüenza y humillación en el mayor inhibiendo las ganas de tener nuevas relaciones. Los mayores que sufren estas situaciones humillantes se mostrarán temerosos a ser descubiertos reduciendo así su actividad sexual.
Estas actitudes del personal y la perpetuación «iatrogénica» de estereotipos edadistas son fruto de una deficiente formación en salud sexual del mayor y en atención centrada en la persona. También la falta de directrices claras, la inexistencia de un marco de actuación bien definido y una cultura institucional obsoleta son el alimento perfecto para que estas nefastas maneras de cuidar se perpetúen.
¿Cómo solucionamos esto?
Fundamentalmente cambiando el modelo de residencias, transitar del modelo biomédico u hospitalario a uno centrado en la persona. Incluyendo en las entrevistas, en la carta de derechos y en demás documentos el derecho a la vida sexual (2). Conocer los valores del usuario en cuanto a su vida sexual y su reflejo en el plan de cuidados nos ayudará a adaptar la atención a sus preferencias. En cuanto a las familias, habrá que formarles, informarles y abordar las dudas multidisciplinarmente.
Además de modificar el modelo de atención y la cultura de la institución, hay que dotar de recursos el centro para no obstaculizar la vida sexual de los residentes. Por ejemplo:
Disponer de camas de matrimonio para las parejas que ingresen o las nuevas parejas formadas o, al menos, poder juntar las camas individuales aunque sean más dificultosas de hacer y entorpezcan los cuidados nocturnos
Lugares donde mantener relaciones, si se me permite algo tipo “vis a vis”, porque por ejemplo si un usuario comparte habitación con otro señor y viene su mujer y quieren tener relaciones ¿Dónde lo hacen?
Pestillos, carteles de “no molestar” o la posibilidad de solicitar que no se entre en la habitación a horas determinadas. Esto es lo más conflictivo por el sobreproteccionismo que hacemos y por el miedo a que le pase algo al usuario y tardemos en actuar o no nos demos cuenta del accidente hasta la mañana siguiente. Sin embargo, erradicarle al mayor el “miedo a ser descubierto” le garantiza una seguridad para disfrutar del sexo con más tranquilidad.
Algunos autores van más allá sugiriendo que haya acceso a pornografía o incluso asistentes sexuales para personas con diversidad funcional. Lo cierto es que no tengo experiencia con estos recursos ni formación específica en ello como para valorar su legalidad e idoneidad, pero sirva para la reflexión del lector.
En conclusión, aceptemos que los mayores tienen vida sexual, que es un derecho reconocido por la Organización Mundial de la Salud, que los profesionales somos los garantes de sus derechos y que nuestro trabajo tiene que centrarse en las personas que cuidamos. Normalicemos, interioricemos y desarrollemos actitudes proactivas para la vida sexual de los mayores, o por lo menos eliminemos las actitudes que impiden la vida sexual en las residencias. Y luchemos incansablemente por erradicar mitos y estereotipos que estigmatizan a los mayores.
La intimidad es fundamental para la vida sexual (Icons made by Freepik from www.flaticon.com)
Villar, F., Celdrán, M., Fabà, J., Serrat, R., y Martínez, T. (2017). Sexualidad en entornos residenciales de personas mayores. Guía de actuación para profesionales. Madrid: Fundación Pilares para la Autonomía Personal.
Villar, F., Celdrán, M., Serrat, R, Fabà. J., y Martínez, T. (2017). Sexualidad en centros residenciales para personas mayores: actitudes de los profesionales y políticas institucionales. Resumen de resultados. Serie Documentos ACP-gerontología, nº 5. Disponible en http://www.acpgerontologia.com
Seguro que estáis saturados de información medioambiental, de la importancia de los coches eléctricos, de lo importante de reducir, reutilizar, reciclar y cosas varias sobre el cambio climático. Y sobretodo ahora con toda la información sobre la cumbre del clima organizada por Chile en Madrid de estos días.
Y seguro que os preguntaréis qué tiene que ver un blog de geriatría con el cambio climático, pues mucho más de lo que pensáis.