
“Parece que haya perdido la cabeza…”, “la veo demasiado dormida…”, “por las noches comienza a vociferar e intenta salir de la cama…”, “da miedo que se haga o nos haga daño. Últimamente lo vemos muy agresivo, de repente, en tan solo unos días…”
Delirar viene del latín “delirare”, que significaba literalmente “salirse del surco”. Se reconocen claramente dos elementos. El prefijo de- aporta el significado “alejarse, apartarse” y lira es “surco”.
En la fecha que da nombre al título homenajeamos un cuadro de impresionante frecuencia en la población mayor, el delirium o síndrome confusional agudo. Ahora bien, aparte de los conocedores de este término en beneficio de su profesión o cercanía a algún caso familiar, ¿cuántas personas saben que esta patología realmente existe?
Para cerrar este mes en #hablandodegeriatría hemos pedido permiso a nuestras compañeras de #Geriarte para compartir su vídeo divulgativo de lo que es el delirium, posibles causas y consecuencias, y lo más importante para cuidadores y familias, posibilidades de manejo no farmacológico. Irene y Hui ponen en marcha con este proyecto un original y moderno acercamiento a esta patología de especial relevancia e interés en geriatría y gerontología que esperamos sea de ayuda a los no familiarizados con el mundo sanitario, sean personas mayores, cuidadores, hijos/as, nietos/as, primos/as, vecinos/as…En definitiva, ciudadanos.
Siempre que lo deseéis y necesitéis, podéis dejar vuestras dudas o sugerencias justo abajo.
¡Gracias por hacer que este contenido logre mayor difusión!
Que relación hay entre el delírium y una fractura de cadera ?
Me gustaMe gusta
Hola,
Primero de todo gracias por tu pregunta. Yo soy Isabel, médico geriatra.
El delirium o síndrome confusional agudo es, a efectos prácticos, un fallo cerebral agudo. Cualquier evento médico que condicione una merma del estado general de la persona, como una fractura de cadera, una infección a cualquier nivel, entre otros, puede repercutir en el correcto funcionamiento de un cerebro vulnerable y dar los síntomas que aparecen explicados en el vídeo (inatención, desorientación, confusión, letargia…).
¿Qué es un cerebro vulnerable? Aquel que se ha ido dañando a lo largo de la vida, con el paso de los años, pero que hasta el momento del cuadro confusional no había dado aparente problema (o no se había detectado). Factores que pueden hacer envejecer «mal» tu cerebro son una tensión arterial elevada, mal control diabético, falta de ejercicio y de estímulos cognitivos… En cuanto a los mecanismos neurobiológicos que subyacen a esta patología, son poco conocidos aunque se han visto alteraciones a nivel de neurotransmisor.
Para tranquilidad de muchos, normalmente es un cuadro temporal que nos tiene que servir de alerta de que nuestro cerebro necesita que lo cuidemos (contrarrestando los factores nocivos que comentaba arriba). Hay veces puede ser el primer síntoma de una demencia, para eso hay que esperar unas semanas y si la persona no recupera su estado habitual es conveniente consultar con un geriatra.
¡Espero haberte ayudado Luis!
Me gustaMe gusta
Hola, soy Eva Rincón, terapeuta ocupacional del servicio de Geriatría del HUG. Respecto a este tema me gustaría hacer una pequeña aportación desde mi campo, por si pudiera resultar de utilidad.
Como terapeutas ocupacionales basamos nuestra intervención en el valor de las ocupaciones, que determinan nuestros roles, hábitos y rutinas. Es algo inherente a la persona y primordial para nuestra plena autonomía porque “organizan” nuestra vida y nos aportan control y seguridad sobre nosotros mismos y nuestro entorno.
Cualquier evento que interrumpe nuestras rutinas cotidianas, ya sea algo programado como por ejemplo un viaje o un cambio de domicilio, o algo imprevisto como un ingreso hospitalario, es en sí mismo un factor desencadenante de estrés que requiere capacidad de adaptación a los cambios. En el caso de las personas mayores, muchas veces esa capacidad de adaptación requiere mayor esfuerzo y tiempo.
Por eso, para prevenir el delirium, además de todo lo comentado en el video, es sumamente importante mantener en la medida de lo posible las rutinas de la persona. En este sentido disponer de información sobre cómo suele ser su día a día es primordial. Se puede preguntar a la persona o a sus familiares qué programas ve en TV, si realiza alguna actividad para entretenerse (pasatiempos, costura, lectura, paseos,…) y cuándo lo suele hacer, si tiene algún objeto significativo que siempre le acompañe (rosario, abanico, fotografía, …), si suele recibir visitas o llamadas familiares a una determinada hora o en un determinado momento del día, etc.
Así, disponiendo de esa información se puede intentar reproducir en la medida de lo posible su “horario” habitual para favorecer una adecuada orientación temporal y proporcionar seguridad y tranquilidad.
Pero, ¿y si a pesar de todo la persona se encuentra inquieta o agitada?. En ese caso, os aporto una serie de consejos que pueden ayudar a reconducir episodios de agitación, no son infalibles, pero pueden ayudar en esos momentos más críticos:
– Reducir estímulos que puedan alterarle más (presencia de mucha gente, ruidos, órdenes constantes, contención física, luz excesiva, etc…)
– Proporcionar un objeto que incite a la manipulación “automática” y con el que no se pueda hacer daño (por ejemplo una pelota blandita, botella vacía y tapón, venda con nudo sencillo,…) sin decir nada, simplemente intentar que lo coja y dejar que lo explore y empiece a manipularlo de forma instintiva, si lo tira o lo rechaza no insistir en que lo agarre pero dejarlo cerca.
– Utilizar algún estímulo suave de tipo olfativo (su colonia o crema habitual) o auditivo (poner una canción fácilmente reconocible que pueda escucharla pero que no esté muy fuerte)
– Proporcionar algún objeto propio (prenda de vestir, abanico, teléfono, etc…), pero no decir nada, sólo ofrecérselo por si lo quiere coger.
En definitiva de modo inicial suele resultar más efectivo usar estímulos básicos (táctiles, olfativos, auditivos y visuales) que sean rápidamente percibidos y procesados “casi de forma automática” para liberar tensión inicial y luego ya reconducir verbalmente.
Espero haber aportado un pequeño granito de arena más en este tema y que os pueda servir de ayuda.
¡¡Saludos!!
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡MUCHÍSIMAS GRACIAS EVA! Información realmente útil. Exactamente, el abordaje de este tipo de casos debería hacerse primero desde lo no farmacológico, algo que los médicos deberíamos de saber aplicar, además de conocer, aunque a veces se hace difícil si no hay junto con nosotros un equipo que nos brinde apoyo en este sentido. Por eso, la educación al cuidador/familiar es fundamental.
Te invito Eva a que, si quieres, escribas una entrada a nuestro blog con cualquier aportación que creas que sea necesaria en base a algún caso que te haya parecido realmente interesante. Lo importante es que toda información llegue a las personas que están con gente mayor.
De nuevo, ¡muchas gracais!
Un abrazo Eva.
Me gustaMe gusta