El artículo del mes: AFTERHOURS

Dido, reina de Cartago, perdió el sueño por la fuga imprevista de su amante Eneas. Penélope deshizo el lienzo en sus vigilias nocturnas a la espera de Ulises. Macbeth mató al sueño y fue condenado al tormento eterno por su asesinato. Y cuando Sandman fue atrapado en el mundo real, la encefalitis letárgica se propagó como un virus, arrebatando a los humanos de su mundo de ensueño. Estos y muchos otros personajes de ficción son conocidos por su dificultad para conciliar el sueño, pero la realidad supera a la imaginación: un número aún mayor de personas sufre de insomnio, especialmente entre las personas mayores.

Es conocido que el sueño experimenta cambios fisiológicos a lo largo de la vida. Sin embargo, es un error pensar que el insomnio es simplemente un resultado natural del envejecimiento. Éste genera malestar y deterioro en áreas cruciales de la persona como la social y la funcional y a menudo se asocia a otras condiciones patológicas¹. Esta creencia errónea de normalizar el insomnio por la edad, puede llevar a subestimar su impacto, y por lo tanto conducir a una falta de diagnóstico y a un tratamiento inadecuado en este grupo de edad1,2.

De hecho, entre las causas más comunes de insomnio entre las personas mayores destacan los trastornos afectivos, como la ansiedad y la depresión, pero también el uso de ciertos medicamentos, como da a conocer el artículo de Van Gastel A. en la revista Sleep Medicine Clinics publicado en 2018, donde se mencionan los fármacos de uso corriente con mayor poder somnífero.

Así mismo es muy frecuente que las personas con deterioro cognitivo y demencia no gocen de un buen descanso nocturno. Esta posible relación ha sido explorada por grandes escritores como Jorge Luis Borges que cuenta la historia del «memorioso» Funes, quien padecía de insomnio y no podía olvidar nada llevándole a perder la capacidad de pensar.
Y como la literatura, también la ciencia sugiere que hay una conexión entre el insomnio y la cognición de los adultos. En una revisión sistemática publicada en 2014 por el grupo de trabajo liderado por Yaffe K. en el Lancet Neurology, se encontró que la duración del sueño, la fragmentación del mismo y los trastornos respiratorios podrían aumentar el riesgo de deterioro cognitivo. Sin embargo, aún se desconoce si los trastornos del sueño son una señal de advertencia o un factor de riesgo para la aparición o progresión de la enfermedad, siendo necesarios más estudios para aclararlo.

En la actualidad uno de los problemas más urgentes es el alivio de la angustia que genera la exasperante espera del sueño y sus consecuencias diurnas. De hecho, esto ha provocado un drástico aumento en la demanda social de fármacos para dormir. Las benzodiazepinas se han clasificado como el fármaco número uno en el tratamiento del insomnio, pero a menudo se recetan sin tener en cuenta sus efectos secundarios dañinos, como el riesgo de empeoramiento del deterioro cognitivo, el delirium y las caídas, especialmente en personas de edad avanzada³.
La eficacia de los tratamientos farmacológicos más utilizados para el insomnio se analizó en un artículo publicado en 2021 por Wang L. et al. en Neuroscience and Biobehavioral Reviews. Según este estudio, los antagonistas de los receptores de la orexina, una novedad en el mercado estadounidense, podrían utilizarse ampliamente en adultos y personas mayores que padecen insomnio primario, incluso a largo plazo. Por otra parte, las benzodiazepinas, aunque tienen un efecto más pronunciado, deberían utilizarse con precaución por la alta incidencia de efectos indeseados.

Otro pilar del manejo del insomnio son las medidas terapéuticas generales que a menudo se pasan por alto, como son favorecer la higiene del sueño u otras no farmacológicas, el tratamiento de las comorbilidades o la revisión de los medicamentos³.
Entre las medidas no-farmacológicas, la terapia cognitivo-conductual ha cobrado protagonismo en el tratamiento del insomnio de personas con trastornos mentales, como destaca el artículo de Hertenstein E. et al. publicado en la revista Sleep Medical Review en el 2022. A través de un metaanálisis, los autores argumentan que la terapia cognitivo-conductual debe considerarse como tratamiento de primera línea, especialmente en personas con depresión, trastorno de estrés postraumático y dependencia del alcohol.

En conclusión, como afirma el atormentado inventor del club de la lucha: “cuando sufres de insomnio nada parece real. Las cosas se distancian. Todo parece ser una copia de una copia de otra copia”, y la dificultad para dormir se convierte en un problema común, a caballo entre ficción y realidad. Pero las personas mayores ahora no necesitan reunirse en grupos de terapia clandestinos y desahogar a puñetazos su frustración por no dormir. Para evitarlo, desde el grupo de biblioteca de la SEMEG hemos querido resaltar algunos artículos interesantes relacionados con diferentes facetas del insomnio que han despertado nuestra curiosidad. Esperamos que estos artículos sean de utilidad para el abordaje integral de esta condición y para mejorar la calidad de vida de las personas mayores.

Recomendaciones para leer:
Van Gastel A. Drug-induced insomnia and excessive sleepiness. Sleep Med Clin [Internet]. 2018;13(2):147–59. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1016/j.jsmc.2018.02.001

Yaffe K, Falvey CM, Hoang T. Connections between sleep and cognition in older adults. Lancet Neurol [Internet]. 2014;13(10):1017–28. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1016/S1474-4422(14)70172-3

Wang L, Pan Y, Ye C, Guo L, Luo S, Dai S, et al. A network meta-analysis of the long- and short-term efficacy of sleep medicines in adults and older adults. Neurosci Biobehav Rev [Internet]. 2021;131:489–96. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1016/j.neubiorev.2021.09.035

Hertenstein E, Trinca E, Wunderlin M, Schneider CL, Züst MA, Fehér KD, et al. Cognitive behavioral therapy for insomnia in patients with mental disorders and comorbid insomnia: A systematic review and meta-analysis. Sleep Med Rev [Internet]. 2022;62(101597):101597. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1016/j.smrv.2022.101597

Bibliografía:
1) Brewster, G. S., Riegel, B., & Gehrman, P. R. (2018). Insomnia in the older adult. Sleep Medicine Clinics, 13(1), 13–19. https://doi.org/10.1016/j.jsmc.2017.09.002

2) Cepero-Pérez I, González-García M, González-García O, Conde-Cueto T. Trastornos del sueño en adulto mayor. Actualización diagnóstica y terapéutica. Medisur [revista en Internet]. 2020 [citado 2020 May 26]; 8(1):[aprox. 13 p.]. Disponible en: http://medisur.sld.cu/index.php/medisur/article/view/4334

3) Sateia, M. J., Buysse, D. J., Krystal, A. D., Neubauer, D. N., & Heald, J. L. (2017). Clinical practice guideline for the pharmacologic treatment of chronic insomnia in adults: An American Academy of Sleep Medicine clinical practice guideline. Journal of Clinical Sleep Medicine: JCSM: Official Publication of the American Academy of Sleep Medicine, 13(2), 307–349. https://doi.org/10.5664/jcsm.6470

Clarissa Catalano,

Médico interno residente de geriatría de 3er año del Consorci sanitari Alt Penedes i Garraf.

Grupo de biblioteca de SEMEG Junior.

De la fragilidad al ableismo o capacitismo

Hace unas semanas leí por casualidad un articulo en el NEJM que me hizo reflexionar. No por tratarse de informacion nueva que pudiera cambiar la vida de mis pacientes, sino porque el caso expuesto resonó muy cerca de mi propia experiencia.

En dicho artículo, David, un varón joven para nuestros parámetros geriátricos, ingresó en su hospital de referencia con una neumonía aspirativa, con los antecedentes de disfagia y epilepsia. Lo esperable en un paciente como este, de unos 45 años, hubiera sido un esfuerzo terapéutico focalizado no solo en la neumonía sino también en la nutrición. Sin embargo, David fue dado de alta sin soporte nutricional y en situación de disfagia grave. El motivo por el que esto sucedió es que David padecía una discapacidad intelectual y el equipo médico que lo atendó asumió, sin contrastarlo con sus familiares y cuidadores principales, que el paciente tenía una calidad de vida pobre y por tanto el mejor abordaje eran unos cuidados paliativos que, además, no se organizaron adecuadamente, con el consecuente estrés y trauma emocional para la familia y el propio paciente.

Estoy convencida de que esta historia nos suena a todos porque constantemente nos encontramos casos similares en el entorno geriátrico: al paciente se le asume una incapacidad funcional y una calidad de vida limitadas por el simple hecho de ser anciano o por tener en sus historias clínicas unos diagnósticos determinados; como puede ser una demencia o ser frágil. Esto me parece particularmente importante cuando, además, estos diagnósticos son realizados a menudo por personas que no tienen la cualificación necesaria para hacerlos de forma reglada y segura. Los geriatras sabemos que la fragilidad es un continuum dinámico y que se precisa de una Valoración Geriátrica Integral a la hora de recomendar un tratamiento a un paciente anciano frágil. Sin embargo, en entornos en los que el concepto de fragilidad (malentendido como discapacidad functional grave) se ha instalado fuertemente en el imaginario médico, la etiqueta de paciente frágil se convierte por arte de biribirloque en un diagnóstico de terminalidad, en una indicación directa para el manejo sintomático y paliativo.

Un diagnóstico que debería ayudarnos a la toma de decisiones y a luchar contra el ageismo se convierte en una lacra para estos pacientes. Una vez establecida la etiqueta de frágil por el simple hecho de aplicar una Clinical Frailty Scale visual o de que el facultativo que le atiende asuma que como tiene 85 o 90 años el paciente es fragil per se, no hay quien se lo quite.

En España nos encontramos en un momento en que tenemos una ventana de oportunidad para evitar que esto se reproduzca en nuestro sistema, ya que nuestra especialidad y nuestros conceptos propios no están tan extendidos como en otros países. Educar en las diferencias entre fragilidad y dependencia, luchar contra el ageismo y el abandono terapéutico de nuestros pacientes es fundamental para conseguir una sanidad y una sociedad más justa para con los mayores. No permitamos que ser frágil o tener una demencia sean excusas para el ableismo rampante; no dejemos que una actitud paternalista mal entendida decida por nuestros pacientes qué es para ellos la calidad de vida. Está en nuestras manos ser diferentes, hacerlo mejor, y que haya menos historias como las de David.

Beatriz Contreras

Médico geriatra del Lincoln County Hospital

Respuestas de geriatría del MIR 21/01/2023

Bloguer@s, este mes la entrada estaba reservada para un tema de gran interés, el examen para optar a una plaza en el sistema MIR.

Cada vez la geriatría es una disciplina más presente en esta prueba, muestra de la especial relevancia que está adquiriendo el cambio demográfico en la medicina y motivo de entusiasmo para los que disfrutamos de esta tan bonita especialidad. Dedicaremos este espacio para responder a las preguntas más específicas de geriatría, adjuntando alguna referencia bibliográfica para que los lectores puedan consultar las respuestas e indagar en las mismas, ¡vamos allá!

Damos las gracias a @casimedicos por su colaboración para poder realizar la contestación de estas preguntas.

(148) La disfagia orofaríngea es la dificultad de trasladar el alimento desde la cavidad oral hasta el esófago proximal. Entre las causas de disfagia orofaríngea motora están las siguientes EXCEPTO:

  1. Miastenia gravis.
  2. Reflujo gastroesofágico.
  3. Tétanos.
  4. Dermatopolimiositis.

Respuesta: 2 El reflujo gastroesofágico produce disfagia por malfuncionamiento del esfínter esofágico inferior (EEI), a diferencia de las otras que son por miopatías.

https://doi.org/10.11144/javeriana.umed61-4.disf

(149) En psicogeriatría, cuando es preciso el uso de benzodiacepinas ¿cuál es de elección?:

1. Clorazepato

2. Lorazepam.

3. Diazepam.

4. Las benzodiacepinas están contraindicadas.

Respuesta: 2 el uso de benzodiacepinas en las personas mayores está desaconsejado (no contraindicado) por el conocido aumento de eventos adversos, fundamentalmente caídas. Aun así, de elegir uno, la primera opción es aquel de vida media más corta. En este caso, la respuesta correcta es la “2” por este motivo.

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27282559/

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25619317/

(150) En relación con los efectos secundarios de los antipsicóticos, señale la afirmación INCORRECTA:

1. La aparición de síndrome metabólico es más frecuente con el uso de antipsicóticos típicos.

2. La sedación es un efecto secundario frecuente con la mayoría de los antipsicóticos, más pronunciado al inicio del tratamiento.

3. La discinesia tardía es un trastorno del movimiento involuntario que afecta con mayor fre-

cuencia a la región orofacial, aparece tras la administración prolongada de antipsicóticos y

puede ser irreversible.

4. La acatisia es un efecto extrapiramidal para cuyo tratamiento puede estar indicada la adición de benzodiazepinas o el uso de betabloqueantes.

Respuesta: 1. El síndrome metabólico está asociado tanto a típicos como a atípicos. Incluso está más a algunos de los neurolépticos atípicos.

Psychiatric Drug Effects – Neuroleptic Physical Side Effects (psychiatric-drug-effects.com)

(151) ¿Cuál de los siguientes factores NO se ha asociado específicamente a un mayor riesgo de caídas en personas mayores?:

1. Osteoporosis.

2. Déficit visual.

3. Artrosis.

4. Polifarmacia.

Respuesta: 1. Aunque la osteoporosis se asocia a caídas, no produce un aumento del riesgo de estas.

Tratado de Geriatría (segg.es)

(152) El Short Physical Performance Battery (SPPB) es una prueba de rendimiento físico empleada para la valoración de la función física, de la fragilidad y del riesgo de caídas en los mayores. ¿Qué aspectos se evalúan en este test?:

1. El equilibrio, la velocidad de la marcha y la capacidad para subir y bajar escaleras.

2. El equilibrio, la velocidad de la marcha y la capacidad para levantarse y sentarse de una silla.

3. El equilibrio, la velocidad de la marcha y la resistencia de los miembros superiores.

4. El equilibrio, la capacidad para subir y bajar escaleras y la capacidad para levantarse y sentarse de una silla.

Respuesta: 2. El SSPB es la base del programa vivifrail dirigido a promocionar el ejercicio físico entre las personas mayores.

Materiales – Vivifrail

(153) Uno de los siguientes mecanismos NO se ha propuesto en la patogenia básica del delirium en el paciente mayor:

1. La neuroinflamación.

2. El estrés oxidativo.

3. La excesiva actividad colinérgica.

4. El exceso de dopamina.

Respuesta: 3. El déficit colinérgico, sobre todo a través del uso de fármacos anticolinérgicos, favorece la aparición de delirium.

Delirium | Nature Reviews Disease Primers

(154) Respecto a las prescripciones potencialmente inadecuadas en la persona mayor, es cierto que:

1. Las benzodiacepinas no aumentan el riesgo de caídas.

2. No existen criterios que faciliten la correcta prescripción de fármacos en este grupo de po-

blación.

3. Se recomienda la utilización de metformina en diabéticos con filtrados glomerulares menores de 30 ml/min.

4. Los estrógenos tópicos vaginales o el pesario con estrógenos están indicados para la vaginitis atrófica sintomática.

Respuesta: 4. Esta es una de las preguntas que podrías sacar por exclusión, ya que las otras 3 claramente son falsas. Pero desconozco la indicación de pesarios para tratar la vaginitis, que tendría que confirmar @akitalaeli, colaboradora de @casimedicos en ginecologia

Tratado de Geriatría (segg.es)

(155) En relación con la valoración funcional del paciente mayor, señale la respuesta INCORRECTA:

1. Debe interpretarse como una medida global de la repercusión general de los problemas de salud en el paciente mayor.

2. Existe una jerarquía progresiva obligada tanto para la adquisición como para la pérdida de las actividades de la vida diaria (AVD), desde las instrumentales hasta las avanzadas.

3. En los pacientes mayores hospitalizados, se debe usar el estado funcional previo al ingreso hospitalario, para establecer así el plan de tratamiento y poner en marcha los objetivos realistas de la intervención.

4. Se suele medir con informes autorreferidos o notificados por una tercera persona, aunque en ocasiones, algunos miembros del equipo realizan una evaluación estructurada para medir la capacidad funcional real.

Respuesta: 2. La pérdida o afectación de las actividades de la vida diaria NO es de evolución OBLIGADA.

Tratado de Geriatría (segg.es)

(156) Mujer de 79 años con antecedentes de HTA y gonartrosis bilateral, independiente para las actividades de la vida diaria, vive sola. Durante una visita al médico de familia se valora la sarcopenia. Realiza el test de levantarse de la silla para 5 elevaciones en 20 segundos, y el test Timed Up and Go en 26 segundos. Señale la respuesta CORRECTA:

1. No presenta riego de caídas.

2. Tiene el diagnóstico de sarcopenia confirmada.

3. Si tuviera sarcopenia, ésta sería grave

4. No se sospecha sarcopenia.

Respuesta: impugnable. Aunque creemos que quieren que respondas 3. Según los resultados de los test se puede afirmar que la paciente tiene riesgo de caídas (TUG>20, chair test > 15 ajustado a edad y sexo), y que posiblemente tenga sarcopenia (pruebas de rendimiento físico alteradas), pero no pueden obtenerse datos de sarcopenia con los datos aportados como para confirmar el diagnóstico (necesitaríamos datos de la masa muscular) o establecer su gravedad (sería necesario disponer bien del valor de la masa muscular o bien de la fuerza mediante el test handgrip, por ejemplo).

Timed Up and Go | RehabMeasures Database (sralab.org)

Materiales – Vivifrail

Sarcopenia research and practice | British Geriatrics Society (bgs.org.uk)

https://academic.oup.com/ageing/article/39/4/412/8732?login=false

(161) Mujer de 83 años ingresada desde hace 20 días por diverticulitis aguda complicada. Como parte de su tratamiento ha precisado una sigmoidectomía y recibe antibioticoterapia intravenosa con ertapenem desde hace 8 días. Presenta en los últimos días diarrea sin productos patológicos, ingestas del 25 % de lo recomendado y pérdida de 9 kg desde el momento del ingreso; actualmente pesa 75 kg y mide 1,55 m, IMC 31,2kg/m2. Respecto a su estado nutricional ¿cuál es el diagnóstico MÁS PROBABLE?:

1. No presenta alteración del estado nutricional.

2. Desnutrición grave relacionada con la enfermedad aguda.

3. Fallo intestinal por síndrome de intestino corto.

4. Obesidad grado II.

Respuesta: 2. Dada la situación aguda consideramos que la 2 es la respuesta más adecuada.

Tratado de Geriatría (segg.es)

(164) Varón de 80 años procedente de una residencia que presenta una sepsis de origen urinario que no ha respondido al tratamiento empírico con ceftriaxona. En los hemocultivos y urocultivos crece E. Coli resistente a cefalosporinas. El laboratorio nos informa que es una cepa productora de betalactamasas de espectro extendido. ¿Qué antibiótico, entre los siguientes, debe utilizarse?:

1. Ertapenem.

2. Amoxicilina/clavulánico.

3. Tigeciclina.

4. Ceftazidima.

Respuesta: 1. Aportamos directamente la bibliografía, Infección urinaria | Seimc.org

(180) ¿Qué tipo de deseos del pacienteNO pueden atenderse en una planificación anticipada de decisiones (o planificación compartida de la atención) ?:

1. Rechazo de intervenciones con riesgo vital.

2. Donación de órganos.

3. Rechazo de intervenciones sin riesgo vital.

4. Instauración de intervenciones fútiles, sin indicación clínica.

Respuesta: 4. La planificación anticipada es la toma de decisiones sobre indicaciones clínicas.

https://dixit.gencat.cat/es/detalls/Article/20190319_planificacio_decisions_anticipades

(181) Mujer de 89 años, institucionalizada en residencia desde hace 5 años por demencia tipo Alzheimer de 8 años de evolución. Es dependiente para todas las actividades básicas de la vida diaria y presenta deterioro cognitivo grave. No reconoce a sus familiares ni es capaz de emitir lenguaje. Ingresa por un cuadro de infección respiratoria de mecanismo aspirativo. Tras completar un ciclo antibiótico evoluciona favorablemente, pero al intentar reintroducir la ingesta oral persiste disfagia con riesgo alto de aspiración. El médico responsable propone a los hijos no iniciar estrategias de alimentación enteral por sondas, sino dejar la enfermedad a su evolución natural, realizando un tratamiento sintomático de eventuales complicaciones. ¿Qué concepto ético subyace a esta decisión clínica?:

1. Rechazo al tratamiento.

2. Eutanasia activa.

3. Limitación de esfuerzo terapéutico.

4. Obstinación terapéutica.

Respuesta: 3. Aunque el término más apropiado sería adecuación del esfuerzo terapéutico.

Cuidados paliativos: adecuación del esfuerzo terapéutico (secpal.org)

(182) Paciente de 48 años diagnosticado de esclerosis lateral amiotrófica hace 3 años. Precisa ayuda para todas las actividades básicas de la vida diaria y sonda para mantener su alimentación. En el último año, ha tenido varios ingresos por infecciones respiratorias. Actualmente ingresa por una nueva infección respiratoria con insuficiencia respiratoria global asociada. El paciente requiere ventilación mecánica no invasiva como parte del tratamiento. Tras 5 días de ingreso, sin presentar mejoría clínica, el paciente manifiesta que está viviendo un sufrimiento intolerable, que no encuentra sentido a continuar viviendo en una situación así y solicita que se le retire la ventilación mecánica, aunque le provoque la muerte. Después de varias conversaciones, Vd. confirma con el paciente que este es su deseo y que su familia apoya la decisión. Esta se trata de una decisión de:

1. Rechazo de tratamiento.

2. Limitación del esfuerzo terapéutico.

3. Obstinación terapéutica.

4. Eutanasia.

Respuesta: 1. Este es un derecho de toda persona en España desde la Ley 8/2003, de 8 de abril, sobre derechos y deberes de las personas en relación con la salud.

Ley 8/2003, de 8 de abril, sobre derechos y deberes de las personas en relación con la salud. (boe.es)

(184) En relación con el tratamiento de la depresión mediante fármacos antidepresivos en pacientes con enfermedades terminales. ¿Cuál de las siguientes es la MEJOR opción?:

1. La dosis inicial de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina debe ser la misma que la utilizada en adultos sin enfermedad terminal.

2. Se recomienda evitar los antidepresivos tricíclicos, a menos que se utilicen como complementos en el tratamiento del dolor.

3. En pacientes en los que predominan síntomas como ansiedad o insomnio es preferible el uso de fluoxetina.

4. La trazodona, incluso cuando se emplea a dosis bajas, está contraindicada por sus frecuentes efectos adversos.

Respuesta: 2. De todas es la que consideramos como mejor opción de todas.

http://www.cuidarypaliar.es/wp-content/uploads/2018/01/Manual-Control-de-Sintomas-ICO-2013.pdf

(185) En relación con el tratamiento del estreñimiento en los pacientes con enfermedades terminales, señale la respuesta INCORRECTA:

1. En presencia de tratamiento con opioides son recomendables los suplementos de fibra vegetal.

2. Los elementos fundamentales del tratamiento son los laxantes estimulantes y osmóticos, reblandecedores de heces, líquidos y enemas.

3. Para evitar el estreñimiento causado por los opioides se debe recurrir a la combinación de un laxante y un reblandecedor de heces.

4. Si no hay defecación tras varios días de tratamiento, se necesita el tacto rectal para extraer el material impactado.

Respuesta: 1. Los suplementos de fibra, laxantes formadores de bolo, no están recomendados con el uso de opioides.

INFAC_Vol_23_n_10_estenimiento.pdf (euskadi.eus)

http://www.cuidarypaliar.es/wp-content/uploads/2018/01/Manual-Control-de-Sintomas-ICO-2013.pdf

Esperamos que esta primera entrada de año sea de interés y de utilidad a los opositores…

¡Mucha suerte con los resultados, y con lo que está por llegar!

@MissTorneLo y @osmachope

Una enfermera siempre es una enfermera

Por Real Rodeles del Pozo, pionera de la enfermería geriátrica y paliativa.

Me resulta difícil ponerme a describir mi vida profesional, que ha sido un bonito viaje con pequeños accidentes resueltos. Comencé tras terminar séptimo y reválida, así se llamaba una de las formas de acceso a la universidad en esa época. Dejé con 19 años mi ciudad natal, Tudela, para ingresar en 1969 en la escuela de la Cruz Roja San José y Santa Adela de Madrid. Tras un año de anécdotas y adaptación, en 1970 se puso en marcha la nueva unidad de Geriatría dirigida por los doctores Salgado y Guillén, algo novedoso donde estudié, con mi juventud y mis ganas, ayudando a cuidar de los mayores y de sus necesidades. Debéis de entender que en aquella época no había un envejecimiento poblacional como ahora y esta unidad no era de los focos prioritarios de desarrollo médico como puede ser ahora. ¿Qué comenzamos a implementar? Metodologías que ahora seguro que son básicas o esenciales, evitando tanta visita médica “de herodes a Pilatos”, utilizando la ternura como el mejor genérico y trabajando en equipo para avanzar hacia un objetivo común, el bienestar de las personas mayores.

Después de esa grata experiencia de aprendizaje y continuando mi formación permanente y constante para nunca quedar desfasada, en especial habilidades en comunicación con el paciente y mejoras en cuidados y curas, continué mi desempeño profesional en diferentes ámbitos de la sanidad pública española ocupando, tanto puestos de responsabilidad en centros de especialidades, como en la atención primaria ambulatoria. A finales de la década de los 90 cursé un Máster en Geronto-geriatría en la Universidad Autónoma de Barcelona que me permitió ampliar la esencia de mi formación primaria y mi aprendizaje profesional. Descubrí a la persona paciente a tratar como un ser bio-psico-social y espiritual, un enfoque 360° a la hora de la relación cuidado afectiva.

Desde entonces seguí mi trayectoria profesional con ese importante bagaje que me vino fenomenal a la hora de afrontar uno de mis últimos retos profesionales en activo, dejar la atención de medicina familiar y liderar el despliegue en Zaragoza de los cuidados paliativos domiciliarios en 1999. Poner en marcha esa categoría de cuidados, todavía poco conocidos y a veces “temidos” entonces, fue clave para mejorar la experiencia de los pacientes en esa fase terminal de sus enfermedades, porque poníamos a la persona en el centro de la praxis, respetando su integridad, siendo lo más importante del proceso de curas y cuidados y, sobre todo, escuchando al paciente y a su familia en el final de su vida. Para mí, puedo afirmar con orgullo que es una de las delicias que confiere mi función de enfermera cuidadora.

Por resumir y no alargarme mucho, podría decir que con un poco de cariño y con ganas de estar permanentemente en formación para actualizarme en tendencias, novedades clínicas y formas de relación y comunicación, podéis ver la labor que durante más de 40 años he realizado desde la humildad, pero con excelencia y siempre volcada en el paciente.

“La resiliencia de las personas mayores en un mundo cambiante”

Desde el 14 de diciembre de 1990, la Asamblea General de las Naciones Unidas, a través de la resolución 45/106, designó el 1 de octubre Día Internacional de las Personas de Edad.

El lema de este año ha sido “La resiliencia de las personas mayores en un mundo cambiante”, y entre sus objetivos se encuentra “Poner de relieve la necesidad de un instrumento jurídicamente vinculante sobre los derechos de las personas de edad y de un enfoque intersectorial de derechos humanos centrado en la persona por una sociedad para todas las edades”

Con este motivo muchos Centros Geriátricos se unen a esta festividad y desarrollan programas de actividades, en ocasiones para visualizar y poner en contacto con el entorno los problemas de edadismo y necesidades cambiantes de este colectivo.

El 3 de octubre se inicia en la Residencia de Personas Mayores, del Complejo Asistencial Benito Menni (CABM) ubicado en Ciempozuelos, la “Semana del Mayor”, y que mejor forma de hacerlo que con una exposición de trabajos, realizados por nuestros residentes en los talleres ocupacionales de actividades significativas.

La ocupación constituye un factor muy importante para encontrar el equilibrio y no caer en la inactividad. La inactividad supone un gran riesgo para las personas mayores, pues les conduce a un empeoramiento, tanto de su calidad de vida como de su situación psicoconductual. Las actividades significativas son aquellas centradas en los gustos e intereses de cada uno, para que la persona se encuentre activa y no caiga la desmotivación y el aburrimiento.

Las actividades significativas, basadas en la ocupación de cada persona nos ayudan a prevenir, mantener, rehabilitar, compensar o adaptar las capacidades de las personas y de su entorno. Constituyen uno de los pilares básicos dentro de los Centros Residenciales, siendo de especial importancia que la persona tenga la oportunidad de estar implicada en el tipo de actividades, que constituirá una herramienta imprescindible para apoyar los cuidados de cada persona.

Además, en nuestros centros continúan realizándose actividades capacitativas, basadas en las capacidades de las personas, pues las patologías actuales del envejecimiento así los demandan y ayudan a recuperar, o mantener lo mayor posible, la funcionalidad, con la posterior repercusión en las actividades de la vida diaria. Son las actividades significativas, las que cada día cobran especial importancia, ya que favorecen el mantenimiento de los roles, lo que caracteriza los modelos de Atención Centrados en la Persona, que son los que se encuentran en implementación en el CABM.

Mantener los roles previos mejoran su autoestima y motivación, reducen los trastornos de conducta reactivos a cuidados, problemas de adaptación o insatisfacción con el ingreso, pero sobre toda dan significado al día a día del residente, empoderan al residente en las decisiones de su vida y favorecen las relaciones sociales tanto con el resto de residentes como los profesionales a los que verán como facilitadores de actividades y no directores de ellas.

Dra Maria Carmen Feliz Muñoz.

Coordinadora del Área de Personas Mayores de la Residencia Psicogeriátrica Benito Menni (Ciempozuelos, Madrid).

Los seres que nos llenan

Convivir con una mascota proporciona tantísimos beneficios que nunca podría abarcarlos todos en esta publicación. Y es que el que tiene o ha tenido mascotas sabe la relevancia que adquieren en la vida de una persona y el vínculo tan especial que se crea con ellos. El apego con nuestros animales se vuelve una parte importante de nuestro bienestar, brindándonos un amor incondicional y una fuente de enormes beneficios a nivel físico, psicológico y social.

Pero ¿cuáles son aquellos que más nos interesan para nuestros mayores?

“En varios estudios, las personas mayores que tenían un perro o gato eran más capaces de realizar ciertas actividades físicas consideradas ‘actividades de la vida diaria’, como subir escaleras, arrodillarse o inclinarse; tomar sus fármacos; preparar la comida; bañarse y vestirse”. Los adultos mayores que cuidan de sus mascotas, en especial de los perros debido a su necesidad de paseos, realizan una mayor actividad física incentivando de esta manera conductas positivas en términos de salud física. Incluso se ha demostrado una asociación con reducción de la presión arterial y un menor riesgo de aparición de complicaciones relacionadas con enfermedades cardiovasculares.

En etapas avanzadas de la vida puede que los adultos mayores deleguen responsabilidades que tenían previamente, el tiempo libre aumenta y les faltan ocupaciones que les hagan sentir útiles y valorados. Ser dueño de una mascota les aporta un motivo para mantenerse activos y les permite conservar una rutina diaria con estructura, objetivos y motivación desencadenada por el sentido de responsabilidad de alimentar, pasear y cuidar de ellos. Que se impliquen en tomar sus propias decisiones y disfrutar de la independencia (o apoyo) del cuidado de la mascota les ayuda a mantener su rol e identidad; experimentar el sentido de propósito y control sobre su entorno resulta también beneficioso para el estado de ánimo y la salud mental.

Durante el confinamiento se ha observado que la presencia de mascotas podría tener un efecto positivo sobre la ansiedad en el anciano. Su apoyo incondicional y la calidez de su compañía disminuye el estrés y mejora el ánimo y la autoestima, las personas mayores dicen sentirse más felices y cognitivamente están más estimuladas. Su compañía les proporciona entretenimiento, les mantiene con la mente ocupada y esto les ayuda a dejar las preocupaciones a un lado. En los momentos más difíciles, como el duelo por pérdida de un ser querido, mejora el funcionamiento adaptativo tras el acontecimiento.

Vivimos en una sociedad donde el envejecimiento de la población aumenta a pasos agigantados y el aislamiento social y carencia de afectividad que sufre especialmente este colectivo no es un fenómeno aislado.

Por un lado, el simple hecho de la compañía de un animal disminuye la sensación de soledad y aislamiento y son una oportunidad para el contacto físico a veces tan escaso y tan beneficioso que les hace sentir tan queridos. Incluso en algunos casos las mascotas se pueden convertir en la única compañía para ellos, sirviéndoles de este modo el apoyo que necesitan y haciendo que se sientan útiles en la sociedad, fomentando de esta manera el sentido de pertenencia a la comunidad local.

Por otra parte, favorece el contacto y la interacción social con otras personas, ayudándoles a que no se queden encerrados en casa y socialicen con otras personas que también tienen mascota.

Para finalizar, es importante recalcar el matiz de que la convivencia con animales tiene múltiples beneficios para nuestros adultos mayores pero no cualquier animal es apto para una persona mayor, ni cualquier persona mayor es la compañía adecuada para cualquier animal. A pesar de sus numerosos beneficios, la adopción de una mascota no debe verse como una solución simplista para ayudar a nuestros adultos mayores.

Estoy segura de que se me olvidan muchísimos de los beneficios que aportan a nuestros mayores. Y A TI, ¿QUÉ OTROS BENEFICIOS SE TE OCURREN?

Os leemos.

*Las tres primeras imágenes han sido extraídas del libro «Mayores amistades» que recoge el trabajo de 13 fotógrafos voluntarios que plasman la relación entre adultos mayores y sus mascotas.

*En la última foto os presento a Dobby y Otto, dos de los seres que me llenan.

Reclamo por la asistencia psicogeriátrica

El 21 de septiembre fue el Día Mundial del Alzheimer y algunas páginas dedicadas a la divulgación del conocimiento geriátrico (Geriatricarea, Espacio de Psiquiatría Geriátrica, Geriatría en el espejo) y los medios de comunicación hicieron publicaciones al respecto.

Yo también he querido honrar tanto en este día como en todos los demás a todas aquellas personas de avanzada edad con patología de la esfera mental, no sólo demencia (entre otras, la enfermedad de Alzheimer), que no tienen un día asignado en el calendario.

Se calcula que, en 2030, 65.7 millones de personas tendrán demencia y, en 2050, 115.4 millones. En España, el 5.2% de personas entre 65-69 años padecerá deterioro cognitivo leve o demencia, cifra que asciende a 45.3% en personas de 85 o más años.

Pero no solo hay demencia… la depresión mayor sucede en el 1-4% de las personas de 65 o más años y su prevalencia aumenta con la edad. Se estima que el 10-15% de los adultos mayores tiene síntomas depresivos clínicamente significativos pese a no cumplir criterios de depresión mayor, y entorno a un 10% presentan trastornos de ansiedad. La psicosis tampoco es un fenómeno aislado en el anciano, con un 27% en aquellos que viven en la comunidad y hasta del 62% en los institucionalizados. El “paciente psicogeriátrico” no es solamente un paciente psiquiátrico con años, sino uno con un manejo clínico complejo en el que coexisten, además de su enfermedad (neuro)psiquiátrica, otras muchas patologías orgánicas, polifarmacia, vulnerabilidad y fragilidad que pueden influir o verse afectadas por la primera y que merman la calidad de vida del afectado y su entorno (sobrecarga del cuidador, institucionalización, negligencia en los cuidados, hospitalizaciones y muerte).

Después de leer estos datos, una se pregunta qué podemos estar haciendo al respecto. Se trata de un auténtico problema en una sociedad cada vez más envejecida en la que hay una alta prevalencia de trastornos psiquiátricos y neuropsiquiátricos, con todas las consecuencias que conllevan a nivel individual, social y económico. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Mundial de Psiquiatría (AMP) se hicieron eco de esta preocupación y en 1996 definieron la “psiquiatría geriátrica”, “gerontopsiquiatría” o “piscogeriatría” (rama de la psiquiatría dedicada a la atención multidisciplinar de la salud mental de personas en edad de jubilación y por encima de ésta que puede variar según los países y las prácticas locales. Se caracteriza por su orientación comunitaria y su aproximación multidisciplinar a la evaluación, diagnóstico y tratamiento); en 1997 elaboraron un documento de consenso sobre la organización de la asistencia psicogeriátrica donde establecieron los principios de dicha asistencia (integral, accesible, ágil, individualizada, transdisciplinar, responsable y sistémica), así como los componentes del entorno para su aplicación basado en un sistema de atención continuada (Figura 1).

Figura 1. Componentes de la red asistencial que deberían ser implantados en los diferentes sistemas sanitarios para conseguir un sistema de atención continuada.

Si bien estamos en el camino, aún queda mucho por recorrer.

España es un ejemplo de los innumerables países con escaso desarrollo de la psicogeriatría, uno de los más bajos de Europa. Para mejorar la calidad asistencial habría que comenzar por aumentar la visibilidad de la psicogeriatría mediante la concienciación ciudadana e incentivar y formar al personal sanitario favoreciendo el desarrollo de la subespecialidad en el ámbito de la medicina, psicología, enfermería, auxiliar, trabajo social, fisioterapia y nutrición. Desde que en 1989 la psicogeriatría fue reconocida como subespecialidad por primera vez en Reino Unido, solo 6 países cuentan con ella, pero solo la contemplan como parte de la formación médica (psiquiatría y/o geriatría) y no de las otras profesiones que deberían de conformar el equipo multidisciplinar. Los esfuerzos actualmente quedan en manos de los profesionales más sensibilizados con el mundo de la neuropsicopatología, que son más bien pocos (sobre todo geriatras), mediante la creación de sociedades de Psicogeriatría o realización de máster.

A nivel estructural, pese a las recomendaciones de la OMS, los servicios de Psicogeriatría apenas han logrado su desarrollo, existiendo una amplia variabilidad en su tipología, estructura, organización, extensión y composición de equipos, por no hablar de la falta de acondicionamiento de los centros sanitarios para este tipo de personas con unas exigencias particulares (pongamos por caso las salas de Urgencias). A nadie se le ocurriría pensar en un hospital sin una unidad coronaria o una sala de reanimación postquirúrgica, sin embargo, sí vería “normal” encontrarse a un paciente anciano gritando durante toda la noche, atado a una cama, solo y a oscuras ya que “pobres, a lo que llegamos”; ¿de verdad a nadie se le pasa por la cabeza qué estamos haciendo mal?

La evidencia científica es escasa acerca de la efectividad de los servicios de Psiquiatría Geriátrica. A modo de resumen, según lo descrito por la OMS, es fuerte para los equipos comunitarios multidisciplinares y débil para las unidades hospitalarias de agudos, con muy pocos estudios controlados llevados a cabo. Este punto, quizá, podría alentarnos a seguir investigando más que servir de excusa para tirar la toalla.

En nuestro país se producen grandes desigualdades en la atención a la persona con problemas de la esfera mental: la primera valoración es por parte del médico de Atención Primaria quien, según su criterio, derivará al psiquiatra, neurólogo o geriatra que, a su vez, según su avidez e implicación por el tema, ayudará al paciente en mayor o menor medida basándose en recomendaciones generales y, en muchas ocasiones, de difícil aplicación por la familia y/o cuidadores.

¡Necesitamos recursos!

No sólo económicos y sociales, por supuesto, sino humanos, en cantidad y calidad. Mentes que piensen en la creación, planificación y organización de los mismos. Como curiosidad, en España hay conocidas 6 unidades de memoria, 116 consultas monográficas de deterioro cognitivo, alguna consulta no contabilizada de psicogeriatría dependiente del servicio de Psiquiatría (como la del hospital geriátrico Virgen del Valle en Toledo), 0 unidades de hospitalización psicogeriátrica de agudos/media estancia en el sector público (sí algunas concertadas, con especial desarrollo en Cataluña) y 306 asociaciones de familiares de enfermos de Alzheimer, lo que nos habla de la profunda demanda social, a la que no se está dando voz.

En suma, y ya finalizando, necesitamos de una sociedad concienciada para poder elevar este problema a lo más alto en la lista de prioridades de nuestros políticos y de un personal cualificado y entregado para planificar la intrincada red de asistencia médica al paciente psicogeriátrico y hacerlo más visible en todos los ámbitos de la vida cotidiana.

Mª Isabel Tornero,

Ciudadana y médico.

Usa tu ordenador

Este blog es sobre geriatría, pero su idea inicial es que fuera hecho para y por residentes de geriatría. Así que ahora que entra una nueva hornada de residentes me gustaría contaros cuáles son las «aplicaciones médicas» que más uso en mi «ordenador». Seguro que faltarán muchas, pero por alguna hay que empezar. Para empezar siempre trabajo con android, por lo que si alguien me dice que en la «manzanita» hay mejores o más completas, pues no os sé decir, pero encantado de escucharos.

Lo único, no empezaré con las que más uso. Esa las dejaré al final porque aunque no lo penséis, seguro que son las que más usáis todos.

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La geriatría, la ciencia de la prevención

Vuelvo a escribir después de muchísimo tiempo, sé que demasiado. Uno da para lo que da, y las prioridades van cambiando con el tiempo. Pero la semana pasada tuve la fortuna de volver a poder formarme de forma presencial con el congreso SEMEG celebrado en Albacete. Como todos los congresos ha sido intenso. Pero ha sido sobretodo estimulante, así que aquí me veo de nuevo.

El título del congreso creo que ha sido más que acertado, MEDICINA GERIÁTRICA: LA CIENCIA DE LA FUNCIÓN.

Pocos congresos he visto con un título tan acertado. Os animo a echar un vistazo el programa, y veáis lo que os habéis llegado a perder.

Pero no escribo para contar lo que he oído, sino para intentar convencer a los próximos MIR el por qué apuntaros a este apasionante mundo de la geriatría. Y es que la geriatría no sólo es la mejor medicina de la función, sino que LA GERIATRÍA ES LA MEJOR MEDICINA PARA LA PREVENCIÓN.

Sí, lo has oído bien. Todas las ramas sanitarias tenemos como objetivo prevenir, y me atrevo a decir que una geriatra es mejor que cualquier otro médico especialista en ello.

Y digo esto convencido porque intentamos prevenir cualquier cosa que podáis llegar a pensar, para conseguir nuestro objetivo máximo que es «dar vida a los años, y no años a la vida». Pero tenemos que reconocer que no podemos prevenir una, como bien dice el dr López Otín. No sé si adivinarás que es esta única cosa que no podemos evitar. Pero lo siento, para saberlo tendrás que leer esto hasta el final.

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Cuidemos al cuidador

Otro curso más que comienza este blog. Pero no voy a mentir que será un año raro. Ya lo fue el anterior, y este lo será más. Y es que el tiempo que uno puede dedicar a las redes, y más concretamente a este blog cada vez es más limitado. Lo que lleva a que el blog no pueda salir con la frecuencia que uno desearía. Pero aquí seguiremos, aunque sea una vez al mes. Y en el mes en que se celebra el dia mundial del Alzheimer, pues está claro que hablaré sobre “uno de mis temas preferidos”.

Y es que en el año del lema omisiones cero,  no sólo es importante el tema del diagnóstico precoz, que es la reivindicación fundamental del reciente día mundial del Alzheimer. Sino que añadiría que lo que no se puede omitir es apoyar a los que están ahí continuamente, los cuidadores: hijas e hijos, esposas y esposos, sin olvidar muchas veces a los sobrinos y a veces también vecinos. Esas personas que aunque no tienen directamente esta enfermedad, son los que muchas veces más la sufren.

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