Convivir con una mascota proporciona tantísimos beneficios que nunca podría abarcarlos todos en esta publicación. Y es que el que tiene o ha tenido mascotas sabe la relevancia que adquieren en la vida de una persona y el vínculo tan especial que se crea con ellos. El apego con nuestros animales se vuelve una parte importante de nuestro bienestar, brindándonos un amor incondicional y una fuente de enormes beneficios a nivel físico, psicológico y social.
Pero ¿cuáles son aquellos que más nos interesan para nuestros mayores?

“En varios estudios, las personas mayores que tenían un perro o gato eran más capaces de realizar ciertas actividades físicas consideradas ‘actividades de la vida diaria’, como subir escaleras, arrodillarse o inclinarse; tomar sus fármacos; preparar la comida; bañarse y vestirse”. Los adultos mayores que cuidan de sus mascotas, en especial de los perros debido a su necesidad de paseos, realizan una mayor actividad física incentivando de esta manera conductas positivas en términos de salud física. Incluso se ha demostrado una asociación con reducción de la presión arterial y un menor riesgo de aparición de complicaciones relacionadas con enfermedades cardiovasculares.
En etapas avanzadas de la vida puede que los adultos mayores deleguen responsabilidades que tenían previamente, el tiempo libre aumenta y les faltan ocupaciones que les hagan sentir útiles y valorados. Ser dueño de una mascota les aporta un motivo para mantenerse activos y les permite conservar una rutina diaria con estructura, objetivos y motivación desencadenada por el sentido de responsabilidad de alimentar, pasear y cuidar de ellos. Que se impliquen en tomar sus propias decisiones y disfrutar de la independencia (o apoyo) del cuidado de la mascota les ayuda a mantener su rol e identidad; experimentar el sentido de propósito y control sobre su entorno resulta también beneficioso para el estado de ánimo y la salud mental.

Durante el confinamiento se ha observado que la presencia de mascotas podría tener un efecto positivo sobre la ansiedad en el anciano. Su apoyo incondicional y la calidez de su compañía disminuye el estrés y mejora el ánimo y la autoestima, las personas mayores dicen sentirse más felices y cognitivamente están más estimuladas. Su compañía les proporciona entretenimiento, les mantiene con la mente ocupada y esto les ayuda a dejar las preocupaciones a un lado. En los momentos más difíciles, como el duelo por pérdida de un ser querido, mejora el funcionamiento adaptativo tras el acontecimiento.

Vivimos en una sociedad donde el envejecimiento de la población aumenta a pasos agigantados y el aislamiento social y carencia de afectividad que sufre especialmente este colectivo no es un fenómeno aislado.
Por un lado, el simple hecho de la compañía de un animal disminuye la sensación de soledad y aislamiento y son una oportunidad para el contacto físico a veces tan escaso y tan beneficioso que les hace sentir tan queridos. Incluso en algunos casos las mascotas se pueden convertir en la única compañía para ellos, sirviéndoles de este modo el apoyo que necesitan y haciendo que se sientan útiles en la sociedad, fomentando de esta manera el sentido de pertenencia a la comunidad local.
Por otra parte, favorece el contacto y la interacción social con otras personas, ayudándoles a que no se queden encerrados en casa y socialicen con otras personas que también tienen mascota.

Para finalizar, es importante recalcar el matiz de que la convivencia con animales tiene múltiples beneficios para nuestros adultos mayores pero no cualquier animal es apto para una persona mayor, ni cualquier persona mayor es la compañía adecuada para cualquier animal. A pesar de sus numerosos beneficios, la adopción de una mascota no debe verse como una solución simplista para ayudar a nuestros adultos mayores.
Estoy segura de que se me olvidan muchísimos de los beneficios que aportan a nuestros mayores. Y A TI, ¿QUÉ OTROS BENEFICIOS SE TE OCURREN?
Os leemos.
*Las tres primeras imágenes han sido extraídas del libro «Mayores amistades» que recoge el trabajo de 13 fotógrafos voluntarios que plasman la relación entre adultos mayores y sus mascotas.
*En la última foto os presento a Dobby y Otto, dos de los seres que me llenan.