Conocí a Dominga a través de esta viñeta y fue entonces cuando quise indagar quién se encontraba detrás de este personaje tan carismático e ingenioso.
Se llama Elisabeth Justicia, estudió Bellas Artes y es ilustradora y diseñadora gráfica que también cuenta con trabajos en el mundo de la animación. Su interés por el ámbito social e inspirada por la admiración hacia su abuela la lleva a crear el personaje de Dominga. Toda su labor la realiza desde la gratitud a esta generación que reconoce tan valiosa y a la vez tan estigmatizada, en una sociedad que parece estar enfocada a los más jóvenes.
Desde principios del año 2021 comienza a crear estas viñetas donde “Dominga habla sola”, pero a la vez reflexiona y reivindica con todos nosotros sobre temas como edadismo, soledad no deseada o salud mental, entre muchas otras problemáticas que consiguen conectarnos de manera intergeneracional. A través de sus viñetas rompe con el estigma del envejecimiento y lucha por el empoderamiento femenino, especialmente de este grupo etario. Dominga consigue transmitir su sabiduría y nos enseña, desde una visión realista de la vida, a lidiar con nuestras emociones a través del humor, la ironía y la templanza.
Dominga no quedó anclada a las viñetas ni al libro que las aúna y que se publicó a inicios del 2023 (que es este de aquí https://n9.cl/ij69y). Elisabeth lo llevó a la práctica a través de un proyecto social en Soria cuyo objetivo fue “visibilizar a la gente mayor, empoderarla y luchar contra el edadismo y el sexismo… y cambiar la idea de envejecimiento”. Mediante talleres y otro tipo de actividades consiguió con creces empoderar, visibilizar y homenajear a este grupo social. Y fue más allá. Una escultura a tamaño más que real luce en el parque de la Dehesa de Soria junto a una placa que proclama: “Que representa las reivindicaciones, los logros y las aportaciones a la sociedad de las mujeres mayores”.
Elisabeth dice que “la inspiración existe y llega pasando tiempo con tu abuela”. Gracias Elisabeth por dar voz a nuestros mayores. Sabemos que las aventuras de Dominga solo acaban de empezar.
Wikipedia dice que “fue una artista digital española reconocida por su tarea en la elaboración de dibujos isométricos, para los que empleaba el software de edición fotográfica Microsoft Paint”. No obstante, está claro que su mejor presentación es la que podemos leer en su perfil de Instagram, donde ha llegado a contar con más de 300 mil seguidores. Dice así:
Hoy le rendimos un pequeño homenaje a esta artista que ha triunfado, no sólo gracias a sus obras de arte, sino también por su carisma, cercanía y una personalidad entrañable.
A sus 74 años estudió artes plásticas en la Universidad Popular de Valencia. Solía pintar en óleo, pero según contó en varias entrevistas, tuvo que dejarlo por el intenso olor a aguarrás. Su verdadero salto a la fama se comenzó a gestar a raíz de que sus hijos le regalasen un ordenador en 2006. Así fue como emprendió su andadura con el Paint y más de 10 años después, animada y ayudada por su nieta, abrió su cuenta de Instagram en 2017.
Rápidamente sus obras de arte de pixel se hicieron virales, hecho que no nos sorprende. Inicialmente nos regalaba paisajes que realizaba con gran destreza, atreviéndose más tarde con los retratos (incluyendo el que Disney le invitó a realizar para el cartel de “El regreso de Mary Poppins”). A través de sus publicaciones nos ha deleitado con esas obras de arte que llevaba a cabo con pasión, entusiasmo y paciencia. De igual forma y con gran amabilidad y humildad, respondía a los miles de comentarios que recibía de cualquier parte del mundo.
Concha no sólo nos ha mostrado su talento. Ha inspirado a millones de personas, conectado generaciones, eliminado prejuicios y roto estereotipos sobre el envejecimiento. Nos ha demostrado que nunca es tarde para perfeccionar habilidades. Ha promocionado, tanto a aquellos que trabajamos con personas mayores como a la población en general, lo que es el envejecimiento activo. En resumen, nos ha confirmado que la edad es sólo un número y que no hay una cifra que nos limite para hacer lo que a cada uno le apasiona.
El 1 de julio de 2023 Concha publicó su último dibujo. Falleció el día 20 de ese mismo mes a los 93 años, noticia que comunicó su familia a través de una publicación de su cuenta de Instagram. Sus fans se despidieron de ella con cientos y cientos de mensajes llenos de afecto y admiración.
Gracias Concha por dejarnos un legado, y una huella imposible de olvidar.
El grupo de Jóvenes – SEMEG quiere compartir con vosotros una selección de artículos científicos que consideramos valiosos y relevantes para nuestro ámbito de trabajo. Como futuros médicos especializados en la atención a los adultos mayores, reconocemos que la Geriatría es una especialidad en constante evolución. Nuestro compromiso con la excelencia en el tratamiento y la atención es lo que impulsa nuestro interés en mantenernos actualizados. Nuestros compañeros han considerado con muy buen criterio que estos son los artículos que mejor resumen conceptos esenciales con los que familiarizarnos. Iniciamos con un bloque que se enfoca en comprender la relación entre salud y envejecimiento, con la meta última de promover una «longevidad saludable». Una vez establecidas estas bases, es imperativo que adquiramos el conocimiento necesario para integrar, evaluar y atender las necesidades únicas de las personas mayores dentro del sistema sanitario. Esto nos permitirá reducir el impacto funcional directo y enriquecer tanto la expectativa de vida activa como la calidad de vida de nuestros pacientes. Avanzando, es esencial adentrarnos en la comprensión de la valoración geriátrica integral y los síndromes geriátricos. Para cualquier residente en Geriatría, este dominio debe ser su destreza distintiva. No podemos pasar por alto el último bloque, del cual proporcionaremos el enlace correspondiente, ya que tenemos la fortuna de mantenernos al día en lo que respecta al uso de medicamentos en la población mayor. En resumen, esta selección de artículos científicos nos brinda una visión holística de la Geriatría moderna. Son herramientas que nos ayudarán a proporcionar una atención más completa, centrada en la persona y basada en la evidencia. Sigamos elevando los estándares de nuestra especialidad y mejorando la vida de nuestros pacientes mayores. ¡A seguir aprendiendo y creciendo juntos en este emocionante campo de la medicina geriátrica!
Mi nombre es Raquel, soy geriatra y hasta hace poco estuve trabajando en una Unidad de Agudos. Con esta publicación abro el hilo de los homenajes a esas personas de una generación que nos inspira; lo que vengo a contar no es mi historia, sino la de Pepita.
Un día de este pasado otoño que, como siempre, estábamos hasta arriba de trabajo, fui a ver a uno de mis ingresos. Allí la encontré en la habitación, sentada, leyendo un libro “tocho”, de los que a mí me gustaría leer pero para los que últimamente nunca encuentro tiempo. En la pizarra que había al lado de su cama ponía “Josefa”, y así es como comencé a llamarla desde el primer día, ignorando que, como me confirmaría unos días después, todo el mundo la conocía como “Pepita”.
Su caso parecía inicialmente sencillo y ella también lo hacía sencillo, aunque como pudimos ver a lo largo del ingreso, lo sencillo se fue complicando. Pero no voy a hablar de lo que motivó o no su ingreso. Hablaré de Pepita, un fiel reflejo de lo que nos motiva a nosotros, los geriatras, y de todo lo que aprendí con ella durante los días que estuvo ingresada a mi cargo, resumido al final de esta publicación, en sus palabras.
Antes de empezar la presentaré a nuestra manera. Describiría a Pepita como una paciente con una dependencia muy leve, tanto para básicas como para instrumentales, con una vida activa, sin deterioro cognitivo, y que vivía sola con muy buen apoyo por parte de la familia. Si ahondábamos más sobre su situación, era evidente que era una paciente frágil. Ya había tenido en los últimos años alguna que otra caída y episodios de deterioro funcional agudo de los que se había recuperado.
Cada día la encontraba leyendo o caminando por los pasillos de la unidad. Durante el ingreso su sonrisa se fue difuminando, marcada por la incertidumbre y por la “mala pata”, ya que una de las noches Pepita se levantó al baño, y se cayó al suelo. De las caídas en personas mayores ya sabemos que da para mucho que hablar.
Intentando recabar la máxima información posible para estudiar su caso, encontré un comentario de una visita a otro médico, donde decía que Pepita había escrito sus memorias. Yo, con curiosidad, me acerqué a su habitación a molestarla a la hora de la siesta. Ella me explicó con una sonrisa que, desde hacía varios años, cuando hablaba con sus familiares sobre su vida pasada, todos le escuchaban atentos y entonces le propusieron: “¿por qué no dejas todo esto por escrito?”
Y así fue como Pepita se animó y comenzó a escribir su vida. Le pregunté si de alguna manera, y con su permiso, podría yo leer esas memorias, y, emocionada, me dijo que me traería una copia. Cuando entré al día siguiente por la puerta, casi antes de decirme hola, ya estaba preparada para entregarme un libro, mucho más grande de lo que yo esperaba. Volví a casa y con muchas ganas me puse a ello. Sólo paraba cuando se me caía alguna lágrima. Pepita había tenido una vida bastante dura, de esas que vivieron una infancia de guerra, de las que, con esfuerzo y sacrificio, y con edades bastante tempranas, habían comenzado a trabajar para tener algo que llevarse a la boca, de las que tuvieron que emigrar, de las que lucharon y lucharon por tener una vida digna y de las que han levantado un país desde las sombras, sin apenas reconocimiento.
Casi cuando ya lo estaba terminando, leí una parte que me caló bastante. Quizá para ella no tenía nada de especial, porque Pepita, sin saberlo, hablaba de geriatría, de su día a día, y de tantas cosas en tan pocas palabras…
Las cosas no siempre salen ni como el médico, ni como el paciente quiere, pero he de decir que Pepita tenía fuerza de voluntad y una capacidad para recuperarse que no se ve en cualquier paciente. Así que allí me la encontraba los últimos días del ingreso, caminando con el andador por la habitación, yo impresionada de su rápida recuperación, ella alicaída por verse de nuevo limitada.
Pepita se fue de alta tristona. Yo confío, después de saber los caminos por los que Pepita ha transitado, que mejorará; no sé hasta cuándo, no estoy segura del cómo, no sé si tendrá baches, ninguno de nosotros sabemos cuál será su recorrido. Lo único que espero, tanto a nivel personal como profesional, es que Pepita tenga eso que deseamos todos los geriatras: la mejor calidad de vida posible. Ella me ayudó a recuperar la idea de qué significa ser geriatra. Lo único que sé es que tiene una familia que la adora, y se fue de alta con una nueva fan, que soy yo misma.
* Para llevar a cabo esta publicación se ha contado con el permiso de Pepita y de su hija Miren. En la última imagen, que es la contraportada de sus memorias, aparece la foto de «uno de tantos momentos en los que compartiendo un café se iba dando forma a lo que después sería un bonito libro de sus memorias».
Es imposible saber el diagnóstico de van Gogh. Algunos hablan de neurosífilis, otros de varios brotes psicóticos, otros de intoxicaciones o epilepsia y no existen pruebas concluyentes para ninguna. Lo que sí es verdad es que cambió su arte. El encierro convirtió sus tonos vivos en grises apagados y sus temas variados en repeticiones del arte que se había llevado consigo y de lo poco que veía por la ventana.
No es diferente esto de lo que vive Dolores, que se ha olvidado de qué día es porque “es que aquí los días son todos iguales” o de Miguel, que piensa que está encerrado por las noches, pero que por la mañana hace autocrítica y se pone nervioso porque “está perdiendo la cabeza”. En ellos también la vida pasa de ser rica en experiencias a una rutina que no es suya y que les confunde.
El síndrome confusional agudo o delirium es uno de los síndromes geriátricos más estudiados y habituales. Se calcula que, aproximadamente, del 10 al 20% de los ingresos hospitalarios se deben al delirium, y que del 10 al 30% de los pacientes desarrollarán este síndrome durante la hospitalización, llegando este porcentaje a la mitad entre los pacientes quirúrgicos 1. La etimología viene del “de lira ire” que en latín significa “desviarse de la norma” y que se acuñó por Aulus Cornelius Celso 100 a.C., aunque incluso 500 años antes ya se habían descrito 2 fenómenos que ocurrían con la fiebre elevada: la “phrenitis” (agitación) y (“letargia”)2.
Se trata, por tanto, de un trastorno presente en la historia de la medicina y que puede durar desde horas hasta semanas. Se caracteriza por una alteración de la conciencia y la atención, acompañada de desorientación, confusión y alteraciones de la conducta. Es común en pacientes ancianos hospitalizados, y puede ser un indicador de enfermedad grave, un efecto secundario de los medicamentos o del propio cambio de rutina. Algunos desencadenantes habituales son infecciones, desequilibrios electrolíticos, traumatismos craneales, consumo de drogas o alcohol, y enfermedades neurológicas 3.
La mayoría de síndromes confusionales agudos son prevenibles. Es importante, en primer lugar, tratar las condiciones médicas subyacentes de manera adecuada. Por otro lado, los cuidadores y familiares también pueden ayudar a prevenir el delirio asegurándose de que el paciente tenga una rutina diaria y un ambiente familiar. Ejemplos de modificaciones del entorno son mantener la habitación debe estar iluminada de día y apagada de noche, asegurar que se garantice el acceso a gafas o audífonos si los precisa la persona o colocar calendarios en las paredes. Sin embargo, la medicación (tal como melatonina o haloperidol) no ha demostrado ser útil en la prevención 4.
Si no se ha podido prevenir, es importante diagnosticar y tratar lo antes posible. Para ello se recomienda el uso de escalas como el CAM (o CAM-UCI en el caso de pacientes críticos) dado que han demostrado mayor precisión que la valoración subjetiva del personal sanitario 5.
Una vez diagnosticado y, asumiendo que las medidas no farmacológicas (que son útiles tanto para la prevención como para el tratamiento) no han sido eficaces, el siguiente paso es el tratamiento farmacológico, que incluye antipsicóticos y otros fármacos que actúan sobre el sistema nervioso central. Las medicinas para el insomnio, tales como la trazodona o la mirtazapina, pueden ser útiles para regular los ciclos de sueño-vigilia, mejorando así la sintomatología del confusional. Los antipsicóticos, como el haloperidol o la risperidona, pueden ayudar a controlar los síntomas psicóticos, como las alucinaciones 6,7.
En conclusión, el síndrome confusional agudo es un trastorno común que puede tener consecuencias graves si no se diagnostica y trata adecuadamente, incluyendo una peor evolución del ingreso, un incremento de los costes sanitarios o un mayor riesgo de evolucionar a una demencia 2,8. Se trata, en resumen, de una carrera para identificar y tratar los pacientes en riesgo de manera que las vidas no se vuelvan cuadros grises y repetitivos, sino lienzos llenos de variedad y de color.
Beatriz del Pilar Ortiz Naranjo
R3 de Geriatría del CSAPG
Corregido y revisado por Carmen Sáez Nieto
Bibliografía y recomendaciones para la lectura:
Lupiáñez Seoane, P., Muñoz Negro, J. E., Torres Parejo, Ú., & Gómez Jiménez, F. J. (2021). Estudio descriptivo del síndrome confusional agudo en Urgencias. Atención primaria, 53(6), 102042. https://doi.org/10.1016/j.aprim.2021.102042
Lauretani F, Bellelli G, Pelà G, Morganti S, Tagliaferri S, Maggio M. Treatment of Delirium in Older Persons: What We Should Not Do! Int J Mol Sci. 2020 Mar 31;21(7):2397. doi: 10.3390/ijms21072397. PMID: 32244301; PMCID: PMC7177924.
Wilson JE, Mart MF, Cunningham C, Shehabi Y, Girard TD, MacLullich AMJ, Slooter AJC, Ely EW. Delirium. Nat Rev Dis Primers. 2020 Nov 12;6(1):90. doi: 10.1038/s41572-020-00223-4. Erratum in: Nat Rev Dis Primers. 2020 Dec 1;6(1):94. PMID: 33184265; PMCID: PMC9012267.
Stollings JL, Kotfis K, Chanques G, Pun BT, Pandharipande PP, Ely EW. Delirium in critical illness: clinical manifestations, outcomes, and management. Intensive Care Med. 2021 Oct;47(10):1089-1103. doi: 10.1007/s00134-021-06503-1. Epub 2021 Aug 16. PMID: 34401939; PMCID: PMC8366492.
Méndez-Martínez, C.; Fernández-Martínez, M.N.; García-Suárez, M.; Martínez-Isasi, S.; Fernández-Fernández, J.A.; Fernández-García, D. Related Factors and Treatment of Postoperative Delirium in Old Adult Patients: An Integrative Review. Healthcare 2021, 9, 1103. https://doi.org/10.3390/ healthcare9091103
Goldberg TE, Chen C, Wang Y, Jung E, Swanson A, Ing C, Garcia PS, Whittington RA, Moitra V. Association of Delirium With Long-term Cognitive Decline: A Meta-analysis. JAMA Neurol. 2020 Nov 1;77(11):1373-1381. doi: 10.1001/jamaneurol.2020.2273. Erratum in: JAMA Neurol. 2020 Nov 1;77(11):1452. PMID: 32658246; PMCID: PMC7358977.
Convivir con una mascota proporciona tantísimos beneficios que nunca podría abarcarlos todos en esta publicación. Y es que el que tiene o ha tenido mascotas sabe la relevancia que adquieren en la vida de una persona y el vínculo tan especial que se crea con ellos. El apego con nuestros animales se vuelve una parte importante de nuestro bienestar, brindándonos un amor incondicional y una fuente de enormes beneficios a nivel físico, psicológico y social.
Pero ¿cuáles son aquellos que más nos interesan para nuestros mayores?
“En varios estudios, las personas mayores que tenían un perro o gato eran más capaces de realizar ciertas actividades físicas consideradas ‘actividades de la vida diaria’, como subir escaleras, arrodillarse o inclinarse; tomar sus fármacos; preparar la comida; bañarse y vestirse”. Los adultos mayores que cuidan de sus mascotas, en especial de los perros debido a su necesidad de paseos, realizan una mayor actividad física incentivando de esta manera conductas positivas en términos de salud física. Incluso se ha demostrado una asociación con reducción de la presión arterial y un menor riesgo de aparición de complicaciones relacionadas con enfermedades cardiovasculares.
En etapas avanzadas de la vida puede que los adultos mayores deleguen responsabilidades que tenían previamente, el tiempo libre aumenta y les faltan ocupaciones que les hagan sentir útiles y valorados. Ser dueño de una mascota les aporta un motivo para mantenerse activos y les permite conservar una rutina diaria con estructura, objetivos y motivación desencadenada por el sentido de responsabilidad de alimentar, pasear y cuidar de ellos. Que se impliquen en tomar sus propias decisiones y disfrutar de la independencia (o apoyo) del cuidado de la mascota les ayuda a mantener su rol e identidad; experimentar el sentido de propósito y control sobre su entorno resulta también beneficioso para el estado de ánimo y la salud mental.
Durante el confinamiento se ha observado que la presencia de mascotas podría tener un efecto positivo sobre la ansiedad en el anciano. Su apoyo incondicional y la calidez de su compañía disminuye el estrés y mejora el ánimo y la autoestima, las personas mayores dicen sentirse más felices y cognitivamente están más estimuladas. Su compañía les proporciona entretenimiento, les mantiene con la mente ocupada y esto les ayuda a dejar las preocupaciones a un lado. En los momentos más difíciles, como el duelo por pérdida de un ser querido, mejora el funcionamiento adaptativo tras el acontecimiento.
Vivimos en una sociedad donde el envejecimiento de la población aumenta a pasos agigantados y el aislamiento social y carencia de afectividad que sufre especialmente este colectivo no es un fenómeno aislado.
Por un lado, el simple hecho de la compañía de un animal disminuye la sensación de soledad y aislamiento y son una oportunidad para el contacto físico a veces tan escaso y tan beneficioso que les hace sentir tan queridos. Incluso en algunos casos las mascotas se pueden convertir en la única compañía para ellos, sirviéndoles de este modo el apoyo que necesitan y haciendo que se sientan útiles en la sociedad, fomentando de esta manera el sentido de pertenencia a la comunidad local.
Por otra parte, favorece el contacto y la interacción social con otras personas, ayudándoles a que no se queden encerrados en casa y socialicen con otras personas que también tienen mascota.
Para finalizar, es importante recalcar el matiz de que la convivencia con animales tiene múltiples beneficios para nuestros adultos mayores pero no cualquier animal es apto para una persona mayor, ni cualquier persona mayor es la compañía adecuada para cualquier animal. A pesar de sus numerosos beneficios, la adopción de una mascota no debe verse como una solución simplista para ayudar a nuestros adultos mayores.
Estoy segura de que se me olvidan muchísimos de los beneficios que aportan a nuestros mayores. Y A TI, ¿QUÉ OTROS BENEFICIOS SE TE OCURREN?
Os leemos.
*Las tres primeras imágenes han sido extraídas del libro «Mayores amistades» que recoge el trabajo de 13 fotógrafos voluntarios que plasman la relación entre adultos mayores y sus mascotas.
*En la última foto os presento a Dobby y Otto, dos de los seres que me llenan.