EL ARTÍCULO DEL MES
Introducción y concepto
Aunque resulte sencillo, a lo largo de la historia han sido necesarios muchas décadas hasta que múltiples sociedades científicas se han puesto de acuerdo para llegar a una definición común de malnutrición. Desde 1992 en el que la CIE-10 empleaba los conceptos de Marasmo-Kwashiorkor, pasando por el año 2008 cuándo el documento de la SENPE (Sociedad Española de Nutrición Clínica y Metabolismo) la dividía en desnutrición calórica, proteica y mixta, y será en 2010 cuando finalmente se introduce el concepto de inflamación. Así, es en 2009 cuando la sociedad ASPEN (American Society for Parenteral and Enteral Nutrition) acordó que el concepto de desnutrición debería cumplir unos indicadores, poco numerosos, basados en evidencia científica entre los que se encontraba estado funcional medido por dinamometría. En 2015 aparece en el congreso de la Sociedad ESPEN (The European Society for Clinical Nutrition and Metabolism) que incluye por primera vez el concepto de masa libre de grasa. Y será, finalmente, en 2017 cuando la ESPEN publica un documento que unifica todos los criterios de nutrición publicados hasta el momento. En él se introducen múltiples conceptos (desórdenes nutricionales, sarcopenia, fragilidad), se emplea los términos malnutrición y desnutrición de forma indiferente y se lleva a cabo una clasificación de desnutrición que es la que emplearemos hasta el momento actual. Así, queríamos subrayar la gran importancia que tiene y nos referiremos a él en las siguientes líneas. Y será con la publicación de los criterios GLIM que supondrán un criterio internacional que tiene en cuenta la función muscular (dinamometría, impedanciometría) que nos permitirán realizar un correcto diagnóstico de la desnutrición.
Así, de acuerdo con la ESPEN se define la desnutrición relacionada con la enfermedad (DRE), como “deficiencia nutricional causada por la enfermedad o su tratamiento, incluida la hospitalización y las complicaciones”. La podemos clasificar como desnutrición sin relación con enfermedad (ayuno, problemas socioeconómicos/psiquiátricos), malnutrición relacionada con la enfermedad sin inflamación (disfagia, enfermedades neurológicas como Parkinson, ELA o Alzheimer, anorexia nerviosa, depresión, anorexia del envejecimiento) y malnutrición relacionada con enfermedad con inflamación. En este subgrupo tenemos relacionado con enfermedad aguda (pacientes críticos con infección grave, quemaduras, traumas, traumatismo craneoencefálico) o con enfermedad crónica (caquexia, EPOC, enfermedad renal crónica, insuficiencia cardíaca, enfermedad inflamatoria intestinal, cáncer, artritis reumatoide, obesidad sarcopénica). Subrayar la definición de caquexia, como un síndrome caracterizado por una pérdida de peso, bajo IMC y reducción de la masa y función muscular, acompañado de una enfermedad con aumento de parámetros bioquímicos que traducen un aumento de la respuesta inflamatoria; por lo que sin inflamación no podríamos hablar de caquexia. Dicha clasificación la podemos ver en la figura 1.

Figura 1: Diagnóstico diferencial de malnutrición
¿Cuáles son sus causas?
En las enfermedades tanto agudas como crónicas se produce una anorexia y malabsorción que conduce a ayuno y malabsorción, conduciendo a una respuesta inflamatoria y aumento del catabolismo relacionado con el estrés lo cual conducirá a una mayor desnutrición y a sus consecuencias (infecciones frecuentes, alteración de la función intestinal, retraso de la curación, deterioro de la función muscular).
La inflamación es un factor muy importante, subyacente, que aumenta el riesgo de desnutrición y contribuye a una peor respuesta a la terapia nutricional. Y , lo que es peor, a mayor desnutrición, mayor estrés metabólico. Esta inflamación está mediada por citoquinas (algunas son beneficiosas pero muchas otras perjudiciales produciendo anorexia, depresión, aumento gasto energético, aumento catabolismo, descienden o aumentan la resistencia a las hormonas, caquexia). Las principales respuestas metabólicas son la hiperglucemia, resistencia a insulina y degradación de proteínas.
Otras causas de desnutrición, muy importantes y que como clínicos no podemos olvidar son aquellas derivadas de la hospitalización (cambio hábitos, situación emocional reactiva, exploraciones complementarias, tratamientos quirúrgicos y farmacológicos, hostelería), del equipo médico (ayuno terapéutico, falta de valoración nutricional y de monitorización de la ingesta, dilución de responsabilidades) y de las autoridades sanitarias (falta de nutricionistas, falta de unidades de nutrición y de dietistas).
¿Cuál es la prevalencia?
Las personas mayores y sobre todo las más frágiles presentan un mayor riesgo de DRE. Existen numerosos estudios que han mostrado la prevalencia de desnutrición en ancianos según los diferentes contextos. El estudio EuroOOPS publicado en el 2008, evaluó 5.051 pacientes hospitalizados en países europeos usando la herramienta cribado NRS-2002 (Nutritional Risk Screening 2002), mostró que el 32,6 % de los pacientes hospitalizados se encontraba en riesgo de desnutrición.
Destaca un estudio llamado PREDyCES en el que se aprecia una prevalencia de desnutrición observada según el NRS-2002 fue del 23.7%. Los principales factores de riesgo asociados fueron la edad, el género, la presencia de enfermedad oncológica, diabetes mellitus, disfagia y la polimedicación. Desde el estudio PREDyCES , hace más de 10 años, se ha realizado un nuevo estudio, llamado SeDREno Study, en hospitales del norte de España con técnica de cribado el MUST (Malnutrition Universal Screening Tool) y criterios GLIM en el que se ha visto un aumento en la prevalencia de la desnutrición relacionada con la enfermedad en pacientes ingresados en los últimos 10 años en paralelo con el envejecimiento de la población. En el estudio SeDReno , casi uno de cada tres pacientes está desnutrido. El mensaje que nos transmiten estos datos, es que a pesar de todos los avances en el abordaje y tratamiento, la prevalencia no ha disminuido en nuestros hospitales. Y por último, pero no por eso menos importante, hay multitud de estudios dónde se ve cómo afecta a todos los ámbitos sanitarios: atención primaria, atención especializada (40%) y residencias geriátricas.
¿Qué consecuencias tiene?
De forma global la DRE se asocia con una afectación de todos los órganos y sistemas (en la composición corporal, el músculo, sistema respiratorio, sistema cardiovascular, función renal, sistema inmunitario, piel, sistema endocrino y aparato digestivo). Las alteraciones en la función de los órganos comienza con la pérdida de peso del 10% y se agravan a partir de una pérdida del 20%, y cuando alcanza una pérdida de peso de más del 35% aumentan las probabilidades de muerte.
Además, no sólo tiene consecuencias a nivel clínico sino que aumenta la estancia media, disminuye el tiempo de reingreso, disminuye la calidad de vida, supone un gran coste adicional por paciente en España. Así en el estudio PREDyCES la desnutrición hospitalaria se asoció a un incremento de la estancia hospitalaria, especialmente en aquellos pacientes que ingresaron sin desnutrición y que presentaron desnutrición al alta (15.2 vs 8.0 días; p < 0.001), con un coste adicional asociado de 5.829€ por paciente. Por lo que, se ha demostrado que invertir en nutrición, supondría un gran disminución de los gastos hospitalarios.
¿Qué podemos hacer?
Una vez planteado la gran importancia de este problema, su enorme prevalencia y las consecuencias tan devastadoras que tiene proponemos un plan de actuación su abordaje. Así, dicho plan comienza con un cribado nutricional, una valoración nutricional, terapia nutricional , monitorización de los resultados y una constante reevaluación y registro de cada uno de los pasos mencionados anteriormente. Así, se ha demostrado que con una intervención nutricional , o multimodal (incluyendo ejercicio físico y control de medio interno) podemos revertir la pérdida de masa muscular.
En la valoración nutricional a nuestros mayores, la aproximación tradicional no es de utilidad, necesitando una valoración multidimensional específica en donde la nutrición constituya uno de los pilares esenciales. Así la evaluación nutricional es una parte más de la Valoración Geriátrica Integral.
Conclusiones
1. DRE es un problema muy prevalente con consecuencias a nivel clínico, funcional y económico.
2. Afecta de forma transversal a todos los niveles sanitarios.
3. Constituye un problema infradiagnosticado, infratratado y prevenible.
4. La desnutrición se relaciona de forma muy especial con la enfermedad, siendo consecuencia de la misma y perpetuando la patología inicial, así como empeorando el pronóstico evolutivo del paciente.
5. Es fundamental unificar criterios de forma universal para su diagnóstico.
6. Se debe establecer un plan de actuación contra la desnutrición sistematizado.
7. Invertir en cuidado nutricional es invertir en la salud de nuestros pacientes, su calidad de vida y permite ahorrar costes.
Bibliografía
1. Cederholm T. et al., ESPEN guidelines on definitions and terminology of clinical nutrition, Clinical Nutrition (2016), Clinical Nutrition 36 (2017) 49-64.
2. CederholmT, et al. GLIM criterio for the diagnosis of malnutrition-A consensus report from the global clinical nutrition community. Clinical Nutrition 38 (2019).1e9.
3. JENSEN, Gordon L., et al. Inanición en adultos y desnutrición relacionada con la enfermedad: una propuesta para el diagnóstico basado en la etiología en el entorno de la práctica clínica del Comité de Directrices de Consenso Internacional. Revista de Nutrición Parenteral y Enteral , 2010, vol. 34, nº 2, pág. 156-159.
4. Sorensen et al., EuroOOPS: An international, multicenter study to implement nutritional risk screening and evaluate clinical outcome, Clinical Nutrition (2008)27,340-349.
5. Alvarez–HernandezJ et al., Prevalenceand costs of malnutrition in hospitalized patients; thePREDyCESStudy. Nutr Hosp 2012; 27: 1049-59.
6. Zugasti-Murillo A et al. ,SeDREno Study-Prevalence of hospital malnutrition according to GLIM criteria, ten years after the PREDyCESstudy., Nutr Hosp 2021; 38(4):887-889.
De Victoria Sánchez Flor-Alfaro
Médico residente de Geriatría
Hospital Universitario Perpetuo Socorro, Albacete
Genial entrada. Gracias
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¡Gracias a tí, por acercarte a leernos!
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