Llega una de las épocas más alegres e ilusionantes, en especial para los niños.

Pero a todos nos gusta que nos regalen algo.

Así que has pensado algún #regalogeriatrico para tu familiar.

Yo ya hace unos años que no pienso en este tipo de regalos. Ahora me toca escoger entre muñecos de la patrulla canina o de Spiderman. O aún peor, que cosa de las Winx no puedo evitar pedir a los Reyes.

Pero siempre recordaré los años en que intentaba convencer a todos mis primos de la necesidad de cambiar el típico pañuelo o colonia por algo que yo creía tenía utilidad para la abuela (nota: no es la misma de Y tú, ¿por qué te dedicas a esto? como podréis imaginar). Y mi familia no es pequeña, así que cuando digo todos, son muchos, pero muchos muchos.

Lo intenté varias años, que para eso en esa época yo era MIR en geriatría, y de abuelos decía que sabía algo. Ahora ya no lo digo. Intenté convencer a mis primos de distintos tipos de regalos, desde el móvil con teclas grandes, que nunca trajeron, a la tabla de baño, que sí que finalmente un año trajeron los Reyes.

Pero esta silla de baño fue el primer y único #regalogeriatrico que hicimos los nietos. Porque cuando abrío la abuela el paquete, pensé que nos rompía la tabla en la cabeza, ya que empezó a decir que para qué era eso, que ella no era una vieja, y que no lo pensaba usar. Cosa que hizo, guardarlo. Hasta que pasado un par de años, sí que tuvo que usarla, y creo que le vino muy bien, aunque ella nunca lo reconoció.

Así que este mes la #preguntamaliciosa se hacía sola, y es si habéis hecho alguna vez algún #regalogeriatrico y cómo lo recibieron. Espero que vuestra experiencia sea mejor que la mía. O si pensáis hacerlo estas Navidades. Si eso preparaos para las posibles consecuencias.

Feliz Navidad  (aunque sea con tanta antelación)

PD: como este mes es casi vacacional, y muchos, con lógica, estaréis y estaremos a otras cosas, con vuestro permiso nos vamos a tomar unas, creemos, merecidas minivacaciones. Así que «nos leemos» en dos semanas.