Esta semana toca hablar de #GeriatriaCultural y como colaborador es un honor tener a Carlos Fernández Oropesa, aunque quizás también le conocéis como @rincondesisifo. Es un honor porque es uno de los primeros blogueros y tuiteros que empecé a seguir al iniciarme en este mundo de la salud en redes, y que seguramente vosotros también seguís. Y si no lo seguís, por favor clicad en este enlace https://elrincondesisifo.org/ y empezad a hacerlo.
Pero en lugar de seguir con la cháchara os invito a leer su propuesta cultural, que realmente merece la pena.
Oscar Macho es uno de esas personas invisibles que viajan por las redes. Están ahí, las sientes, puedes leer sus pensamientos, sus anhelos, pero no puedes verlas. Me pone ante un reto complicado: salir de los raíles de la farmacología, de la tierra segura ¿segura? del mundo de la evaluación, del medicamento… de la medicina, para adentrarme en el mundo de la geriatría, envuelto en un halo cultural.
A ver, un libro, una película, un cuadro… algo relacionado con el mundo de nuestros mayores. Piensa, Carlos… piensa. Y así se vuelve a cruzar en mi vida Up. La historia de Carl Fredicksen, un entrañable anciano que ha vivido una intensa vida al lado de su adorada Ellie. Ambos, comparten su admiración por el famoso explorador Charles Muntz y un sueño: las cataratas del Paraíso.
Tras fallecer Ellie, el carácter de Carl se hace aún más solitario. Se aísla en su casa rodeado de recuerdos. Los días pasan y los viejos sueños que compartía con Ellie, le atormentan al creer que no se cumplirán jamás. Hasta que un día se rebela y decide que ha llegado el momento de poner rumbo a las cataratas del Paraíso. Para ello, infla miles de globos que elevan su casa como una gigantesca cometa.
Entre tanto, aparece Russell en su vida. Russell es un intrépido boy scout al que le falta una sola insignia en su medallero: la de la ayuda a los mayores. Y ve en Carl la ocasión perfecta de conseguirla. Ambos viven mil aventuras juntos que los llevan, empujados por el helio de los globos, hasta las remotas cataratas. Allí se les unirán dos nuevos personajes: Dug, un perro y una preciosa ave de colores al que Russell decide llamar Kevin.
En las cataratas, Carl conoce a su idolatrado Muntz, quien no es más que un viejo solitario y egoísta que vive rodeado de sus perros y sus trofeos, en cuya colección sólo falta una pieza: Kevin. Decepcionado por la actitud del explorador, que está decidido a conseguir a Kevin a cualquier precio y tras varios incidentes graves que ponen en grave riesgo la casa de Carl y la vida de éste y sus amigos, la película tiene un final feliz. La casa, queda para siempre al lado de la catarata del Paraíso. Y Carl, Russell y Dug regresan felices después de su aventura. Russell consigue su ansiada insignia, gracias a la ayuda prestada a Carl y ambos construyen una sólida amistad.
Up es, precisamente, un canto a la amistad. Pero es mucho más que eso, ya que, a través de los ojos del anciano Carl, es una emocionante llamada de atención que viene a recordarnos que muchas veces perseguimos sueños que se escapan de nuestras manos y nos hacen sentir vacíos, fracasados. Sin embargo, el sueño verdadero es compartir tu vida, tus anhelos, con las personas queridas. Y el verdadero triunfo es dejar que los demás se acerquen a ti, abrir tu corazón a la amistad.
Por este motivo, decidí colaborar con Oscar. Una de esas personas invisibles que pululan por las redes persiguiendo sueños imposibles. Gracias a él, he redescubierto Up, una película para ver con tus hijos, tu pareja, tus amigos. O para verla solo y desenterrar de las cenizas del día a día el verdadero sentido de nuestra vida. Lo demás, son bonitos sueños. Planes que hacemos y deshacemos mil veces mientras pasa, de forma inadvertida, lo mejor de nuestra fugaz existencia…
Carlos Fernández Oropesa