Para reiniciar esta tanda de preguntas maliciosas, comenzaremos con una que cualquiera que haya ido a un domicilio de una persona mayor que viva sola, sabrá a qué viene.
Y es que si sustituimos «el botón» por «telealarma», quién no sabe a qué nos referimos.
Y es que no queremos reiniciar este ciclo, recién llegados de las vacaciones, o a punto de disfrutarlas merecidamente, con una pregunta de difícil respuesta.
Pensamos que no hay duda en la utilidad de esta herramienta, y si alguien no creyera en ella que nos lo haga saber.
Pero también sabemos la gran dificultad para su «uso correcto», y hay sí que viene la pregunta: ¿cuál es el lugar más raro en el que os hayáis podido encontrar la telealarma?.
Yo podría empezar diciendo alguno. Por ejemplo, amarrado a la lámpara de la mesita de noche para que no se caiga. Eso sí, mientras la persona nos atendía atentamente en el salón, claro está.
Pero esto no consiste en que yo os cuente «mis aventuritas», sino que vosotros contéis las vuestras. Y el que tenga la «más rara», ganará un premio: un twitter lleno de aplausos y de risas [este blog no está esponsorizado 😉 ]
Y por cierto, si alguien tiene la solución para que se lleve al cuello, o al menos en un bolsillo, que nos lo haga saber. Así podremos decirlo la próxima vez que vea «el botón» amarrado en la lámpara.
Debajo de la almohada. Y la llamaba «la medallita». 😉
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En el bolso para cuando salía a la calle ….. desinformación¡¡¡
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