Anciano en pena por Alfonso Vidal

Como última recomendación #geriatriacultural es todo un honor tener a todo un referente de las redes como es el dr Alfonso Vidal, más conocido como @DrAlfonsoVidal, que con su blog #ElBlogdelDolor y su colaboración habitual en @Consalud_es nos intenta enseñar no sólo cosas sobre su especialidad, como es el dolor, sino que también nos enseña lo que es la vida, como tan bien podéis comprobar en esta entrada. 

Anciano en pena

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“Anciano en pena (en las puertas de la eternidad)”
Vicent Van Gogh, 1890.
Museo: Kröller-Müller, Otterlo (Países Bajos)

El final de la vida corporal, mental, social, son vertientes del final de la existencia y cualquier reflexión posible estará condicionada por nuestra biografía y contexto cultural, invitándonos a múltiples conjeturas. Para algunas personas se tratará de acabar la ruta y para otras representará solo descansar antes de abrirse a nuevas oportunidades. Estas últimas se confortarán al iniciar la eternidad.

La eternidad, ese insondable acantilado al que ninguno queremos asomarnos, bien por prudencia, bien por vértigo, es al que la humanidad se ve abocada cuando llega a edades provectas en que debería tomarse todo con calma.

La vida es como una cordillera…plagada de picos y una vez que los has sorteado todos, sólo te queda disfrutar del descenso. Quienes saben de escalada suelen decir que puede ser tan difícil o incluso más esta etapa por lo descontrolado de la inercia. La mente diseña un rumbo, pero las capacidades establecen penosos límites. La autonomía personal se va perdiendo y sólo se mantiene su eficacia para actividades más sencillas.

En el caso biológico todo dependerá del acopio de fuerzas hecho en fases anteriores, pero a nadie se le escapa que perdemos fuerza e interés, diluimos energías que un día nos hicieron sentir potentes y vigorosos, dejamos de ser un poco aquello que fuimos, más, sin perder la identidad.

Se mantienen ciertos rasgos y sí, en ocasiones, sólo se conserva una penosa caricatura. Precisamente fue el pintor alemán del Renacimiento Hans Baldung Grien uno de los que mejor inmortalizaron en óleo los cambios de aspecto consecuencia de la edad, mostrando figuras casi grotescas.

Se otea el horizonte desde esta nueva vertiente, ya sin preocupaciones laborales, sin estreses de horarios de entrada y salida, sin agobios profesionales de éxitos/fracasos, sin la tensión del funambulista…También se pierde mordiente, agresividad a la hora de afrontar nuevos retos, y eso paulatinamente conduce a la desconexión de la realidad. Se dejan por el camino referentes y relaciones sociales, y personas que han compartido vidas y senderos se ven separadas dejando al desnudo soledades.

En la obra de Vincent Van Gogh elegida para la ocasión se puede palpar el miedo. Tal vez haya pánico e incertidumbre ante la eternidad. Tal vez solo refleje impotencia. Finalmente, los puños en la frente no sujetan pensamientos, sólo impiden verter lágrimas liberadoras.

En 1890, fecha de la que data la obra, la falta de certezas era aún mayor, máxime para un pintor que pasaba una crisis aguda en sus últimos días de vida, en que le diagnosticaron “manía aguda con delirio generalizado”. A veces pensamos que sólo los pacientes o modelos son los afectados, y muchas veces los pintores o médicos también lo somos.

Pese a semejante trastorno (que hoy día cuestionarían los colegas psiquiatras), el autor pintó de memoria a un veterano de guerra que enterraba la cabeza entre sus manos, quién sabe si intuyendo el final de sus días o recordando el final que causó a otros que no le concedieron su perdón.

Por suerte esta melancolía antaño vinculada a la senectud es hoy más un atavismo o un tópico que una realidad, porque el estudio y atención de nuestros adultos mayores está cada vez más presente en una sociedad progresivamente más envejecida y que poco a poco está aprendiendo a dar vida a los años, en vez de empeñarse alocadamente en su inversa.

La esperanza de vida cada vez es mayor, la longevidad es una realidad que posterga decisiones finales y tremendistas, pero hay que conservar el espíritu vivo y estar dispuesto, al tiempo que las diferentes especialidades trabajan con denuedo por prolongar nuestras carnes.

El desvelo no termina por más plateadas que tengamos las sienes, por más surcos que horaden nuestra frente. No dejar para mañana lo que puedas vivir hoy ni dejar de decir lo que debas decir.

Es la actitud ante la vida y la muerte la que podrá hacer más llevadero el ocaso que anuncian las arrugas, encontrando el sentido de la vida y saliendo con ventura del balance, lo que convertirá cada día en un regalo, una tregua ante la adversidad, un desaire a la muerte.

Dr. Alfonso Vidal

Director unidad del dolor

Hospital La Luz y hospital Quirónsalud Sur de Alcorcón

Profesor del dolor Universidad Complutense Madrid

Acerca de osmachope

Médico geriatra, y en los tiempos libres, que son pocos, un poco de todo. Trabajo en el servicio de geriatría del Consorci Sanitari Garraf https://gericsg.com

1 comentario en “Anciano en pena por Alfonso Vidal

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